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Capítulo 13

—¡¿QUÉ?! ¡Mierda!

—¿Qué pasó, Kisugi?

—Miren esto— les mostró el celular a sus amigos.

"Los profesores de los centros educativos del país van a enviar trabajos por Internet para no perder clases".

—¡Yo quería vacaciones!— expresó enojado.

—Y bueno, ¿qué se le va a hacer? Tendremos escuela en casa como las estrellas de Hollywood— rió Izawa.

—Recuerdo que Wakabayashi antes tenía escuela en casa para así tener tiempo de entrenar para el partido ese de primaria— añadió Taki.

—No me lo recuerdes, Taco.

—…

Kisugi suspiró.

—Escuela en casa… O sea: no madrugar, holgazanear todo el día luego de hacer el trabajo, y dormir todo lo que quieras…

—Si supieras todos los trabajos que nos van a mandar, mi querido Kisugi— dijo Izawa.

—Oh, vamos. No puede ser taaaaanta cosa— dijo haciendo un ademán con la mano.

—Oooh sí es taaaaanto. Son trece asignaturas en total, Kisugi, imagínate.

—Oh, shit.

—Pero tienes razón en algo— interrumpió Taki—: Podemos dormir hasta tarde, hacer lo que sea después de trabajar, y no madrugar a las siete de la mañana con este frío.

—Además: no hay que hacer todos los trabajos en un sólo día. Hacemos dos o tres en un día y terminaremos todo en cinco días probablemente— dijo Izawa.

—¡Es verdad! ¡Aguante la escuela en casa!— Kisugi levantó los brazos.

—¡Síiiiiiiiii!

(…)

Tsubasa estaba en su cama mirando un partido viejo de fútbol que estaban retransmitiendo para no aburrir a los televidentes. Deseaba con el corazón pisar una cancha de fútbol y jugar con todas las ganas que tenía. Pero claro, eso no va a ser posible hasta que se extinga el Coronavirus.

—Tsubasa— su madre entró a la habitación.

—¿Mamá?

—Ishizaki va a venir a visitarte para que no te aburras, así que te voy a pedir que por favor te pongas el tapabocas cuando llegue. ¿Me oíste?— lo miró de reojo.

—Sí, mamá. Lo prometo. Por favor no te pongas tan densa y ve a descansar.

—¡¿Me estás llamando "densa", niño malcriado?!

—Por favor no enloquezcas. Sólo te digo que duermas una siesta…

—Sí, claro, ¿y dejar que hagas otra ridiculez como salir afuera? ¡Ni siquiera lo pienses! ¡No comeré o dormiré hasta que te hayas recuperado, al igual que el otro niño de Shizuoka!— se fue.

—Ay, está loca de remate.

Ishizaki llegó y fue a ver a Tsubasa, quien estaba con el tapabocas.

—Hola, Ishizaki.

—Hola, Tsubasa. ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?

—No te preocupes. Es apenas un dolor agudo de cabeza, pero nada del otro mundo.

—Me alegro. Qué bueno que se está terminando el invierno. Mañana ya sería el Festival del Hanami, pero claro que nadie va a ir a verlo— dijo con la cabeza gacha.

—El Festival del Hanami… Desde que era un niño me encantaba ver los cerezos florecer. Recuerdo cuando llegué a Shizuoka y vi un montón de árboles Sakura…

—Qué tiempos, ¿no? Tú llegaste y me convertiste en un mejor jugador. Te debo la vida, Tsubasa— sonrió—. Si te llegara a suceder algo trágico, no lo soportaría.

La habitación quedó en silencio por unos diez segundos.

—Ishizaki.

—¿Sí?

—Necesito que me hagas un favor muy importante.

—¿Qué necesitas, Tsubasa?

Tsubasa le hizo una seña con el dedo para que se acercara más. Lo más probable era para que su madre no lo oyera.

—Quiero que me lleves a ver los cerezos mañana a primera hora.

—¡¿QUÉ?!

—Shhh— puso un dedo en sus labios.

—¡¿Estás loco?!— dijo en voz baja—¡¿Quieres salir en este estado?!

—Sí, Ishizaki. Por favor, te lo ruego. Tengo que ver los cerezos este año, o sino no me lo perdonaré— juntó sus manos.

—Mira, no quiero hacerte sentir mal. Sé que amas los cerezos, pero si sales afuera podrías morir. El doctor lo dijo muy claramente.

—Ni siquiera hace tanto frío. ¡Por favor, Ishizaki!

—Tsubasa…

Los ojos de Tsubasa brillaron. Un silencio incómodo se instaló en el pequeño cuarto, hasta que Ishizaki rompió ese silencio:

—Está bien, lo haré. Pero si noto que te estás poniendo peor, te regresaré inmediatamente, ¿entendiste?

Tsubasa asintió.

—Muchas gracias— dijo con una voz tomada por la emoción.

—Partiremos en la madrugada. Ponte el tapabocas, abrígate mucho, y lávate bien las manos antes de salir.

—Sí.

—Entraré por la ventana, y te llevaré en mi espalda para que no tengas que caminar.

—Gracias, Ishizaki, de verdad. Te abrazaría, pero no te quiero conta…— fue interrumpido por un abrazo de parte del contrario.

—Si no me toses arriba no me contagiaré. Además me lavé las manos.

—Qué inteligente— rió.

(…)

Quedan dos capítulos para el final (;u;)

Este Tsubasa se quiere morir o qué onda? :(