Capítulo 12

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Las personas estaban más asustadas que nunca. Ya ni siquiera salían de sus casas (salían en casos de emergencia extrema). Los noticieros estallaban en noticias acerca del Coronavirus. Todos los centros educativos del país suspendieron las clases por un mes para evitar contagio entre los estudiantes, por más que no sean población en riesgo (aunque siempre hay uno con problemas respiratorios o de asma). Cerraron cines, heladerías, restaurantes, etcétera, todo para evitar concentraciones de personas en un espacio cerrado. Cada día eran más los casos de covid-19 en todo el país, y ya eran tres niños muertos en Tokio, lo que enloqueció más a los padres de los demás jóvenes.

Parecía que esta gripe iba a extinguir a la raza humana.

Pero claro, hay gente que no actúa paranoica, por ejemplo…

—Ja, todos actúan como si fuera un apocalipsis— rió y comió una galletita de la lata.

Izawa salió del baño y vio a su amigo comiendo de SU lata de galletas.

—¿Qué estás haciendo con MI lata?— se señaló a sí mismo.

—Y lo que se hace con las galletitas: me las como— obvió, y se comió otra.

—Pídeme permiso.

—Pero tú dijiste que hiciera lo que quiera, que me sienta como en casa…

—…

—Yo en mi casa hago esto todos los días, pero mi madre está aún más insoportable que nunca, ¡aún después de que me curé! Así que por eso vengo aquí.

—YO te voy a buscar en el auto, y YO te llevo a casa.

—Es lo mismo— hizo un ademán con la mano—. Sentémonos en el sofá a ver ese programa de adolescentes que vi en el hospital— se sentó y cambió de canal.

—¡Oye, estaba viendo el noticiero!— se quejó Taki.

—¿Por qué no vas a tu casa y lo miras allá? Mi programa empieza ahora y lo tengo que ver porque sino me muero— buscó el canal con el control remoto.

Taki suspiró.

—Para qué molestarse.

(…)

A la mamá de los gemelos se le cayó el celular al piso. Recibió la triste noticia de que su padre, el abuelo de sus hijos, falleció en la madrugada. Se agachó en el piso, y rompió en llanto, cubriendo su cara con sus manos.

Kazuo y Masao oyeron sollozos y un llanto agudo proveniente de la sala. Dejaron el desayuno en la mesa y fueron allí, donde encontraron a su madre llorando desconsoladamente.

—Amm, ¿mamá?

—¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?

Entre llanto e hipo, ella les contestó:

—Su… su abuelo… falleció— volvió a romper en llanto.

Los gemelos sintieron que algo se les había roto. Su corazón se quebró en mil pedazos. Esa persona a la que le tenían mucho respeto y amor… se desvaneció por culpa de esa maldita enfermedad.

—A-abuelo…— Kazuo sentía que se estrangulaba lentamente.

—N-no…— Masao sintió un sabor amargo instalándose en su boca.

Sin más, se abrazaron y lloraron juntos.

—¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

(…)

"Se confirmó la muerte de un anciano de ochenta años en la prefectura de Akita. El hecho ocurrió hace dos días. En otras noticias relacionadas al tema…"

La mamá de Kazuki destrozó la televisión levantándola y azotándola contra el piso.

—¡ENFERMEDAD DE MIERDA!— gritó, histérica del llanto. Había llorado momentos antes al recordar que su hijo ya no estaba entre ellos.

—Kazuki…, qué falta nos haces— dijo el padre, ahogado por la tristeza, tratando de beber su café, pero le temblaba la mano.

Crash. La taza de café cayó al piso y se quebró en mil pedazos.

—Se los suplico, doctores del mundo… Por favor hagan una vacuna contra el Coronavirus, para que nadie más muera. Háganlo por mi bebé.

(…)

"Las familias de los jóvenes fallecidos en Tokio reclaman a los doctores que ejecuten una vacuna contra el covid-19 tras la muerte de sus hijos:

—¡Se los suplico con el corazón! ¡Mi niño necesita que lo hagan para que pueda descansar en paz!

—¡Yayoi necesita que salven lo que quede de la raza humana! ¡Por favor, Dios mío, háganlo por ella!

—Lo que va a hacer feliz a Jun será que detengan esta enfermedad que está extinguiendo a la raza humana lentamente. ¡Se los ruego, detengan esta locura!

—Qué horror— la madre de Tsubasa se tapó la boca.

—Ma-mamá— Tsubasa apareció—, yo…

—No quiero oír ninguna palabra de ti, jovencito— lo señaló con el dedo—. ¡¿Cómo pudiste ir a lo de Ishizaki sin nuestro permiso?! ¡Ahora por tu culpa tienes Coronavirus!

—Mamá, por favor…

—¡Vuelve a la cama inmediatamente!

Tsubasa sólo obedeció y se acostó en su cama. Sentía un dolor agudo de cabeza, tenía mucha tos, estornudaba mucho, y en algunos momentos tenía dificultad leve para respirar.

—No importa lo que pase… Voy a sobrevivir a esto.

(…)

Pobres los padres de Sorimachi, Yayoi y Jun ಥ_ಥ

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