1. Lo que faltaba

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Como cualquier otro día estaba en clase. Era la clase de matemáticas por lo que me estaba quedando dormida, como siempre. Ni siquiera se que hacia en la clase si matemáticas es una que siempre me salto. Supongo que fui porque me estaba muriendo de sueño y quería un lugar donde dormir, qué mejor lugar que en mate. Estaba con mi cabeza recargada sobre mis brazos y mis brazos sobre la banca. Estaba a punto de quedarme dormida cuando escuche como abrieron la puerta y unos segundos después la cerraron de un azotón. Me desperté de golpe. Era el director y se veía muy enojado.

—Perdon por la molestia pero me podría permitir un momento a la señorita Jones— dice el director mientras todos me voltean a ver y hacen el típico sonido de "uuuuuu". Sinceramente no me sorprende, todas las semanas me llaman por algo pero esta vez que vino el director puede que sea importante ya que nunca se toma la molestia de regañarme.

—¿Esta vez que hice?— dije mientras me levanté de mi lugar

—Será mejor que se lo diga en privado señorita Jones

—Si no hay ningún problema señor director— contesta la maestra y me hace una seña para que salga del salón de clases

Mientras el director y yo caminábamos por el pasillo no se porque me estaba poniendo nerviosa. Es la primera vez que me pongo nerviosa cuando me llaman a la dirección. Presentía que algo estaba mal... muy mal. 

Al llegar a la oficina lo primero que veo es a mi mamá esperando sentada enfrente del despacho del director. Estaba con los brazos cruzados y tenía una mirada fulminante de esas que te sacan un escalofrío. Ahora estoy segura de que algo está mal.

—Sientate porfavor— Me dice el director

Doy un par de pasos y me siento en la silla que está al lado de la de mi mamá. Los dos se ven enojados. Cuando volteo a ver a mi mamá presiento que la he cagado pero durisimo. De esta no salgo viva y eso que mi mamá me perdona todo. Ya que como mencione antes no le importo ni un poquito, por lo que no va a gastar su tiempo en regañarme.

—Lamento informarles que los estudios de Verónica quedarán suspendidos, nos hemos visto obligados a expulsarla por su promedio y su mala conducta— cuando dijo eso el director mi corazón se paró, estaba paralizada. Ya llevaba 5 escuelas en total y en todas había sido expulsada y en eso noto como a mi mamá se la sale una risita.

—¿Por qué no me sorprende?— alardea mi mamá haciendo unos movimientos muy exagerados con sus manos — Tenías que cumplir con la sexta escuela, ¿o no Verónica?

—¿Mamá no podemos hablar de esto en la casa?

—¿Ahora como carajos vas a resolver esta mierda, eh?— dice mientras se levanta de la silla y me jala del brazo para que salgamos de la oficina

Al estar afuera me suelto del agarre de mi mamá y caminamos en silencio hasta el coche. Al entrar ella enciende la radio y se queda en silencio durante todo el viaje. Esperaba la regañiza de mi vida pero ya que no dijo nada creo que me he salvado una vez más.

Cuando llegamos a la casa abro la puerta y azoto mi mochila contra el suelo. Agarro mi celular y me acuesto en el sillón de la sala cuando mi mamá se sienta en frente de mi de lo más calmada. De seguro el drama que hizo en la oficina del director fue pura actuación. Todas la veces que me han expulsado de la escuela hace exactamente lo mismo y al final nunca me hace nada. Por lo que la ignore y seguí en mi celular.

—Ve a hacer tus maletas ahorita mismo— me ordena y me quedo atónita con sus palabras

—¿Maletas? ¿Por qué? ¿Acaso nos vamos a ir de viaje?— dije con entusiasmo. Se lo tomó mucho mejor de lo que yo esperaba

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