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Capítulo 11

Yoshiko estaba acostada en su cama mirando el techo, mientras acariciaba a su nueva amiga. Pensaba constantemente en si todo va a salir bien. El Coronavirus se expande por el mundo cada vez más rápido, y tenía mucho miedo de que la raza humana se extinga.

—¡Uffff, no es para tanto, Yoshiko!— se dijo para sí misma—Puede que sea contagiosa, muy contagiosa, pero no significa que nos vayamos a morir— miró a Lana—. Tú eres lo único que me hace estar tranquila— le sonrió.

Fue a la cocina a hacerse dos chocolates calientes. Uno para ella, y uno para Lana. Se sentó en la cama y le dio a su "amiga" una de las dos tazas. Sorbió su chocolate y volvió a mirar afuera.

—Ten confianza, Yoshiko. Sólo tienes que ser fuerte— se volteó a ver su canasta con lana, agujas de tejer y otros instrumentos de coser—. Voy a seguir trabajando en mi ropa.

(…)

Kazuo y Masao estaban mirando la nieve por su ventana. Pensaban constantemente en su abuelo… querían a toda costa que sobreviviera. Para ellos es alguien importante: fue quien les ayudó a andar en bicicleta sin las rueditas, los cuidaba cuando tenían una fiebre muy alta, les enseñó que el fútbol es un deporte muy divertido… No querían que los buenos momentos con ellos terminaran.

Su madre estaba cada vez más nerviosa. Tenía el cabello despeinado y las ojeras le quedaron violáceas.

—Mamá, nos da miedo tu aspecto— dijo Kazuo.

—Perdón, hijo, pero es una situación complicada. Su abuelo está en un estado muy delicado, y no puedo estar tranquila mientras siga escuchando más noticias acerca del Coronavirus.

—Pero te ves cansada— dijo Masao—. Ve a dormir un rato, te ves terrible, no te ofendas.

—¡Yo soy su madre y soy la que está a cargo! Ya va a estar el almuerzo, así que vayan a lavarse BIEN las manos— los señaló con el dedo y se fue a la cocina.

Los gemelos volvieron a mirar por la ventana.

—Abuelo…

(…)

Matsuyama se miró en el espejo luego de lavarse bien las manos. Eran cada vez más los días en los que se aburría estando en su cuarto. Las ciudades de todo el país cerraron varios comercios, suspendieron montones de partidos, varios hospitales se quedaron sin camillas y tapabocas… Japón está en una verdadera crisis.

—Tengo mucho miedo— estaba apunto de lagrimear, cuando su celular vibró. Lo sacó de su bolsillo y era una notificación de una de esas páginas de Internet donde subían artículos acerca del Coronavirus. Movía los ojos mientras leía ese mensaje:

"Un niño de quince años, residente de la prefectura de Shizuoka, ha sido dado de alta hace unas horas tras haber sido curado del Coronavirus".

—Un niño de mi edad sobrevivió al Coronavirus— sonrió.

(…)

—¡¿Tsubasa?!

—Hola, Ishizaki.

—¿Tus padres te dejaron salir afuera?

—No. Me escabullí.

—¿Por qué hiciste eso?

—Porque estoy muy aburrido en mi casa. Sólo estaré aquí dos horas y volveré a casa antes de que mis padres despierten de su siesta.

—Está bien. Pasa— ambos entraron en la habitación de Ishizaki.

Luego de dos horas de mirar vídeos graciosos en el celular de Ishizaki y enterarse de más noticias acerca del Coronavirus, Tsubasa se fue a su casa en el autobús.

Lo que no sabía…, era que olvidó el tapabocas en la casa de Ishizaki.

Usaba tranquilamente el celular en el autobús, mientras que había muchos pasajeros usando tapabocas, algunos aplicándose alcohol en gel en las manos, y algunos tosiendo.

—Mientras más rápido regrese, estaré menos expuesto…— pensó—¿Huh? Espera un segundo…— sintió que le faltaba algo. Algo importante. ¿Pero qué?

Sintió algo de comezón en la mejilla. Se rascó y se dio cuenta de lo que faltaba.

No tenía la protección del tapabocas.

—Oh, shit.

Apenas bajó del autobús, corrió a su casa. Por suerte sus padres aún seguían durmiendo.

Subió a su habitación, se quitó el abrigo y se echó a dormir una siesta.

—Tal vez no me pase nada— seguía repitiendo en su mente.

(…)

Han pasado cinco días, y el abuelo de los gemelos se encontraba respirando emtrecortadamente en el hospital.

Empezó a ver borroso.

—Ka-kazuo…, Masao…, cuídense, y sean fuertes…

Piiiiiiiiiiii. Hizo la máquina.

(…)

Este Tsubasa es un descuidado ;-;