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Yeosang 


Desperté, agitado y el sudor bañaba todo mi cuerpo, sentía que mi corazón iba a mil por hora, apenas estaba recobrando el aire y mi cabeza dolía como el infierno mismo, a mi lado estaban Hongjoong y Mingi pero no podía oírlos, el dolor me supera, quiero gritar, derrumbar las paredes. Sentía como toda la energía volvía a mi, en mis manos, solo debía dejarla salir.

- Mingi ve con Woo a su habitación, yo me quedaré con Yeosang. - mi hyung habló, ordenando al pelirrojo. ¿Qué me estaba pasando?

Abrí mi boca y solté un chillido, mi pecho dolía, debía liberarlo.

- Yeosang, debes hacerlo.

Solté todo lo que tenía guardado en mi interior y esa onda violeta volvió, empujando lejos a Hong, las paredes temblaron y las ventanas se rompieron, todo el edificio se sacudió con fuerza, como si estuviera por derrumbarse, y no terminaba ahí, mis ojos picaban y quería cerrarlos, pero no podía. A ciegas fui al baño, entre tropiezos y malas pisadas, apoye mis manos sobre el lavamanos y apreté con fuerza, mis nudillos al ejercer tanta fuerza se volvieron blancos. Al mirarme en el espejo solo podía distinguir luz en mis ojos, una potente y fuerte, su color era un púrpura claro, bonito y distintivo. Sacudí mi cabeza y volví a gritar por el dolor que aún tenía en mi pecho. Me hice para atrás y caí al suelo.

Todo esto era nuevo para mí, apenas podía con todo, mi cabeza daba mil vueltas y no podía encajar las piezas, todo parecía un cuento de fantasía, como si mi cabeza lo hubiera creado y nada de esto fuera realidad. Me ahogue con mi propia respiración, apoye mi mano derecha sobre la fría pared del baño y traté de volver a respirar.

Esto era más fuerte que yo.

- No lo es. - esa voz, me resultaba conocida, pero no podía distinguirla entre tantos sonidos en mi cabeza. Alguien me tomó bruscamente de mis hombros y agarró mi mentón con suavidad, sus ojos eran amarillos, su voz me resultaba relajante y pronto sentía como todo volvía en sí. - Estoy aquí elegido. - era él, Jongho. Miro detrás de él y su hyung también lo miraba. - ¿Qué hace aquí? - preguntó a su mayor de hebras rosadas tirando a un color más blanco. - Tú lo llamaste. - lo miré interrogante, no entendí lo que quiso decir ¿llamarlo? ¿cómo? - Al gritar él reaccionó por impulso y vino hasta aquí, al ser como la voz de la muerte siempre podrá advertirte y oírte. - respondió el más grande de los tres. De pronto el menor se desmayó, cayó dormido sobre mi y con ayuda de Joong lo llevamos a su cama. - ¿Mingi y Woo? - cuestione, no recordaba haber visto a mis amigos. - ¿Qué hora es? - volví a preguntar. Hongjoong colocó dos de sus dedos sobre o ojos del menor y este volvió abrirlo. Parecía confundido. - Migi está con Wooyoung en tu habitación y son las cinco menos diez. - tan rápido como contesto yo me fije en el reloj de la pared. Las cinco. - ¿Qué hago aquí? - el chico se sentó sobre la cama y nos miró esperando una respuesta coherente. - Eres el chico que me salvó. - me observó, sus ojitos parecían brillar, pero ese brillo desapareció en cuestión de segundos. - Yo sé lo que vi el otro día ¿qué hiciste? - me señaló, ahora parecía asustado. Hong trató de calmarlo pero solo hizo que se ponga más ansioso. - Diganme que hago aquí. - y no sé cómo pero él cayó rendido sobre la cama de nuevo. Mire a mi hyung, él solo rodo los ojos. - Tenía que hacerlo.
















Al llegar a mi habitación Mingi estaba hablando con el pelinegro que parecía recién despertarse, estaba como aturdido y sus ojos se cerraban, como si le pesaran los párpados.

¿Sangie? - el pelinegro me miró con sus ojos somnolientos. Se acercó a su amigo y le regaló una sonrisa. - ¿Estas bien? - él asintió. Hong antes de irse le dijo lo sucedido con el menor y también le contó lo que hablo con Mingi, el pelirrojo estaba cediendo de a poco.  

Al rato estábamos los dos solos en la habitación, Woonie se encontraba arropado y durmiendo, yo solo miraba la ventana, los directivos estaba con la policía, al parecer mi grito llegó a afectar a todo el pueblo, puder ve a la profesora Son parada al lado de un oficial con una bata celeste puesta y parecía adormilado aún. Detrás, en el oscuro bosque en el que estuve cuando vi que Woomi había sido retenida ahí y después asesinada. No sabía mucho de ellos, solo que eran huérfanos como yo, pero nunca antes me había preguntado que pasaba por sus cabeza, por qué me molestaban de la forma tan cruel que lo hacían, hiriendo mis sentimientos. Ojala tuviera la oportunidad de preguntar, pero siempre que se trata de ellos mi boca se cierra y me quedo mudo, esperando el golpe. No tenía que ser así, pero lo era.

No sé qué habría pasado si no hubiera conocido a estas personas, las que me rodean actualmente, Hongjoong, Mingi y Wooyoung, que es mi gran soporte y apoyo. Recibir contención de parte de las personas me hace querer avanzar, pero también tengo miedo, no sé cómo ser un elegido, no quiero morir como los otros, tampoco ser alguien malo, eso es lo que más me aterra. Perder.

La batalla que se aproxime será ganar o morir, no hay otras opciones y Joong me lo dejó en claro, debíamos ganar, avanzar y recuperar.

Pequeñas gotas de agua caían sobre él casi destruído vidrio.

Una gran tormenta se avecinaba y con eso supe que tenía que actuar, algo en mi interior me decía que debía superar mis miedos, enfrentarla.

Si ella quiere una guerra la tendrá.








Voy a empezar las clases y no voy a tener el tiempo para actualizar asi que seguro lo hago los viernes, sábados y domingos.  

El elegido¹;; seongsang [ateez!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora