CAPÍTULO IX

4.8K 308 50
                                    

EL INESPERADO PAQUETE PARA ARMANDO MENDOZA

Al regresar de la hora de almuerzo, llegué solo, porque había dejado a Betty en el centro comercial; me dijo que iba a demorarse un poco y que no la esperara.

Entré a la oficina y estaba un paquete mal empacado encima de mi escritorio, tenía remitente, era de mi hermana Camila.

Cada cierto tiempo me enviaba paquetes con fotografías, recuerdos, tarjetas de navidad y regalos. Aunque yo sabía que no se había ido por iniciativa propia, tampoco nunca me manifestó que quisiera regresar a Colombia. Las cosas le iban muy bien, tenía una carrera exitosa, era profesora de artes plásticas. Tenía una hermosa familia, tres hijos: Gonzalito, producto de su primer matrimonio con un hombre que causó tanto revuelo, que mi hermana por mucho tiempo mantuvo una relación distante, por no decir, mala, con nuestros padres, lo que al final había provocado la ruptura geográfica de la familia, y luego estaban los mellizos, Ana y Henry Jr., producto de su segundo matrimonio con un suizo.

En el paquete que tenía en mis manos estaba un sobre blanco encima de otros sobres más grandes. Lo abrí y era una carta de ella, decía así.

5 de febrero 2002

Mi querido hermanito:

Eres un ingrato, no me has escrito ni una vez en los últimos 5 meses. Me preocupé y le pregunté a Margarita por ti. Ella me contó que tu matrimonio con Marcela no se realizó, no quiso decirme los motivos, ya sabes que ella es renuente a hablar conmigo cuando algo le molesta de ti; ella que siempre te mimó tanto y añoró tanto esa boda.

Yo soy tu hermana y te conozco, supuse que fue porque alguna te mandaste. Pero luego, por algunas amistades que aún conservo de Bogotá, me enteré que es porque te enamoraste de otra persona.

¿Me vas a contar sobre esa mujer? Espero me escribas pronto, me mandes alguna foto de ella, una foto tuya para ver cómo has cambiado desde el último año que nos vimos. Yo te mando fotos de mis hijos; Gonzalito está más alto que yo y dice que te recuerda con mucho cariño, y los mellizos que ya van a la escuela y recuerdan cuando les leías cuentos en español, no sabes lo bien que lo hablan gracias a ti. Espero poder ir a tu boda, porque imagino que pronto vas a sentar cabeza, ¡Ya es hora mi hermanito!

Sabes que en la boda de Marcela y vos tenía previsto estar presente, pero, luego con la cancelación repentina, Madre me pidió que no fuera por allá. A veces me comporto como una adolescente, que no tiene ni voz ni voto frente a Margarita, lo acepto. Al final fue tanto el problema con ella que decidí no viajar. Margarita me advirtió que no estabas pasando por un buen momento, que habías hecho cosas que perjudicaron el patrimonio de la familia, pero como siempre no me cuenta nada. Roberto vino por unos días antes de eso y me dijo que tenía un presentimiento sobre la empresa y tu gestión. Yo lo tranquilicé, pero luego me entero de que las cosas van mal allá y me preocupé. Si no me quieres contar, está bien. Solo quiero saber que estás bien y si me necesitas puedes venir acá por unos días de vacaciones o yo voy, no importa que Margarita no quiera.

Dentro de este paquete también hay regalos, ropa que acá está de moda y muchas fotografías.

Te ama.

Camila.

Fui sacando las fotografías y las contemplé como se contempla un espejismo, pero ellos eran tan reales como yo. Hacía trece años que mi hermana se fue por unas vacaciones y no regresó nunca más. Nadie me contó al inicio sobre el porqué de su repentina ida, pero yo escuchaba las discusiones de mis padres y sabía que un hombre tenía que ver. Camila nunca tuvo la suficiente voluntad de carácter para enfrentarse a ellos y yo tampoco la defendí, era muy chico en ese entonces. Sin embargo, mi hermana se había resignado de buena gana a la vida que habían escogido para ella en Suiza, y las veces que la vi en todo este tiempo, nunca me dio la impresión de que fuera infeliz.

YSBLF_El Noviazgo (Ira Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora