NARRA CORY
Espero a que Alfonso venga, según el se fue a despedir al doctor ojalá no vuelva nunca, nunca. Vuelvo a alzar las sabanas viendo la venda que tengo alrededor de mis piernas cubriendo la cortada que me hizo el monstruo.
Una cicatriz mas a tomas las otras que tengo. Empiezo a temblar cuando veo que la puerta se abre y por ella entra Alfonso.
Viene demasiado tranquilo, me acuesto alzando las sabanas hasta mi cabeza sin embargo solo llegan a mi cuello cuando el me las quita.
—¿Qué haces? —baja las sabanas dejando mis piernas a su vista.
No respondo, mejor no lo hago, ya que estoy segura que tartamudeare y el me golpeara otra vez.
—Te hice una pregunta—Cory respira, responde bien por favor.
—Dormir—es lo único que digo.
—¿Quieres dormir? —asiento—me iré a cambiar para que durmamos juntos, pequeña.
Esta serio, le tengo mucho miedo. Me quiero ir al sótano sin embargo cuando me muevo chillo por el dolor que siento en mis piernas. Decido solo tomar las sabanas y cubrir mi piel porque solo traigo una chompa de Alfonso y ropa interior.
Luego de unos segundos Alfonso sale del armario apagando la luz y acostándose en la cama. Se queda sentando en la cama, mientras que yo me hago un ovillo.
—Amor... si te duele o sangras, avísame no te quede callada que tengo que llamar al doctor—solo asiento lentamente cuidando mis movimientos.
Alfonso se recuesta tapándome hasta la cabeza, solo cierro mis ojos para que piense que estoy dormida.
—Cory... lo que sucedió, volverá a pasar si intentas hacer otra tontería como esa—vuelvo a asentir sin decir alguna palabra.
***
Cambio la venda en mi piel, mientras que sigo escuchando los llamados de Alfonso.
—¿Amor necesitas ayuda? —pregunta detrás de la puerta.
No respondo, si tartamudeo me va a pegar mucho. Termino de cambiar la venda para levantarme de la bañera y colocarme la ropa que Alfonso me dio, un short corto gris y un bivirí blanco, junto a unas bragas.
Me las coloco cuando escucho golpes de Alfonso en la puerta, rápidamente me dirijo a esta para abrirla.
—Espero que no hayas tardado por una tontería—no, no, no yo no planee nada, niego con la cabeza—bien, vamos a la sala.
Me toma de la mano, justo donde están mis cicatrices recientes, suelto un sollozo cuando me toma con fuerza haciendo que el rápidamente me suelte.
—Perdón, perdón amor—se acerca a mí, sin embargo, me empuja de repente haciendo que me golpee con la pared—no, no me voy a disculpar tu hiciste una tontería.
Me toma del codo para caminar hasta llegar a la cocina en donde me deja parada en el mismo lugar que ayer. Prepara su desayuno, huevos y tocino junto a café.
Tenia hambre mucha hambre, Alfonso comía a gusto como ayer. Baje la mirada hacia mis pies tomando toda la fuerza para hablar y no tartamudear.
—¿Comida? —es lo único que digo, el alza la mirada sin embargo da un sorbo a su café.
—No, Cory... apreciaras la vida, y no solo por decir una palabra te daré que comer, tendrás que pedirme de rodillas comida—suelto un sollozo—¡Ni me llores!
Mis lagrimas empiezan a salir cuando Alfonso tira su taza al suelo.
—¡N-no po-por favor no! —exclame al sentir como me tomaba de mi mano haciéndome gritar encaminándome hacia el sofá.
Me arrojo boca abajo mientras que bajaba mi short y mis bragas, una de sus manos estaba encima de mi cabeza aplastándome contra la almohada del sofá.
—T-te lo ro-ruego.
—¡Te dije que no tartamudearas! —y mi infierno siguió.
Alfonso me penetro por mi trasero, me dolía mucho. Se movía bruscamente mientras que me decía cosas horrorosas.
—¿Mi puta quiere que le de mas fuerte? —vuelvo a sollozar.
—Por favor, de-detente.
—¡Que mierda te dije de no tartamudear! —golpeo mi espalda con su puño.
Así empezó me destruía, golpeaba mi espalda y yo gemía de dolor, el no paraba de violarme.
Por favor ayúdenme, alguien sálveme. Alfonso se vino, y dio un ultimo golpe en mi espalda, salió de mi lentamente.
—No vuelvas a tartamudear, princesa.
Deja un beso sobre mi cabello, escuchando sus pasos como se aleja de mí.
—Puedes comer las sobras de mi plato, amor... estaré en mi oficina.
Yo no podía moverme, tengo mucha hambre aún. Intente levantarme, pero no podía, sus golpes me lastimaron. No podía, dejaba la comida que sobraba, dejaba mi libertad, dejaba toda mi vida.
Me moví, moví mi cuerpo todo lo que pude cayendo al piso. Me arrastro con mis brazos cuando llego a la mesa solo veo en el plato migajas, ya no había nada.
Solo me quede en el suelo adolorida, llorando.
—N-no valgo na-nada—limpio mis lagrimas—so-soy una estúpida.
Soy una estúpida como dice Alfonso, mi cuerpo es de él. Si llego a salir de aquí... no, ya no quiero hacerlo. No podre vivir en paz, cada vez que despierto, veo al monstruo de mis pesadillas.
—¿Te gusto el desayuno? —ríe, Alfonso delante de mí—Vamos—me levanta y me carga en sus brazos, se sienta en la silla sentándome a mi en su regazo.
Tomo la cuchara con comida y empezó a introducirlos en mi boca, me seguía dando de comer, mi estomago estaba a gusto. Cuando el plato quedo vacío me recostó sobre su pecho acariciando mi cabello.
—A veces puedo ser un hijo de puta, por golpearte, me odias... lamentablemente lose, pero no puedo controlarme pequeña, perdóname, pero al menos estás conmigo eres mía.
Ya no quería oír nada de él, y solo cerré mis ojos.
Preciosas, nuevo capítulo, espero que les haya gustado si es así déjenme sus votos y sus comentarios al respecto.
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¿Creen que Cory tenga ganas de vivir? ¿Creen que Bruce la ayudara? Déjenmelo en los comentarios, las leo.
Bye preciosas, mañana actualizo, cuídense y besos.
BOMBSHELL
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Mi Libertad *Finalizada*
SaggisticaFeliz año nuevo a mí, feliz año nuevo a mí, feliz año a todos, feliz año a todos, feliz año nuevo menos a mí. Me hago un ovillo en la esquina de la sala, cruzo los brazos intentando que mi chompa rota no se habrá. Desde donde estoy lo veo fumando...