VEINTICINCO

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NARRA MATHIAS

Desde donde estaba podía ver al padre de ese violador, voltea a verme y sonríe con burla, solamente abrazo a mi madre, negando claramente la oferta de ese malnacido.

Un millón de dólares para quitar la denuncia... claro que no lo aceptaría. Mi hermana nunca pidió ser secuestrada, ella solo busco trabajo. Quería que yo tenga una buena educación, cada mes enviaba dinero no era tanto, pero ayudaba con las colegiaturas de mi escuela.

Sin embargo, un día no llegó, tampoco el mes siguiente. Y eso me hizo entrar en cuenta que, algo le había pasado.

La busque, pero aun soy menor de edad, así que no pude ir a la policía.

—Buenos días a todos—habla la jueza—seguiremos con el caso de joven Coryna.

Solo espero que se le haga justicia a mi hermana, que sufra hasta su ultimo día de vida.

NARRA ALFONSO

—Ahora llamo al estrado a John Leston—habla la jueza.

Por una puerta entra John con un sobre en su mano. Voltea a verme, pero solo lo hace por unos segundos.

—Jueza seré directo—dice—traigo este video—alza el sobre—. Con suficiente evidencia para que metan a ese hijo de puta a la cárcel.

La jueza recibe el sobre, lo abre mirándome fijamente. Saca el disco, da vuelta en su silla giratoria, entregando el video a un policía.

—Antes que el video se reproduzca ¿Qué veremos aquí? —pregunta la jueza.

—Todos los abusos, maltratos, y daños que le hacia Alfonso a Cory—contesta mirando seriamente.

En la enorme pantalla aparece primero el logo de prueba, volteo a ver a las personas detrás de mí, todos verán mi amor hacia Coy.

—¡Apaguen esa mierda! —pero nadie hizo caso a mis palabras ya que el video empezó a reproducirse.

Abrocho mi pantalón, Cory no deja de llorar acostada en el suelo de este mugriento sótano. Me arrodillo para tocarla, pero ella niega soltando algunos sollozos.

—Señor por favor y-ya no me ha-haga daño—tartamudea.

—Vamos Cory, levántate princesa—digo acariciando su cabello.

—Us-usted me acaba de vi-violar—la sujeto sobre mis brazos cargándola—. Su-suelte, no me toque idiota.

Cuando escucho esa palabra la suelto, provocando que golpee su espalda con el suelo.

—¡No me vuelvas a insultar! —empiezo a golpear su estómago.

—E-era mi prim-primera vez—sollozo, se hizo un ovillo en el suelo—pa-pare, me du-duele mucho.

—TE VOY A ENSEÑAR JAMAS VOLVER A INSULTAR—me fui quitando mi cinturón, para empezar a golpear su espalda haciendo que se vaya tornando de un color rojizo.

***

—M-me duele, me du-duele mucho—tartamudea Cory mientras que la penetro con tres dedos.

—¿Quieres comida? —asiente—debes aguantar amor, deja que papi se satisface.

—Pero me duele mu-mucho. Ya no quiero comer—intenta alejarse, pero la sujeta de la cintura para que no lo haga—Por favor su-suéltame.

—No Cory, tu serás mi futura esposa y debemos practicar para la noche de bodas.

—No me violes por favor. No me hagas daño.

***

—Deja de pegarme, yo no le estaba coqueteando a na-nadie lo juro—no dejo de golpear sus piernas con la regla de madera.

—¿Crees que no vi como le coqueteabas a Julio? — golpeo más fuerte—¡Eres una perra!

—No me pe-pegues—la agarro de su cabello acercando su rostro al plato de comida en el suelo

—Come, traga como la perra que eres—ella llora, pero no me importa, quiere ser una perra pues lo será.

Cada momento en que castigue a Cory pasaron frente a mis ojos. Escuchaba el llanto de Luna, la jueza hace un ademan para que pausen el video.

—Hemos visto lo suficiente—dice limpiándose sus lagrimas que caen por sus mejillas—Alfonso Pareja acérquese.

Me levanté del asiento y lentamente me fui acercando a la jueza, cuando estoy frente a ella hace una pregunta que me dejo atónito.

—Señor Pareja ¿Usted se considera inocente o culpable?

Era claro que me consideraba culpable, y si decía esa respuesta me condenaba a mi misma, mi condena.

—Culpable—respondo—no tengo nada ahí afuera.

—El día de mañana se decidirá su condena—se inclina hacia mi—pero yo, lo condenaría a muerte.

Unos policías se acercaron a mí, sujetándome de ambos brazos.

—Maldito malnacido—Luna se acerca corriendo a mi empezando a golpear mi pecho—, mataste a mi hija. Ella solo tenía diecinueve años cuando la secuestraste. Eres un maldito hijo de puta.

Dejo que me golpee lo merezco.

—Cory no esta conmigo—deja de hacerlo viendo directo a los ojos—, ya no tengo nada porque seguir.

Y eso era, ya no tenia nada que me importara ahí afuera.














Ufff preciosas, ya acercándonos al final. Okey aquí les dejo algunos sucesos que paso cuando Alfonso secuestro a Cory en sus primeros meses.

Ayer deje un blog donde les preguntaba si querían un final alternativo feliz, pero la mayoría no lo quiso, ya que malograría el final. Ya no lo hare preciosas.

¿Qué les pareció el capítulo? Déjenme aquí su respuesta.

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Bye preciosas, cuídense. Las quiero muchoooo, mañana actualizo.

BOMBSHELL

Mi Libertad *Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora