Vida en Londres

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- Molly ¿Para qué me necesitas? -dijiste entrando al laboratorio encontrándote con el detective- ah, Hola ruli-boy

- blanquea los ojos- hola enana -comentó mientras hacía unos experimentos.

- ¿enana? Soy alta, y más con tacos -dijiste resignada.

- para empezar pareces un hobbit -lo miraste sorprendida- tuve que ver esa mala película -habló quitándole importancia.

- así que has visto el hobbit, entonces te llamaré... -pensaste- smaug, aquel dragón era muy dramático -respondiste acercándote a él.

- viniste sólo a molestarme, o prefieres decirme más apodos -te miró de reojo.

- no Sherly-boy. ¿Sabes dónde está Molly? -te sentaste muy cerca de él, para mirar qué sustancias mezclaba.

Él fingía que le molestaba, pero de hecho le pareces interesante, eres la única persona a la que no pudo descifrar, se peleaban y eso le parecía divertido. Contigo no se aburría.

Ibas a llevarle a Molly un café ya que llevaban doble turno en el hospital. Entraste al laboratorio cuando sonó tu teléfono, lo sacaste y viste el mensaje, pero al tener el teléfono sólo alcanzaste a ver una presencia en la habitación, hablaste

- hola, te traje un café, debe ser estresante estar en el laboratorio -dijiste mientras contestabas el mensaje que recibiste de tu hermano.

- de hecho no -frunciste el ceño al escuchar una voz más grave que la de Molly- despeja mi mente -sentiste la presencia justo a centímetros de ti- gracias... -dijo quitandote uno de los cafés que llevabas.

- ¡oye! Ese era... ¿quién eres? -abrió la boca para hablar cuando entró Molly.

- aquí tienes Sher... -te vió- ¿qué estás haciendo aquí?

- vine a traerte un café por el doble turno pero él... -señalaste al hombre que tomó un sorbo de la bebida- tiene mi café -comentaste murmurando molesta.

A él le sorprendió que supieras su gusto con respecto a esta peculiar bebida, te miró y volvió a la silla donde se encontraba anteriormente

- gracias -dijo tú amiga mientras le dabas su café- lamentó no haberlos presentado, él es...

- Sherlock Holmes -lo interrumpió el detective yendo hacia ti.

- ___... -ibas a decir tú apellido, pero te interrumpió.

- si... Bien por ti -dijo restando importancia.

Él se paró frente a ti entrecerrando los ojos mirándote fijamente, por alguna razón no te podía descifrar, eso le pareció interesante en especial porque miraba cada parte de tu figura buscando algo que le dijera algo sobre ti, pero nada.

- ¿señor Holmes puede devolverme mi café?

- ¿este? -lo levantó y tú asentiste- nop. Esta bueno, así que es mío -sonrió, fue a su silla y tomó un sorbo para hacerte burla.

Así fue como comenzaron sus peleas y sus inagotables bromas pesadas.

- está en algo importante -dijo tratando de apartarte de encima suyo- no como tú, según parece

- eso ofende sherly-boy, acabo de salir de la sala de operaciones

- bien por ti -sonrió falsamente haciendo que ruedes los ojos.

En ese momento entró Molly, que al verlos tan juntos sintió una presión al pecho, a pesar de ser tú amiga no te había contado que estaba enamorada de Sherlock, aunque ya tenías tus sospechas

- ¿qué están haciendo? -dió sus típicas sonrisas confusas.

- estaba esperándote, recuerda que me necesitabas, no se para que, por eso vine

- ¿necesitarte? ¿Que van a hacer?... molestar a personas con tan sólo la presencia de ___ -dijo Sherlock riendo.

- ja ja ja, muy gracioso smaug -dijiste con sarcasmo- y bien ¿qué necesitas?

- me preguntaba si quieres ir conmigo a una cafetería, tengo tiempo libre -dijo Molly mirandote.

- claro -sonreíste- adiós sherly-boy -le revolviste el cabello haciendo que te asesine con la mirada. Le sonreíste con inocencia y saliste junto con Molly.

Al llegar a la cafetería se sentaron, pidieron sus cafés como les gustan. Molly te miraba pensando cómo contarte que estaba enamorada del detective consultor, temía que tú te burlaras de ella y que le dijeras a Sherlock, porque tú le contaste que no crees mucho en el amor.
Pero en realidad no te habías interesado en ningún hombre, nunca terminas de conocer a alguien, no te lo permitís, tú hermano te enseñó aquello. Miraste a tu amiga perdida en sus pensamientos, lo que te pareció extraño

- Molly ¿tienes algo que decirme? -preguntaste tomando un sorbo de tu café.

- ¿cómo lo notaste? -preguntó por lo bajo.

- estás algo dispersa y tímida

- verás -suspiraste- recuerdas cuando hablamos sobre chicos y me dijiste que no te gustaba nadie

- sip

- pues, yo mentí, si me gusta alguien, pero ese alguien está... -suspiró triste.

- con otra mujer? -preguntaste preocupada.

- no, él está interesado por su trabajo, ni siquiera me nota -bajó la mirada.

- lo lamento, debe ser feo, pero él es el idiota que se lo pirede. Casi todos en el mundo lo son. ¿Y quién es? ¿Lo conozco?

- asintió- She... Sherlock

- ¡¿qué?! -gritaste haciendo que todos volteen a verte- lo siento -respondiste a los demás- ¿como que Sherlock? -le dijiste a Molly- ¿que le viste?

- que tú lo creas feo no significa que lo sea

- si tu lo dices... -recordaste la cara de él- sabes -ella te miró- voy a ayudarte, voy a lograr que el ruli-boy se enamore de ti

- no creo que sea posible -rió tu amiga.

- yo si, ya lo verás. Desde mañana comenzaré -sonreíste y comiste un poco de tu cake mientras Molly sonreía emocionada.

El amor es una desventaja peligrosa(Sherlock Holmes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora