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Capítulo 15 (FINAL)

Capítulo final ಥuಥ

Y les aclaro algo acerca de la canción: la chica que aparece al principio sería Tsubasa. Y los demás que aparecen son Ishizaki, Yayoi, Jun, Kazuki, Yoshiko, Kisugi, Urabe, y Tsubasa sería la chica del vestido rojo (en ese orden).

Ahora sí ü ♡

(…)

Una vez fue enterrado el azabache, su amigo Ishizaki sentía una enorme culpa por lo sucedido. Claro, fue a pedido de él para salir, pero siempre hay que hacerle caso a un adulto. Ahora se quedó sin amigo, sin nadie con quién jugar al fútbol.

Cuando la madre de Tsubasa se enteró del suceso trágico, dejó de hablarle a Ishizaki, y lo acusó de ser el responsable de su muerte.

—¡Pero señora, él fue quien quería salir!

—¡Pero tú lo sacaste a pesar del peligro que corría! ¡Si me hubieras hecho caso, él aún estaría entre nosotros!— le gritó.

—Lo sé, pero…

—¡No quiero que vuelvas a entrar a mi residencia!— le cerró la puerta en la cara.

Ishizaki suspiró. Se le volvió a instalar el sabor amargo en la boca.

—Me lo merezco— se fue caminando a un campo para recogerle flores a Tsubasa y dejárselas en el cementerio.

(…)

Hyuga, Ken y Takeshi estaban en frente a la lápida de Sorimachi, dejándole un racimo de rosas.

—Para el mejor compañero de fútbol que tuvimos en el equipo Toho— dijo Hyuga.

Takeshi empezó a llorar de nuevo, y Ken lo abrazó.

Las lápidas de Yayoi y Jun estaban al lado, donde estaban sus padres haciendo lo mismo que ellos.

—A pesar de que no se puede salir a la calle, esto es muy necesario. No importa si nos contagiamos o no— dijo la mujer.

—Jun, fuiste el mejor hijo que pudimos haber tenido.

—Yayoi, nunca nadie va a reemplazarte en nuestros corazones— dijo su madre y le dejó el racimo de flores—. Descansa en paz.

—Todos vinieron a ver a sus hijos— dijo el rapado para sus adentros. Se acercó a la lápida de Tsubasa y le dejó las flores. Cerró los ojos y puso sus manos en el pecho—. Lo siento. Es mi culpa que ya no estés vivo. Pero quiero que sepas, que lo hice para concederte tu último deseo. Por favor, Tsubasa: descansa en paz.

Los gemelos también vinieron a ver a su difunto abuelo.

—Niños, esto va a ser muy fuerte para ustedes— dijo su madre.

—Lo sabemos.

—Pobrecitos— pensó el rapado, y se fue, dejando el cementerio.

(…)

Los siguientes días fueron peores: se registraron aún más casos en distintas regiones del país. Todas las prefecturas estaban infectadas de covid-19, y más personas murieron. Aunque ya no estaban en invierno, y el número de casos descendió un poco, pero aún así la enfermedad vivía en el aire, y ya no quedaba papel higiénico, alcohol en gel, mascarillas, ¡nada! Las personas arrasaron con los supermercados. Nadie salía a las calles. El temor reinaba en las ciudades. La gente parecía perder las esperanzas.

Los estudiantes se reintegraron a la escuela, pero no era lo mismo: estaban asustados, y en algunos casos, tristes por la pérdida de sus amigos.

Pero claro que aún existía alguien que no tenía miedo:

—Ja, todos están asustados, y yo soy un sobreviviente— dijo con una cara que denotaba superioridad.

—Creo que el haberse recuperado se le subió a la cabeza— dijo Taki.

—Soy invencible, Taco— se paró y colocó los brazos en jarra.

—No eres invencible, solamente te curaste, como muchos más niños se han curado— intervino Izawa.

—¡Oooooooooh! ¡En tu cara!

—Ya veremos quién ríe ahora cuando veas que te falta algo en la mochila— se cruzó de brazos.

—¿Qué?

Revolvió su mochila, y vio que le faltaba su almuerzo.

—¡¿QUÉ HICISTE CON MI MERIENDA?!

—¿Te refieres a esto?— saca de su bolsillo dos barritas de cereal cubiertas de chocolate.

—¡Dámelas!

—Sí, claro. Trata de quitármelas…

—A sus asientos, señores, que esto no es una cantina— dijo el profesor entrando al salón—. Hoy es el día en que corregiremos las maquetas de volcanes que hicieron en el tiempo que no tuvieron clases.

—Valió la pena traer esa cosa desde casa— pensó Izawa.

(…)

Matsuyama estaba mirando por su ventana mientras pensaba en el futuro.

—Vamos a llegar hasta el fondo del asunto. Encontraremos una manera de evitar esta catástrofe en las próximas generaciones. Voy a salvar a los ancianos, bebés y niños con enfermedades crónicas. Lo haré…