CAPÍTULO V

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LA BREVE REGRESO DE PATRICIA FERNÁNDEZ

15 de febrero 2002

Ayer tuve un sueño muy vívido, un sueño como hacía mucho tiempo no tenía. Ese sueño me dejó temblando. Me desperté y mi cuerpo tenía una reacción extraña, sentía la necesidad de estar con él. Las imágenes ya no son claras pero la sensación es muy fuerte, me revolotea algo en el estómago y mientras me bañaba no podía quitarme de la cabeza a don Armando.

Me dio vergüenza cuando descubrí que mi subconsciente me delataba y que lo único que quería era hacer el amor con él. Es extraño estar dormida y despertarte con ese deseo, mientras cuando estoy despierta lo controlo, por el trabajo, por mis miedos.

Ayer el me propuso ser su esposa, no pensé que esto sucedería tan pronto. En sus ojos veo la urgencia que yo también tengo y trato de ocultar, que él me desea, que el sueña conmigo.

Esa mañana llegó Don Armando a desayunar, como siempre, mi papá lo recibió y lo hizo pasar al comedor. Esta vez desayunamos algo más típico: huevos revueltos, fríjoles y plátano frito, aunque yo y don Armando preferimos algo más liviano: una ensalada de frutas.

Nicolás ya se estaba comiendo por segunda vez cuando don Armando y yo nos sentamos en la mesa.

-¡Ah, este alepruz ya tiene carro, tiene un buen puesto pero no tiene plata para llenar la nevera de su casa! –se quejó mi papá

-No, don Hermes, yo sí le lleno la nevera a mi mamá, pero yo le soy fiel a la cuchara de doña Julia.- Nicolás soltó su risa sonora.

-Bueno, lléneme a mí la nevera entonces, que es que aquí donde usted viene a tragar como condenado.

-Doña Julia, ¿cómo hace para aguantar al tacaño de don Gérmenes?

- En la mesa no se discute, la hora de comer es sagrada así que ya, Hermes, deje a Nicolás tranquilo.

-¡Eh! – gruñó mi papa. 

-Betty, le recuerdo que hoy no llego a la empresa hasta muy tarde, tengo que ir a hacer unas diligencias- dijo Nicolás.

-Bueno, Nicolás, pero recuerde volver antes de las dos de la tarde, necesito que me platique cómo va concretamente los resultados de la franquicia en Venezuela, y las que se acaban de vender. Quiero las cifras.

-Claro, Betty. Ayer estuve trabajando en ese informe. Se va ir para atrás cuando le muestre los datos.

-Ayer cerré contrato con los de México, quedaron fascinados con las prendas y el área de producción- comentó don Armando.

Cuando llegué a Ecomoda lo primero que hice fue ir al taller de diseño a buscar a Inesita y preguntarle si sabía cuándo regresaba Don Hugo.

-Me llama todos los días, Betty. Pero cada vez que le pregunto cuándo regresa, me cambia de tema.- dijo Inesita.

-Pero acordamos que eran quince días de vacaciones, y dentro de dos días se cumple la fecha. Necesitamos empezar a trabajar en la próxima colección.

-Yo lo sé, Betty. Pero yo no sé lo que le pasa a este señor.

-Le pasa lo de siempre, que se cree la última coca cola del desierto. Sus ínfulas llegan hasta la estratósfera- se quejó don Armando, que había estado escuchando la conversación.

-Nunca va a soportar que yo dirija esta empresa- musité.

- Lo que no soporta es que siempre estuvo equivocado. No soporta que tus estrategias de negocio han sido más productivas que todos sus conceptos ridículos de moda- dijo Armando, y me abrazó por los hombros.

YSBLF_El Noviazgo (Ira Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora