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Omnisciente  


Encajaban a la perfección, eran lo que le faltaba, rellenando ese espacio vacío en sus vidas, entre pequeñas sonrisas y besos, estando en los brazos del otro, manteniéndose cálidos y con sus corazones contentos, sin necesidad de decir alguna palabra, dejándose llevar tanto como podían, porque se sentían perdidos en su mundo, porque nunca habían experimentado algo así, ese sentimiento de regocijo, de comodidad absoluta.

Seonghwa jugaba con los cabellos que caían en el rostro del menor, enganchándolos con su dedo y formando pequeñas ondas. Yeosang sonriendo con los ojos cerrados, sintiendo como su corazón latía tan rápido ante el contacto, parecía que había corrido durante horas, pero solo era el contacto del rubio con su rostro o cabello.

Después de ese beso, el primer beso de ambos, no habían dicho más, se recostaron en la cama, manteniendo la mira, manos enganchadas, y acurrucados.

Esa escena era simplemente...indescriptible, porque se sentía en el ambiente, con ese rayo de sol pasando por la habitación iluminando sus rostros, la brisa tan calmada, con ellos dos, solo ellos dos, creando amor.

Yeosang nunca imaginó que estaría así con una persona, al menos en lo que vivía en el orfanato, creyendo que jamás encontrarían a alguien con el cual compartir su día, pero estaba más que claro, lo podía ver, visualizar un futuro al lado de Seonghwa, haciendo sus vidas juntos, compartiendo sueños, hablando, riendo y apoyándose mutuamente, todo lo que deseo, pero no solo tenía ese tipo de amor, porque sabía que se había ganado la lotería con el amigo que tenía, Wooyoung.

Se sentía tan mal de haber ignorado las palabras del pelinegro, su corazón dolió por eso.

- ¿En qué piensas? – el rubio pregunto, él solo suspiro. – Trate mal a Woonie, no merecía ese trato y no tengo excusa. – abrazo el cuerpo de Seonghwa y colocó su rostro en su pecho, cerrando los ojos, sintiéndose gustoso. – Tranquilo, ya podrás hablar con él y pedirle disculpas. – beso su frente, el castaño levantó su mirada y no podía creer que en realidad este viviendo ese momento, era simplemente irreal. Sonrió a su mayor y ambos acercaron sus caras para darse un dulce beso sonriendo en medio de este, porque sus corazones estaban brincando de alegría. – Me gustas mucho. – sin pensarlo demasiado Seonghwa lo confesó, ahora más aliviado y tranquilo, porque sabía que era correspondido. – A mi también. – le respondió el otro, con esas mejillas sonrojadas que el rubio había besado toda la tarde. – Eres hermoso, tu rostro en una obra de arte, tus manos, tu marca de nacimiento, todo de ti es hermoso, porque eres perfecto siendo quien eres, con tus dudas y miedos, siendo solo tú, con tu pasado y tus responsabilidades...quiero que sigas siendo tú, que, si cambias, que sea para bien, que des pasos adelante, porque pase lo que pase yo te encontraré, no permitiré que pierdas tu esencia. – una lágrima se deslizaba por la mejilla del menor, quien lo observaba con un brillo especial en sus ojos marrones, dándole una bella vista al de cabellos rubios, que no podía dejar de sonreír. – Nunca tuve una familia, pero con ustedes siento que no necesito de más, no puedo desear algo más que estos momentos al lado de ellos, a tu lado y se me hace muy difícil entender lo que pasa por mi cabeza aun, pero si te tengo a mi lado para habla...sé que podre. – la mano del mayo cayó delicadamente en la mejilla del menor y solo la mantuvo ahí. - ¿Qué pasa? – Kang tragó saliva, desviando su mirada, sintiéndose nervioso de repente.

- Cuando estábamos en la enfermería y Jongho-yah tuvo esa visión, yo vi cosas que desearía borrar de mi mente, era horrible, todo estaba destruido, fuego, gritos y...- su expresión decaída preocupo al mayor, quien lo consolaba en silencio dándole dulces besos en su mano. – No puedo decirlo en voz alta, me da terror que se cumpla. – Yeosang paso su mano por su cabello y luego volteó, dándole la espalda al rubio. - ¿Alguien...- ni siquiera pudo terminar su pregunta, negó con su cabeza y suspiro para recostarse en la cama, con uno de sus brazos sobre su frente? – No pasará.

El elegido¹;; seongsang [ateez!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora