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No puedo decir que mi relación era perfecta pero estaba en su mejor momento, Alejandro se comportaba como el mejor de los novios o al menos así lo veía yo, siempre estaba pendiente de mi, y trataba de hacerme reír con sus idioteces, debo admitir q...

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No puedo decir que mi relación era perfecta pero estaba en su mejor momento, Alejandro se comportaba como el mejor de los novios o al menos así lo veía yo, siempre estaba pendiente de mi, y trataba de hacerme reír con sus idioteces, debo admitir que desde que me habia sorprendido en san Valentín me sentía mucho más enamorada de él y pasábamos mucho más tiempo juntos.

Pasábamos los fines de semana juntos y siempre se esmeraba por cocinarme algo delicioso, debo admitir era todo un chef y este fin de semana no era la excepción como todo los viernes había ido por mi al instituto y me resto en su apartamento, casi siempre me preparaba la cena, aunque ayer decidió llevarme a comer, estábamos cumpliendo 5 meses de novios.

Usualmente Alejandro trabajaba los sábados medio tiempo, tiempo que yo aprovechaba para hacer mis deberes, y así pasar el resto del fin de semana desocupada, me despierte a eso de las 11 de la mañana, casi no habíamos dormido, debo admitir que nos pasamos toda la noche haciendo el amor, Alejandro y yo nos complementamos muchos y en la cama era, el lugar en que más lo hacíamos, el disfrutaba provocándome orgasmos y yo disfrutaba sintiéndolos.

Me levanté de la cama y me coloqué la camisa que había llevado Alejandro la noche anterior, aún conservaba su aroma, busqué mi celular y recordé que estaba en mi mochila, en la sala, fui por él y le di una pequeña caricia a bola de nieve, uno de los gatos de Alejandro,  saque mi celular que estaba muerto, busque el cargador y lo deje cargando. Mi estómago protesto en ese momento por lo cual me dirigi a la cocina, aún estaba cansada, así que me serví un poco de cereal con leche y me fui para la sala, encendí la tv y me puse a desayunar.

Al terminar mi desayuno me acurruque en el sofá y bosteze, quería prepararle el almuerzo a Alejandro, que volvería tipo dos de la tarde, aún así me distraje viendo la tv, sentí como uno de los gatos de Alejandro se quedo dormido en mis regazos, gracias a sus ronroneos y vibraciones me quede dormida.

Senti una suave humedad en mi frente y abri los ojos, me encontré con la enorme sonrisa de Alejandro.

—¿Que horas es? —Le pregunte adormilada.

—Dos y treinta —Camino hacia el sillón frente a mi y se sento ahí —¿La señorita se quedo dormida?

Me retrege los ojos y luego bostece.

—Eso creo, ¡mierda! —Recorde que le iba a preparar el almuerzo.

—¿Sucede algo?

—No, no, es solo que pensé en preparar el almuerzo.

Alejandro sonrio.

—Supuse qué, no harías nada, así que pasé a comprar comida China —Bostezo —No tengo ánimos de cocinar, ¿vamos?

Ese chico es un ¿¡IDIOTA!? [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora