EPÍLOGO

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Preciosas, ante todo, quiero pedir que me disculpen, tal vez no esperaban este epilogo. Pero no pude ignorarlo, necesito hacerlo. Muchas gracias, espero que lo disfruten.

NARRA ALFONSO

Sigo viendo por el gran ventanal de mi oficina, como el sol a aparecido y el hielo de la piscina a desaparecido. Cinco años bastaron para quedarme en esa cárcel.

Gustavo me saco de ese hueco, aunque yo no lo quise, era mi castigo había matado a un ángel sin tener culpa alguna. En estos años que han pasado, le pedí un favor a Bruce... que le diera los quinientos mil dólares a Luna.

Una madre lamentándose y culpándose por todo... ella no tiene la culpa, ella ni nadie. Solo yo, yo tengo la puta culpa.

Nunca me di cuenta que mi madre también lo hacía, y puedo asegurar que ahora también lo hace, ella quiso que yo tuviera una infancia, pero mi padre se encargo de destruirlo, de destruirla a ella y a mí.

Ahora todos me han abandonado, Noelia, los de seguridad, me encuentro completamente solo. Me levanto del sofá junto a la botella de whisky en mis manos.

Camino tambaleándome, hasta llegar al sótano. Sus gritos aun los puedo escuchar, ella llorando abrazándose en una esquina... aun siento que la puedo ver.

Le doy otro sorbo a la botella, al verla vacía lo aviento contra la pared. Mis lagrimas salen por si solas.

—¡Soy un hijo de puta!

Todos me lo decían y lo soy. Golpeo con mis puños la pared, queriéndola destruir, sin embargo, lo único que veo es sangre recorrer mis extremidades.

—¡Soy un violador de mierda! —lo acepto.

Violé a Cory, miles de veces lo hice. Yo disfrutaba hacerlo, cada cicatriz, cada golpe, yo tenia la culpa de todo. Salgo de sótano quitándome toda la ropa en el camino quedándome solo en ropa interior.

Abro la puerta del patio, viendo el sol... Ojalá Cory lo haya visto. Me hubiera gustado verla con una sonrisa corriendo, viendo su cabello negro despeinarse con el aire.

Me acerco a la piscina y sin impórtame nada mas me lanzo, me lanzo en el lugar que mi esposa murió, en donde yo la mate.

***

Espero sentando en el consultorio del doctor Rojas, luego de una hora regresa. Me mira seriamente, si lose, yo mate a Cory.

El caso se visualizo por todo el país. Todos mis socios rompieron los tratos conmigo.

—Señor Pareja traigo sus exámenes—ahora mismo lo hubiera insultado, pero no tengo las fuerzas para hacerlo—. Lamento decirle que, tiene cáncer.

¿Cáncer? En este momento me di cuenta lo tan solo que estoy, nadie estará conmigo en esta fase.

—Deme esos exámenes—extendió su mano entregándome los papeles.

Tomé mi abrigo y me dirigí a la salida, pasando por los pasillos blancos. Salgo hacia el estacionamiento, subiendo a mi auto. Leyendo otra vez los papeles.

Prendí el motor del auto dirigiéndome al único lugar que puedo, al lugar de mi Cory.

Luego de una hora llego, en busca de la única lapida que me importa. Cuando llego, dejo las rosas blancas arrodillándome.

—Se que siempre te digo lo mismo Cory... perdóname por favor—la impotencia de verla aquí, me duele—. El karma existe... tengo cáncer, estaré solo hasta el día que muera.

Me deje caer, acostándome junto a su tumba. Llorando como un pequeño sin su dulce. Mi Cory consiguió su libertad, pero yo, mi infierno.

Moriré solo en la agonía, con mi conciencia de que la mate y jamás estará otra vez conmigo.

—Por fin lo conseguiste amor... Conseguiste tu libertad.

Cierro mis ojos preparándome para mi infierno, mi vida solo en una tétrica enfermedad.


Preciosas aquí el epilogo de esta historia, espero que les haya gustado. Quiero agradecer a todas esas personas que siempre estuvieron pendientes de las actulizaciones, que hasta ahora me siguen apoyando.

No se olviden seguirme en mis redes sociales Instagram como bombshell_libros, en mi pagina de Facebook Bombshell Autora.

Las quiero muchooo, preciosas. Besos a todas.

BOMBSHELL.



Mi Libertad *Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora