Entrenamiento

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¡Hola gente bella! 

¿Hace cuanto que no subo un capítulo? ¿Una semana? ¿Dos tal vez? Pues lo siento mucho, pero acá vino *ruido de tambores* ¡UN NUEVO CAPÍTULO! Por las razones de horrible tardanza he hecho un capítulo bastante largo, de más de 6000 palabras :D

Bueno, dejando de lado toda mi tontería normal, de ahora en adelante (como de habrán dado cuenta en los últimas actualizaciones) los capítulos serán más largos, de aproximadamente 10 páginas... igualmente no creo que vuelva a tardar tanto como en éste.

Sin más que decir, espero que disfruten.

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Capitulo 19: Entrenamiento.

POV Wilhem.

En mi mente circundaban pensamientos varios. Suelo estar pensando en muchas cosas a la vez, por lo cual a veces me pierdo parte de las conversaciones, o simplemente cambio de tema drásticamente.

Pero en este momento exacto, mis pensamientos se veían ligeramente opacados y echados en un rincón por el hecho de ver las curvadas pestañas de Twilia acristaladas por las lágrimas, ella e Isabel tenían los ojos cerrados, y las manos de la pelinegra se posaban a ambos lados de la cabeza de Twilia, sin siquiera tocarla pero muy concentrada, en un momento Isabel arrugó las cejas, como si algo le doliera, y fue ese el momento en que las lágrimas llegaron a resbalar libremente por la mejilla de Twilia. Intenté acercarme, pero Mathew me tomó por el hombro para que no avanzara y luego negó con la cabeza, hice caso de sus señas y me quedé parado junto a él con impaciencia. Las manos de Isabel ya no estaban a los costados de la cabeza de Twilia, ahora estaba tensa, con una mano en el pecho y otra en la cabeza, como si le doliera. Twilia seguía inmutable, pero algunas hebras de su cabello se tiñeron de morado, del mismo color un poco más claro que el borgoña, que parece una seda, y que sigue sorprendiéndome.

Cuando al fin ella abrió los ojos Isabel la imitó, pero los ojos azules de la última miraban con sorpresa, curiosidad y más que nada… miedo, estaban perlados por las lágrimas y su peinado estaba desacomodado por la presión de su mano, al parecer, alivianando un dolor.

-¿viste eso? –dijo la voz sorprendida de Twilia dirigiéndose a Isabel.

-Twilia… no eres una hija de Astoreth… no una normal. –respondió, luego girando hacia nosotros e indicando que nos acercáramos. –no es una voz… es una parte alterna de tu alma, un alma fusionada podría decirse… y sospecho que es un alma tan única y poderosa como tú. –luego se giró hacia su hermano específicamente. –dijiste que la voz te alejó de la mente de Twilia. Volvió a hacerlo, pero no me echó. Me mostró cosas diferentes. Imágenes dispersas, que al comienzo no entendí. Habían tulipanes negros… y una mansión a lo lejos con estatuas en el camino. Pero yo veía todo desde afuera, veía a Twilia avanzando por ese camino hacia cuatro personas más…

-mi padre y mi madre eran los primeros. Luego Astoreth y el humano con quien se casó. Solo fue un sueño que tuve hace unas semanas. –dijo Twilia algo asustada, pero al mismo tiempo indiferente al contar eso.

-sí, y desaparecieron dejando un humo negro como los tulipanes… luego todas las plantas se secaron, excepto las que rodeaban dos estatuas cubiertas de maleza, sin darme cuenta estaba corriendo hacia las estatuas, la maleza se secó y se cayó al suelo junto a todas las plantas secas. Eran dos, una mujer y un hombre, adultos jóvenes, bastante apuestos puedo decir, y sonreían de lado. Luego la escena cambio… había alguien muriendo, pero no podía ver su rostro… mechones del pelo de ella en un momento se tornaron a un violeta casi negro y por su brazo corrió un dibujo de líneas negras… hasta el codo, finas y delicadas en un entramado perfecto.

1-Astoreth: El Imperio de los Mestizos®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora