Redbeard

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- no puedo volver al departamento -dijiste mirando al suelo con tristeza- al menos no por ahora

Estabas en una cafetería con John y Claudia, cuando salieron del cementerio te intentaron reanimar a pesar de que ellos también estaban tristes.

- te entendemos -dijo John, pero se le hizo un nudo en la garganta y no pudo continuar.

- puedes quedarte con nosotros -comentó Clau mirándote en señal de apoyo- no tenemos problema

- negaste- gracias, pero prefiero estar un poco sola, si no se ofenden -miraste la taza con tu cafe.

- oye -Clau tomó tu mano haciendo que la mires- no tienes por qué enfrentar esto sola

- somos amigos ___ -dijo John- los amigos pro~protegen a las... personas -trató de disimular su tristeza al recordar que le dijo esa misma frase a Sherlock.

- lo aprecio mucho. En serio necesito estar sola -los miraste tratando de sonreír- necesito pensar

- está bien, te entendemos -dijo Claudia. A lo que John asintió.

- gracias... -te levantaste- ya me voy -dejaste el dinero de lo que pediste al igual que John y Claudia.

Salieron de la cafetería, John paró un taxi, te preguntaron si compartían el taxi contigo, a lo que respondiste con amabilidad que no.
Caminaste por las calles de Londres, faltaban poco para el anochecer, terminaste en el parque caminando sin rumbo con las imágenes de las lápidas de Sherlock y Moriarty en tu mente, elevaste la vista para no caer, a la distancia pudiste divisar lo que parecía un cachorro, te acercaste y efectivamente era un Setter irlandés cachorro.

Caminaste por las calles de Londres, faltaban poco para el anochecer, terminaste en el parque caminando sin rumbo con las imágenes de las lápidas de Sherlock y Moriarty en tu mente, elevaste la vista para no caer, a la distancia pudiste divisar lo...

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- hola amiguito -dijiste llamando su atención de cuclillas- ¿te perdiste? -se acercó a lamer tu rostro- ya tranquilo, alguien debe estar buscándote, ven -lo agarraste entre tus brazos- tengo una idea

Tomaste un taxi que te dejó en Scorlard, subiste con el cachorro que tiritaba de frío en tus brazos, te metiste a la oficina de Lestrade sin prestar atención a los demás, ignorando saludos y "lamento tu perdida"

- ¿Greg? -preguntaste entrando.

- ___ -éste se levantó de su asiento y fue hacia ti- lo lamento mucho -se veía triste y te abrazo.

- por favor -tragaste saliva recordando las lápidas- no te disculpes, ni lamentes, ni los nombres. Vine para saber si podías ayudarme a encontrar los dueños de éste cachorrito

- claro, lo siento... no sabía que... -Greg se quedó callado y fue a su computadora- no hay información de que busquen un setter irlandés cachorro, tal vez lo abandonaron. Dame al perro si quieres

- ¿y qué harás con él? -abrazaste el perrito.

- llevarlo a una perrera, tal vez encuentren a sus dueños o unos nuevos

- no puedo dejar que vaya a una fría perrera dónde lo encerraran y tendrá frío -bajaste la mirada al perrito- creo que me lo quedaré...

- eso es una mejor idea ¿cómo lo llamarás?

- se te hizo un nudo en la garganta- Re~Redbeard

- es un raro nombre -frunció el ceño.

- lo sé -sonreíste recordando a Sherlock- bueno, mejor me voy. Gracias Greg...

- ¿gracias? Pero si no hice nada -ríe- si necesitas algo dime

Asentiste y saliste de la oficina, caminaste hasta el ascensor cuando alguien lo detuvo

- ¡___! -se paró frente a ti Anderson- quería decirte que lamento mucho lo que le pasó a Sherlock, no creí que fuera capaz de suicidarse

- trataste de no llorar recordando el hecho de que estabas completamente sola- y~yo tampoco -dijistes en un susurró, cuando la puerta del ascensor se cerró derramaste algunas lágrimas.

Saliste de Scorlard Yard ignorando a policías como Donovan, fuiste a una tienda, le compraste un plato para la comida y otro para el agua, un collar, una placa con nombre y tu número de teléfono por si se perdía y alimento para perro.
Después de eso volviste a casa(a tu casa) se te hizo raro tanto silencio, encendiste la luz y bajaste al perrito que pronto empezó a correr por todo el lugar.

- de no tener mascota pase a tener una -dijiste mirando al perro jugando en tu sofá.

Al perro lo bañas, vas a la cocina a preparar comida para ti y le diste alimento a Redbeard, lavaste lo que ensuciaste y subiste a dormir.
El cachorro te quiso seguir, pero al ser pequeño no pudo subir por las escaleras, bajaste nuevamente y lo tomaste entre tus brazos, te acostaste y al perrito contigo, éste toreaba hacia la ventana, tú lo acariciaste y se tranquilizó, se acomodó cerca de ti y ambos se quedaron dormidos.

El amor es una desventaja peligrosa(Sherlock Holmes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora