—Tú vas a ser mía, quieras o no.
Mientras Annabelle trataba de quitarselo de encima Mathias ya le había arrancado la mitad del vestido. Annabelle gritó y Mathias le arrancó las bragas, y se introdujo en ella. Annabelle gritó al sentirlo; una vez que acabó él sonrió.
—Espero que te haya gustado —le dijo en el oído mientras él se quitaba y se colocaba su ropa.
Annabelle destrozada y temblando lo miró y comenzó a sollozar de nuevo. Mathias rió y salió de la habitación, como si nada hubiera pasado, sólo un buen polvo.
—Maldito —susurró entre sus sollozos y se bajó de la cama para buscar las partes de su vestido destrozado.
Una vez concluida la fiesta Annabelle salió de la habitación y miró que no hubiera nadie para así salir cogiendo y con las partes de su vestido en las manos. Caminó por mucho tiempo hasta que por fin llegó a su casa, entró en ella y lo primero que hizo fue arrastrarse por la puerta y caer al piso mientras seguía sollozando.
—¿¡POR QUÉ!? —gritó lo suficientemente fuerte como para despertar a su abuela, quien al escuchar ese grito bajó a ver que pasaba.
—¿Anna? —preguntó la voz de su abuela, quien al verla en ese estado bajó los escalones lo más rápido que podía—. ¿Qué te pasó, Anna? ¡Dímelo!
—M-me violaron —La abuela de Annabelle palideció y la abrazó, ya que ser violada era lo peor que podría sucederle a una mujer, y más si sólo tiene 15 años.
—¿Quién fue? —le preguntó mientras le tomaba la cabeza entre sus ancianas manos—. Exigo saberlo, Annabelle. Hay que hacer algo.
—No —susurró—. No hay nada que hacer —le dijo y con la poca fuerza que tenía ambas se comenzaron a levantar.
—¿Pero qué estás diciendo, Annabelle? —la reprendió su abuela—. Lo que te acaban de hacer es un delito, y tienen que pagar por lo que te hicieron.
—¡No, Abuela! Lo que pasó no podemos contárselo a nadie, ¿me oíste? A nadie.
Annabelle caminó hacia las escaleras y las subió despacio. Le dolía la pelvis, y ese dolor era peor que estar en sus días. Al entrar a su cuarto trancó la puerta con seguro y se tiró a su cama a sollozar, que era lo mejor que podía hacer en ese momento. Desahogarse.
Annabelle se había quedado dormida llorando pero al despertarse se dirigió al baño y aún con lágrimas en los ojos dejó que el agua se llevara todo rastro de lo que le habían hecho la noche anterior. Sin desayunar se fue hacia la escuela, tenía que actuar como si nada hubiese pasado.
Al llegar se acercó a su casillero y sacó los libros que tenía a esa hora y cerró la puerta pero no se dio cuenta que Mathias estaba al lado suyo, al verlo se asustó y las lágrimas salieron de inmediato. Annabelle se alejó lo más posible de él.
—¿Qué te pasa? ¿No te gustó lo que hicimos ayer? —Annabelle le dio una bofetada mientras le decía:
—¡No me vuelvas a hablar en tu maldita vida! ¡Eres un asqueroso! —gritó y se alejó de allí mientras Mathias, con la mano en su mejilla roja, reía.
[...]
Pasaron los días y Annabelle había tenido constantes mareos y vómitos, y ella no entendía porqué. Decidió que era momento de contarselo a su única amiga, Lauren, porque sabría que la apoyaría con todo.
—¿¡QUÉ!? —la voz de Lauren retumbó por toda la cafetería mientras tenía los ojos abiertos por la noticia que Annabelle le acaba de contar.
—Lauren, por favor. No lo divulges y mucho menos grites de esa manera, no me gusta ser el centro de atención —la regañó.
—Lo siento, Anna. Pero es que es inconcedible, ¿cómo ese malnacido pudo hacerte eso?. Tienes que denunciarlo.
—No puedo, Lauren. Él puede decir que nada de eso pasó y yo puedo quedar como una mentirosa.
—No se puede quedar así, Annabelle. Ese maldito te violó, no puede salirse con la suya.
—No quiero que nadie más se entere, Lauren. Todo esto me tiene tan mal que he comenzado a vomitar.
—Espera... ¿Vomitar? —Lauren se preocupó.
—Sí ¿Por qué, qué pasa? —le preguntó alarmada.
—No puede ser...
—¿Qué?
—Es posible que estés embarazada, Anna.
—No, no eso no puede ser. No puedo estar embarazada a los 15 años y menos de ese estúpido. ¡No! —las lágrimas amenazaron con salir nuevamente pero Lauren las limpió rápidamente.
—Tranquila, no te alteres. Primero que todo tenemos que comprar una prueba de embarazo, hay que salir de dudas.
[...]
Annabelle junto con Lauren entraron en la farmacia y con muchísima pena pidieron la prueba de embarazo. Al comprarla salieron de la farmacia y se dirigieron hacia la casa de Lauren, porque Annabelle no quería que su Abuela las viera.
—Estoy nerviosa, Lauren. No quiero pensar que haré si quedo embarazada
—Tienes una fortuna contigo, Annabelle. Después de que tus padres murieron te dejaron muchísimo dinero, no creo que sea problema, y además estás con tu abuela quien te va a apoyar —Annabelle suspiró y entró en el baño.
Después de esperar los minutos suficientes para que la prueba estuviera lista Annabelle no aguantaba sus nervios, y cuando pasaron los minutos tomó la prueba y sin verla aún salió del baño y miró a Lauren.
—Mírala tú, no puedo con esto —le dijo mientras le tendía la prueba a Lauren para que la tomara en sus manos.
Con manos temblorosas tomó la prueba y le vio vuelta para ver el resultado. Lauren quedó sin aliento al ver el resultado y poco a poco fue subiendo la mirada hasta encontrar los ojos de una Annabelle muy angustiada.
—¿Qué salió? —le preguntó a Lauren. No respondió—. Lauren ¿Qué salió?
—T-tú...
Annabelle sin esperar más le arrebató la prueba de las manos a Lauren y al ver el resultado quedó helada, no podía creer lo que estaba viendo. Annabelle palideció y los ojos se le humedecieron por culpa de las lágrimas que comenzaban a salir.
—Estoy embarazada —dijo en un susurro mientras dejaba caer la prueba al suelo.
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Dark Past.
Genç KurguSinopsis. Gianna Grey es una joven alegre y estudiosa de 20 años con una vida por delante. Adam Cox, un chico alto corpulento de 22 años de edad. Después de varios eventos sucedidos ambos comienzan a enamorarse. Annabelle Grey, una mujer viuda y ma...