"ARMANDO Y BETTY"
Esta noche estuve tan cerca de hacerla mía otra vez. Su cuerpo vibraba entre mis manos como una hoja, sentía su aliento entrecortado en cada movimiento de nuestros labios perfectamente sincronizados en un delicioso beso, un beso de esos labios que eran mi delirio. Me besó el pecho con esa ternura que me había vuelto loco desde la primera vez que hicimos el amor. Ella notó que estaba al borde del éxtasis, entonces tocó mi miembro y yo no pude contener este fuego, este amor que me desborda, e inevitablemente me vine encima. La detuve cuando intentó bajar el cierre de mi pantalón porque me asusté, nunca había eyaculado con tan solo el roce y el tacto de una mujer. Siempre me había llevado un tiempo que mi cuerpo se desbordara hacia a fuera, y en eso residía mi éxito con las mujeres. Podía durar hasta 30 minutos dentro del cálido lugar donde estaba destinado a desembocar el órgano masculino en el acto sexual.
Beatriz estaba decidida a terminar en ese momento con la espera, había olvidado que estábamos en mi carro, a escasos metros de su casa, y que yo podía lastimarla sin querer. Yo también me había dejado llevar por el deseo hasta que me desbordó.
-Vea, Betty. Dios sabe que esto es lo más raro y difícil que he dicho en mi vida. Pero es lo más correcto. Creo que debería descansar. Si usted y yo vamos a mi departamento, yo podría volver a lastimarle esa mano, y yo quiero que esa mano se sane bien y pronto, y la única manera es que usted guarde el reposo indicado por el médico. Después de eso, yo estaré más tranquilo y le podré hacer el amor como los dioses ¿Está bien?
-¿Cómo los dioses? –Repitió ella, con el labial corrido, y los ojos abiertos como platos.-
-Sí, Beatriz. Los dioses cuando hacen el amor no dejan lugar a dudas por qué son dioses y por qué de ellos es el cielo.-le dije. Me di cuenta que yo también temblaba-
Ella asintió a mis palabras y se dio cuenta que tenía razón. Se acomodó el pelo en un impulso nervioso y me dedicó una sonrisa reluciente.
Yo le besé con ternura la mano lesionada y tomé la otra mano para acompañarla hasta la puerta. Me despedí con un beso en la frente y a regañadientes fui soltando sus dedos mientras desaparecía detrás de la puerta de su casa.
Permanecí unos minutos más con el motor de mi carro apagado, contemplando la casa de Betty en la oscuridad de la noche y pensando cómo ese lugar, donde había crecido Betty, ahora también era mi hogar, era el lugar donde era feliz, porque lo habitaba ella.
Encendí el motor de mi carro y arranqué. En el camino iba deliberando si ir a mi departamento a beber solo o a beber solo pero rodeado de gente en un bar cerca. No se me antojaba beber solo en mi departamento. ¿A esta hora qué se encuentra abierto?, pensé. Vi el reloj, eran las 12: 50 de la madrugada. "Bien, puede que todavía encuentre algo abierto. Dos tragos y listo", pensé.
Me fui a la zona de restaurantes, bares, club nocturnos donde la gente rica se venía a meter. Algunos de estos bares estaban abiertos. Le entregué las llaves al ballet parking y me adentré a un lugar llamado "The Shark". El mesero se acercó a mí para ofrecerme el menú.
-Me trae un whisky, por favor, del mejor que tengas. –le dije--
-Entendido, señor. ¿Desea algo de comer? Estamos por cerrar cocina y sería mejor que ordenara ahora mismo.
-No, gracias. No tengo hambre- le dije. El mesero se marchó, pero a los 2 minutos me trajo el trago que le había pedido-
Yo estaba sentado en una mesa para dos, a mi lado había gente conversando animadamente.
Desde que estaba con Betty ya no salía a beber a la calle, también me había acostumbrado a buscar siempre una mesa para dos. Nunca más volví a sentarme en la barra a beber solo.
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YSBLF_El Noviazgo (Ira Parte)
FanfictionEsta es una historia propia, creada con el mayor respeto y admiración a Fernando Gaitan, creador y escritor de Yo soy Betty, la fea, y para los fanáticos de esta maravillosa historia. No pretendo imitar ni copiar su majestuoso estilo. Todo lo contr...