Disculpas

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En la mañana Sherlock se levantó temprano, y fue a la ventana a tocar su violín, no había comido nada, sólo tocaba música.
John y la Sra Hudson estaban preocupados, también porque no aparecias, no habías dado señales desde anoche.
El detective por su lado trataba de saber por qué no habías vuelto, estaba en su palacio pensando y pensando.
Tú por otro lado te habías despertado tarde, lo que significaba que llegabas tarde al trabajo, te arreglaste, cerraste y te dijiste directamente al hospital, ibas a escribirle a los chicos cuando llegaras pero no hubo tiempo.
Tras 12 horas de trabajo al fin pudiste irte, ya era de noche, tomaste un taxi que te dejó en la puerta, al instante que abriste apareció John por las escaleras, al verte salió corriendo hacía ti y te abrazó

- que bueno que apareces -dijo abrazandote fuertemente- ¿dónde estabas?

- estaba en el trabajo, 12 horas corridas ¿y Sherlock?

- está arriba y no se que le sucede. No a comido nada y esta tocando canciones tristes

- hablaré con él -empezaste a subir las escaleras.

- oh ___, gracias por la chaqueta -sonrió- yo no pude darte tu regalo

- no te preocupes ¿subes?

- no, voy a pasear con Clau, más tarde vuelvo

- de acuerdo -moviste tus cejas pervertidamente haciendo que John se ruborice.

Subiste y encontraste a Sherlock de espalda tocando melodías tristes, tal y como te había dicho John abajo

- ¡John cállate! haces mucho ruido -dijo malhumorado.

- yo no soy John -te acercaste y lo abrazaste por detrás- pero tú tampoco eres el Sherlock que conozco mí Sherlock tocando melodías tristes ¿desde cuándo?

Se dió la vuelta para verte, dejó el violín y arco en el sofá y te miró fijamente formando una pequeña sonrisa

- ¿por qué no has comido nada? -frunciste el ceño- John me contó ¿ahora tocas melodías tristes?

- lamento haber llegado tarde... y gracias por los obsequios -dijo abrazandote.

- no te preocupes, fui a casa, me quedé a dormir allí y no pude escribirte antes porque llegaba tarde a mi turno -él beso tu frente- ahora, tú dime porque no has comido -frunciste el ceño molesta.

- Estuve en mi Palacio mental tratando de descifrar el por qué no venías, de verdad lo lamento. No pudimos pasarla juntos -te miró con tristeza.

- aww -te pareció tierno y doloroso el hecho de que estuviera triste. Después de todo, harías cualquier cosa para no verlo así- pero eso no es pretexto para no comer -lo besaste dulcemente- ya te preparo algo rápido -sonreíste.

Caminaste a la cocina y sacaste una sartén mientras pensabas que podías cocinar, Sherlock se acercó a ti y te abrazó mientras estabas de espaldas...

El amor es una desventaja peligrosa(Sherlock Holmes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora