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Había pasado casi un mes desde la boda de Josh y Drew

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Había pasado casi un mes desde la boda de Josh y Drew. Hasta el momento no había tenido ninguna señal del vida de Alejandro.

Después de lo que había sucedido aquel, y de la declaración de Alejandro supuse que al menos me buscaría, pero no fue así. Estuve hasta el domingo muy tarde en casa de Lau y Lu con la esperanza de que Alejandro se apareciera ahí o al menos que me dijera que quería verme, espere una llamada o un mensaje de él al menos por dos semanas y cuando me di cuenta que no sería así me enbargo la decepción y me derrumbe.
Había sido una ilusa, Alejandro no iba a regresar por mi, y eso ya me lo había dejado más que claro.

Aquella mañana desperté con un fuerte malestar de estómago, llevaba días sintiéndome indispuesta, pero como aquel dia no, luego de prepararme para el trabajo me dispuse a preparar algo para desayunar. No fui capaz de comer nada, las ancadas me ganaron y corrí al baño a vomitar.

Cuando llegué al trabajo ya me sentía mucho mejor y para la hora del receso moría de hambre, hambre que murió en el momento que Ignacio me llevó una humeante taza de café.

De momento no comprendia que me habia sucedido, había tenido la misma reacción en la mañana en la casa, supuse que se debía a que habia estado indispuesta.

—Au deberías ir al médico, llevas días sintiéndote mal.

—No es nada, ahora cuando llegué a casa beberé algo para el estómago.

—Recuerda que la empresa tiene médico, puedes ir con él cuando quieras.

—Si lo sé, gracias por preocuparte por mí.

—Y como no hacerlo si eres especial para mí.

Sonríe, de alguna forma sus palabras me daban consuelo. No le habia comentado nada a Ignacio sobre lo que habia sucedido con Alejandro, aunque sabia que él no era tonto y el fondo sospechaba que había sucedido algo, agradecía su silencio su comprensión pero sobre todo el hecho de que estaba ahí apoyándome me había hecho tomar la decisión de darle una oportunidad para algo más.

—Sabes tengo ganas de ir al cine.

—Enserio, pensé en invitarte para el fin de semana, pero no estaba seguro de que quisieras ir.

—Pues no tengo nada que hacer así que podemos ir.

El sábado por la tarde Ignacio paso por mi y nos dirigimos al centro comercial, los últimos días mis náuseas habían aumentado sobre todo en la mañana, o con el aroma al café, pero había sido algo que había tratado de ocultarle y esperaba que no tener problemas en la salida con él.
Como todas las tardes moría de hambre por lo que antes de la función fuimos a comer pizza, desde hacía unos dias era lo único que quería comer. Además de helado y chocolate. Aquellos antojos me recordaron a Lucy, aunque de momento descarté la idea y seguí disfrutando de la pizza.

Disfrutamos mucho de la película, la cual era una comedia y nos reímos a montones además de comer muchas palomitas y refresco —cosa que me hizo ir al baño muchas veces— y por último dimos un paseo por el lugar en donde aproveché para comprarle unos obsequios a los enanos de Lucy.

—Comemos algo ante de irnos?

—Qué te parece si  vamos a mi casa y cenamos ahí.

Ignacio lo pensó por unos segundos y luego asintió con una sonrisa.

—Me parece bien, vamos.

Nos dirigimos al parqueo en donde estaba estacionado su coche para luego irnos a casa, de camino pasamos al supermercado comprando algunas cosas para la cena.

Al llegar a casa, preparamos unos filet, ensalada y puré de patatas, y luego de la cena nos pusimos a ver una película.

La verdad es que en ese momento no quería que Ignacio se marchara ya que la pasaba muy bien con él.
Me acurruque a su lado y el me abrazó atrayendome en sus brazos y no se si fue la calidez de estos o el hecho que me sentía segura en ellos que me quede  dormida.

Mi celular sonaba como endemoniado —como cada mañana— y desperté, me di cuenta que no era la alarma sino una llamada, la calidez del cuerpo junto a mi, me a anuncio que estaba sola y me sonroje al recordar que me había quedado dormida junto a Ignacio. El celular volvió a sonar y lo tomó deprisa, había visto que ignacio también estaba dormido y no quería despertarlo. Observé el celular y vi que era Lucy.

—Hola...

—Au, te tengo una gran noticia.

—Debe ser grande para que me llames —observé el reloj  —12 de la noche.

—Es temprano, bueno el caso es que en la universidad hay una bolsa de empleos, me había apuntado ahí antes de que mis bebés aparecieran, y bueno hoy fui a la entrevista y me han dado un empleo de medio tiempo y lo puedo realizar desde la casa, solo debo ir una vez a la semana.

—Que bueno Lucy!!

—Si, ya podré ayudar más con los gastos a Lau —escuche en el fondo a Lautaro y luego la sonrisa de Lucy —me voy Lau me tiene una sorpresa.

Observé el celular con una sonrisa, ese par era sin dudo excepciones y como los extrañaba.

—Creo que es momento de irme.

Observé a Ignacio quien se ponía de pie para marcharse.

—¿Te gustaría quedarte esta noche? —titubie —Ya es algo tarde.

Me observó por unos minutos y luego asintió.

—Esta bien, tu sofá es muy cómodo.

Negue con la cabeza.

—No ahí, puedes dormir conmigo, bueno ya sabes solo dormir, se que....

—Si no te sientes cómoda puedo hacerlo aquí.

—Me gustaría que durmieras conmigo.

Asintió y luego de apagar las luces abajo, subimos a mi habitación en silencio, después de ponerme una pijama y que el se pusiera cómodo nos metimos en la cama, al principio me sentí extraña, luego me acerqué a él y me acurruque a su lado como lo había hecho en el sofás, sus brazos no demoraron en envolverme.

—Buenas noche Au.

—Buenas noches —subí mi rostro y le di un beso en los labios.
Un beso que el me respondió. Era un beso suave y lento un beso muy distinto al que estaba acostumbrada, un beso que realmente me gustó.

Ese chico es un ¿¡IDIOTA!? [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora