10. Una propuesta para Heidi

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Pasaron tres días desde que tuvo lugar la discusión entre Heidi y Pedro y durante ese tiempo ambos no habían vuelto a verse.

Aquella mañana, Heidi salió a pasear con Clara por el bosque y los alrededores de Dörfli. Las muchachas llevaban una cesta con algo de comer para hacer un picnic al aire libre las dos juntas, así podrían hablar de amiga a amiga. Tenían muchas cosas que contarse la una a la otra y a veces algunos temas de los que hablaban eran más propios de mujeres y eso, lógicamente, no lo iban a comentar delante de los chicos. Aprovechaban los ratitos que ambas estaban a solas para hablar de esos temas.

Extendieron una manta en la hierba y las dos amigas se tumbaron encima. Sacaron la comida que habían traído en la cesta y empezaron a comer y a charlar.

-Heidi, ¿qué tal estás con Bruno? 

-Me siento a gusto a su lado, Clara. Es un chico encantador.

-Me alegro mucho.

-¿Y a ti con Hans?

-Estupendamente. Hans es maravilloso, Heidi. Estoy completamente segura de que él es el amor de mi vida.

-¿Cómo estás tan segura?

-Por todo lo que ha hecho y hace por mí. ¿Quieres que te cuente algo que nunca te he dicho?

-Sí, cuéntame. -dijo Heidi poniéndose más cómoda para escuchar a su amiga.

-Verás, cuando Hans y yo estudiábamos juntos nuestros estudios superiores a él le ofrecieron una beca para estudiar en la ciudad de París, en Francia. Era muy aplicado en sus estudios y sabía hablar muy bien francés, de hecho me enseñó alguna que otra palabra. Pues bien, esa oferta era irresistible, su sueño era convertirse en un gran empresario. Pocos podían tener esa opción. Sin embargo, si deseaba eso tendría que irse a vivir a París, lo que significaba que tendría que alejarse de mí y no nos veríamos en mucho tiempo o quizás no nos volveríamos a ver nunca más. Entonces, Hans rechazó esa beca, rechazó su sueño con tal de no separarse nunca de mí. Me sorprendió mucho su decisión y cuando yo le pregunté la razón él me confesó que era porque me amaba y que yo era lo más importante para él. Eso tocó mi corazón, fue suficiente para que yo supiera que su amor hacia mí era amor verdadero y que en el fondo yo también estaba empezando a sentir lo mismo por él. Me alegré de que se hubiera quedado a mi lado. Justo después empezamos nuestra relación y al poco nos comprometimos para casarnos este año.

-¡Oh, qué historia tan bonita, Clara! Eso dice mucho sobre Hans, se ve que te quiere mucho y que es muy buen chico.

-Sí, y yo a él también le quiero mucho, estoy muy enamorada de él.

-Y él de ti. A ambos se os nota, cuando os miráis los dos desprendeis amor, hacéis una pareja encantadora. Estoy muy feliz por ti, Clara.

-Gracias Heidi. -dijo la muchacha sonriendo.

-Fíjate Clara, quién te diría a ti que aquel chico tan amable con el que estudiabas llegaría a ser un gran amigo y que después se convertiría... ¡En el amor de tu vida!

-Sí, yo tampoco creí que eso iba a pasar. Pero ya lo ves, cosas que pasan. Nunca sabes dónde puedes encontrar al amor de tu vida. 

Heidi sonrió y asintió con la cabeza.

-Pero, ¿sabes una cosa? Todo sucede en el momento indicado. -añadió Clara.

Heidi sonrió de nuevo mientras agarraba otro trozo de queso para seguir comiendo. A ratos, las dos amigas dejaban de hablar para poder comer. En un momento, se hizo el silencio y solo se escuchaba el canto de los pájaros y el sonido que hacían las dos amigas al masticar la comida. De vez en cuando, ambas se miraban y se sonreían mientras comían. Pero de repente, Clara se acordó de la última vez que habían subido a los pastos todos juntos y quiso aprovechar que estaban solas para hablar con Heidi. 

Heidi está creciendo (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora