Transcurridos los minutos del extenso recorrido tomé la pertinente decisión de cerrar mis párpados, ejerciendo sobre mi anatomía algo de tranquilidad para así mismo dar por visto los anticipados acontecimientos.
Mi persona yacía sobre el cuerpo de su acompañante, el cual atesoraba una cómoda calidez, esta provocó que durante al menos una hora mi cabeza se enfocase en descansar y deshacerse de aquellas situaciones que me carcomían el cerebro.
Sentí la tersa tez de Alék chocar contra la piel de mi rostro, por lo cual abrí mis adormilados ojos lo más apresurado posible, mientras que con el dorso de mi mano diestra me encargaba de remover las diminutas gotas de saliva que se reposaban sobre la comisura de mis labios debido a mi insondable somnolencia.
Giré mi cabeza hacia el lado izquierdo, visualizando como Rebecca se situaba con su cabeza recargada sobre el viejo cristal de la ventana, sumergida en un abismal ensueño.
Sus labios se encontraban entreabiertos, casi al borde de lanzar al exterior pequeños ronquidos, por lo que antes de que aquellos acontecimientos se llevaran a cabo decidí tocar su hombro con mi dedo índice un par de veces.
— Despierta. —Insté, percatándome de como la fémina totalmente desconcertada me lanzó una inmediata mirada.
Balbuceó un par de veces, hasta que por finalidad se conectó al mundo real, haciéndome suspirar con ligereza.
— Hemos llegado. —Afirmó el castaño, el cual plasmó sobre su semblante una expresión de asombro.
No tenía ni la menor idea de lo que sucedía, por ende dirigí mi mirada hacia las ventanas de mi lado contrario, observando como aquél cristal me permitía detallar el antiguo instituto compuesto por roca. Observé la gran amplitud del mismo y la innumerable cantidad de ventanas que este poseía.
Debido a la antigüedad de este, podía apreciarse a simple vista todos sus deterioros, y la falta de mantenimiento que recibía.
Tal institución se hallaba situada en una zona rural, siendo el único lugar habitado en dicha localidad. Por detrás de este se podía apreciar la incalculable cuantía de árboles, y cierta cantidad de elementos relacionados con la naturaleza.
Al parecer lo que adornaba aquél instituto se trataba de un solitario boscaje en el cual no se percibía ni tan solo un alma.
Desde mi respectivo panorama podía distinguir como una gran capa de neblina se situaba por debajo del cielo, opacando el día de un aterido color grisáceo.
Al parecer en dicha zona no llegaba a asomarse el sol, por lo que todo apuntaba a que día tras día el cielo se mantendría de tal forma.
El autobús frenó inmediatamente su movimiento, quedándose estacionado por fuera del antiguo instituto denominado Abbotsford.
El dirigente de tal medio de transporte nos indicó que no debíamos de abandonar el vehículo hasta que llegase el correspondiente director de la institución.
Cada uno de los estudiantes accedió, acatando responsablemente los mandatos del señor Alphonse.
Minutos más tarde las puertillas desplazables de aquél autobús decidieron abrirse, cediéndole el paso a un elegante caballero cuya vestimenta consistía en un traje entero compuesto por piezas color azul marino, llegando a una tonalidad completamente negra.
Su cabellera presentaba cierta cantidad de canas, por lo cual pude calcularle al menos unos cincuenta años. Pese a ello, su apariencia le daba una formal presentación, y su fruncido seño emanaba seriedad.
El caballero adaptó una erguida postura, encontrándose firmemente dispuesto a hablar.
— Estimada concurrencia, tengan ustedes muy buenos días. —Demandó, admirando detalladamente a los jóvenes que se encontraban en su respectiva butaca.— Mi nombre es Luther Ivanòv, director del instituto Abbotsford. —Hizo una breve pausa.— Les damos una cordial bienvenida a todos y cada uno de ustedes. Hoy día hemos abierto las puertas de esta institución con el fin de brindarles una educación altamente calificada. Todos ustedes están aquí con el propósito de cumplir las respectivas directrices, teniendo en cuenta que el incumplimiento de las mismas será el producto de una sanción grave, la cual repercutirá sus documentaciones estudiantiles.
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Insania | Shawn Mendes ©
Детектив / Триллерabsolutamente nadie sabe lo que recorre su cabeza, y todos los retorcidos secretos que guarda ese rostro angelical. su penetrante mirada podría desgarrar hasta lo más profundo del alma, y aún así nadie se enteraría que en su mente abunda la jodida l...
