YSBLF_El Noviazgo (Ira Parte)

CAPÍTULO XI

EL PRIMER CÓCTEL COMO NOVIA DE ARMANDO MENDOZA.

El tiempo apremiaba y tuve que recurrir a las muestras del taller de don Hugo para ir al cóctel; mi guardarropa no estaba surtido de vestidos para dicha ocasión y en ese momento no podía salir a comprarme uno.

-Cuando don Hugo se vaya, vamos al taller...-le dije a Aura María.- Y me ayuda a escoger algo.

-¿Cómo así, Betty? Ese señor no le puede prohibir entrar al taller, si usted es la presidente ¡Qué tal, vamos que usted puede coger de ahí lo que quiera! - dijo Aura María

-Es solo retrasar lo inevitable. Porque si va al evento, me va ver, pero tal vez no se dé cuenta que es la muestra del taller. –dije.

-Ay, Betty. Don Hugo es muy perspicaz, reconoce cada pieza suya de cada colección, y sobre todo la primera, que es la que yo hago y que a veces lleva detalles ínfimos que el reconoce. –aclaró Inesita.

-Lo sé, y no debería ir al cóctel porque no estoy de ánimos ni tengo tiempo de ir a mi casa a cambiarme y ponerme cualquier cosa. La verdad es que o voy con uno de estos trajes o no voy.

-¡Ah, no! Usted no se pierde ese cóctel. ¡Se me pone triple mamita ya y al carajo Hugo Lombardi!

-No, pues Betty, me gusta su postura. Si usted sigue permitiendo el abuso, don Hugo no va dejar de molestarla.-dijo Inesita.

En realidad lo que don Hugo pensaba no tenía sentido, ya que yo, así  como muchos otros  ejecutivos, comprabamos  la ropa en Ecomoda, incluso el cuartel; ¿Entonces cuál es la diferencia de usar las muestras que estaban en el taller? No tenía lógica, pero para la cabeza de don Hugo así era. Las muestras de su taller solo sus modelos podían usarlas.

De todas maneras, esperé que don Hugo se hubiese ido y entré al taller. Me medí varios conjuntos. Yo quería llevar un conjunto de pantalón negro y camisa blanca, con un blazer azul. Pero Aura María me dijo que le gustaba más un vestido negro, hasta las rodillas, sin mangas, pero con un pequeño escote en la espalda. Éste no era tan atrevido para venir como sugerencia de Aura María, pero tampoco tan sobrio como yo lo buscaba. Al final me pareció una opción equilibrada y a Inesita también le gustó.

-Necesito un blazer que combine-les dije porque me sentía rara con los brazos descubiertos.

-No, le va arruinar ese lindo escote, que es un escote que no deja ver nada, Betty ¡Qué vaina la suya! –se quejó Aura María.

-Por favor, Aura María, usted sabe el frío que está haciendo afuera...

-Betty tiene razón... llévese este blazer azul del otro conjunto, le queda precioso ese color- dijo Inesita. El blazer me hizo sentir más cómoda, más yo. Me puse unos tacones de plataforma negros; los tacones antes no eran lo mío, pero ahora me estaba acostumbrando a ellos.

Después me maquillé un poco como pude porque ya era tardísimo. Aura María me recogió el cabello en una media cola y quiso hacerme ondas con la tenaza pero yo no la dejé. Hacía mucho tiempo usaba el cabello liso.

Armando estaba esperándome en la oficina y cuando salí creo que lo sorprendí un poco con el vestido. No me había puesto el blazer azul todavía.

-Estás preciosa, mi amor. –Me dijo y me pasó los dedos por los brazos desnudos. Yo me reí y él sonrió.-

-¿No te parece un poco informal, estás seguro?- le consulté-

-No, me parece que resalta tu inteligencia, tu carácter, tu belleza, - terminó susurrando todo esto en mi oído y las ondas de su voz hicieron que un escalofrío me recorriera por la espalda. Me ruboricé.