John bajó rápidamente interrumpiendo tú momento con Sherlock, ambos miraron al sobresaltado doctor
- lo siento, lamento molestar -dijo incómodo John- ah, la Sra Hudson... -sacó su teléfono y les tomó una fotografía. Ambos lo miraron confundido- la quiere para un álbum, de paso me sirve para decirle que Sherlock y yo no somos nada, por décima vez
- ¿por qué estás tan apresurado John? -preguntaste con tono divertido.
- ah, sí -volvió a alterarse- Clau vendrá a tomar té -empezó a caminar de un lado a otro- debo ordenar un poco ¡no! Debo ir a preparar el té ¡no! Debo ir a cambiarme...
- jamás vi a John tan nervioso por ver a alguien -le susurraste a Sherlock.
- sip, es obvio que le gusta -rió el detective.
- John, tranquilizate -te levantaste y tomaste al doctor de los hombros para detenerlo- tú ve a cambiarte, Sherlock y yo nos encargamos de lo demás
- espera ¿qué? -preguntó el detective.
- de acuerdo -respondió John- gracias, les debo una -dijo mientras corría escaleras arriba hacia su habitación.
Miraste hacia la dirección de John con una sonrisa divertida y volteaste a ver a Sherlock, éste se encontraba sentado mirándote con cara de ¿qué acaba de pasar?
- ¿tú limpias la sala y yo preparo té? -preguntaste riendo.
- ¡aburrido! -dijo rodando los ojos de forma divertida.
- bien, tú preparas té y yo limpio -te acercaste y lo tomaste de la mano tirando para que se levante.
- si me das un beso, tal vez lo haga -sonrió.
Te acercaste a él y le diste un apasionado pero corto beso.
- ¡arriba! hay que ayudar a John
- de acuerdo -se levantó- ¿puedo estar en sábana? -negaste- ¿puedo drogar a John?
- ¿para qué harías eso? -preguntaste confundida.
- diversión -sonrió.
- ve a preparar el té de una vez -señalaste la cocina.
- suspiro- bien...
- y que no tenga droga -dijiste con una sonrisa de lado.
Después de un rato la sala ya estaba limpia, no tanto, para que Sherlock no se molestara por su amado polvo. Fuiste a la cocina y encontraste a Sherlock con su teléfono
- ¿ya hiciste el té? -preguntaste.
- sip, está sobre la mesa -guardó su teléfono y se acercó a ti para robarte un beso.
- iré a cambiarme, la sala tenía demasiado polvo -lo besaste.
Caminaste a la habitación y al entrar viste a una mujer acostada en la cama, le hiciste señas a Sherlock para que entrara. John apareció en la cocina con una sonrisa
- John, cancela la visita -habló Sherlock- tenemos un cliente
- ¿en tu habitación? -preguntó confundido entrando y viendo a una dormida Irene Adler.
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El amor es una desventaja peligrosa(Sherlock Holmes)
Hayran KurguSe me ocurrió armar una historia con respecto a si Jim tuviera una hermana