Mi omega [ChanBin; iKON]

Capítulo XVIII

La luz de luna era la única alumbrando el bosque. Se podía notar que la temperatura había descendido, el pasto verdoso se encontraba ligeramente escarchado. Lo único que se podía escuchar eran los jadeos de enormes bestias corriendo a toda velocidad, paseándose por los árboles dejando el rastro de su aroma a su paso. El suelo marrón oscuro quedaba levantando, marcado por la fuerza de las patas de los lobos al correr con demasiada fuerza.

Los tres lobos se habían separado para cubrir mayor terreno. Hanbin había ido hacia el norte en dirección a donde había escuchado los aullidos. El lobo blanco corría con rapidez evadiendo con libertad los obstáculos en su camino, logrando que su pareciese que se hubiese criado en ese boque.

De un momento a otro, el alfa freto su carrera abruptamente. El lobo empezó a gruñir por lo bajo, el aroma de un lobo no perteneciente a su manada se encontraba en el aire. Sus ojos se movieron de un lado a otro ajustándose al panorama. Los altos árboles solo dejaban que un poco de luz de luna los atravesara, fragmentándose.

Hanbin dejó de respirar unos segundos esperando poder agudizar aún más sus oídos. Podía escuchar los sonidos de los animales, grillos cantando, búhos en la cima de los pinos hasta que por fin escucho lo que esperaba fue un ligero chillido pero fue suficiente para escucharlo. Con rapidez Hanbin aun en su forma de lobo se lanzó en dirección del sonido. Retrocedió unos pasos para tomar carrera, haciendo que sus patas traseras tengan el impulso necesario para saltar atacando por sorpresa al lobo que se encontraba oculto tras unas rocas. Ambos lobos rodaron por el suelo, el lobo más pequeño de un tono marrón oscuro intentaba morder al alfa blanco pero sus intentos eran inútiles llegando solamente a rozar con sus colmillos áreas no letales.

Ágilmente el lobo blanco acerco su hocico con velocidad al cuello contario, abriendo sus fauces enterrando sus colmillos en el lobo más joven, logrando que el otro soltara chillidos por el dolor. El lobo marrón profundo se había quedado inmóvil, dándose por vencido a luchar contra el alfa blanco. Reconociendo que con su tamaño jamás vencería al alfa de una manada.

Sabiendo que el lobo menor no atacaría, Hanbin soltó despacio el cuello contrario gruñendo aun a la defensiva, ladro varias veces en dirección al otro que lo observaba aterrado. El lobo de pelaje claro dejaba a la vista sus colmillos pintados con sangre. El lobo joven e indefenso comenzó a correr en dirección contraria al territorio del alfa, entendiendo el mensaje.

Cuando el lobo oscuro desapareció del campo de visión del alfa, este aulló a la luna haciendo entender a sus compañeros que necesitaba encontrarlos.

Corriendo adentrándose a su territorio cambio a su forma humana, se acercó a uno de los árboles tomando su ropa que había dejado cerca de las raíces. Se las coloco otra vez. Esperando unos minutos escucho pisadas detrás de suyo, cuando volteo se encontró a June y DK, el primero estaba vistiéndose con su remera y el ultimo ya estaba completamente vestido.

— ¿A quién encontraste? — DK pregunto con sus ojos fijos en el alfa blanco. Podía sentir un aroma extraño de él, mezclado con sangre.

— Era un desertor, lo malo es que era demasiado joven— hablo Hanbin pensativo—. No creo que fuera idea suya, era un cachorro asustado seguramente mandado por alguien más.

— No creo que se aparezcan otra vez— dijo June—. Marcamos cada centímetro del territorio, además Bobby hyung seguro llamo al staff para estas horas.

— Sí, es lo más seguro— Hanbin le daba la razón—. Lo mejor es que vuélvanos a la cabaña, a nadie le hace bien alejarse así de la manada.

Por alguna razón sentía molestia en su estómago, queriendo estar con su pareja ahora mismo, siendo capaz de protegerlo de cualquier cosa como un buen alfa haría.