#8 Poema

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En como esas memorias regresaron prontamente a ella se movió con prisa fuera del sitio, abriendo y cerrando la puerta con demasiada fuerza. Podía sentir como sus lagrimas saladas comenzaban a descender entre más memorias aparecían. Luces de la muerte. Ahora las recordaba y podía asegurar que estaba atemorizada de ellas.

—(t/n)... no tienes que aislarte — le hablo Eddie —.

Cerca de ella. (t/n) se sentó en las escaleras, cubriendo su rostro con ambas manos. Y pronto soltando un sollozo. ¿Qué era peor? Volver a Derry, o su vida normal. No podía decir cual era peor. Derry le estaba rememorando lo peor, lo que ocurrió en casa cuando su hermana desapareció, en como su padre la maltrato, intentando ocultarlo inútilmente del resto. Lloraría porque creía haber huido de esa vida.

Y Jhonny era lo que afirmaba que nunca abandono todo eso. 

Pero, pronto sacando de uno de sus bolsillos de su bolso estaba sosteniendo el papel doblado, pero bien cuidado pese a todos los años. Eddie miro con confusión ante el sonido del papel en cuestión.

—¿Q-Que tienes ahí? 

Preguntaría mientras se sentaba al lado de ella. No necesitaba preguntar para afirmar que se trataba de dicho poema. Se mostro nervioso porque no creería que ella lo conservaría después de tantos años, quizá arrojándolo a la basura o perdiéndolo. Pero ahí lo tenía ella. Doblado. Pero con las letras leíbles sin problemas.

Ni una mancha.

Nada.

Impecable. 

—Un poema — le contesto ella afirmando lo que él sospechaba —. Tiene muchos años, pero... siempre me ha hecho sentir querida, menos sola, menos asustada, aunque nunca supe quién era el remitente, sé que Ben le pudo ayudar a esa persona... pero sé que no es él, o Bill. No sé quién me lo dio, pero... lo he atesorado e incluso ocultado de Jhonny.

Eddie quería hablar. Quería decirle que era él todo el tiempo. Quién lo escribió con ayuda de Ben. Era él. Pero, por un motivo se sintió incapaz de decirlo. Como si no fuera el momento adecuado para ello. 

—Desde las luces... — continuo hablando (t/n) — he tenido pesadillas, en su aniversario, siempre vuelven. Los gritos, la gente muriendo... a menudo despierto gritando. Una vez Jhonny se quedo a dormir, se molesto mucho... desde eso él no quiso volver a dormir en la misma cama que yo. 

—Es un verdadero imbécil. 

Noto como las manos de ella temblaron mientras sostenía el poema entre sus manos. Noto una lagrima silenciosa deslizándose, una que ella pronto seco para que no empapara el papel tan preciado que sostenía.

—Lo siento... debes estar cansado, no te quitare más tiempo... ve a dormir. Yo estaré bien.

—¿Qué me vaya? — él pregunto frunciendo el seño —. ¿Y dejar aquí? Ni siquiera tienes donde ir a dormir. Me quedare a tu lado. 

—Eddie... — ella le llamo — estaré bien, solo...

Eddie prontamente poso ambas manos en las mejillas de ella con suavidad. Mirandola directamente a los ojos. Con ella devolviéndole la mirada con sorpresa. Incapaz de decir verdaderamente algo.

—Quédate conmigo, si tienes una pesadilla, ten por seguro que estaré a tu lado.

Le pidió en un susurro.

—Gracias...


(t/n) no tenía ni idea en esos instantes cuando acabaron de limpiar que desde el momento en que se adentro a la casa de Beverly. Richie se encargo de meter el poema en la mochila de la chica que quedo en su bicicleta mientras que el chico hacia guardia en todo momento.

—¿Te duele? — le pregunto Eddie con preocupación —.

Ambos iban saliendo de la casa de Beverly tras haber finalizado toda la limpieza. Ella estaba apoyada en contra de la baranda con el viento dándole en el rostro y desordenando su cabello. Él estaba de pie a su lado dándole esa mirada preocupada. 

—¿Eh? — le pregunto con confusión girando la mirada hacia él —. Oh, solamente un poco. 

Ella contesto, sonriéndole pese a que confeso que le dolía. Él tomo su mano entre la suya, sin perderse la sorpresa por parte de ella. En como esa simple acción la calmaba, sin temer de que pudiera ser atacada. 

—Lamento que debas soportar todo eso... 

—Bueno — ella contesto —, hay cosas peores por ahí Eddie, puedo soportarlo.

—Pero no deberías, no es justo. 

Ella le sonrió, con sus ojos un tanto vidriosos, pero sin llorar.

—La vida no es justa, Eddie.


Eddie acomodo la maleta a un lado de la suya misma. Ella se había ido a cambiar a su pijama de pantalones largo con una camiseta de mangas cortas. Recostándose, con su cabello trenzado, ambos habían dormido apartado al otro. Y Eddie pronto se había quedado dormido a pesar de que se sintió nervioso y feliz de estar al lado de ella. 

Muy pronto en la madrugada escucho los sollozos de parte de ella. Despertando de su sueño, encendiendo rápidamente la lampara de noche, y arrastrándose en las sabanas hacia ella, moviendo el brazo de ella para conseguir despertarla. 

Los ojos de (t/n) se abrieron con miedo. Respirando agitadamente, y Eddie sin dudarlo se acerco lo suficiente para sostenerla entre sus brazos, con el rostro de ella en su pecho, sollozando, meciéndola con delicadeza.

—Estoy aquí, amor, estoy aquí. 

—Creí que te habías ido... — ella lloro mientras lo rodeaba con sus brazos, empapándole la camiseta con sus lagrimas —. Te vi morir...

—Amor, estoy aquí... y nunca me iré de tu lado, cuenta con eso.

Él se recostó como pudo sin dejar de sostenerla, manteniendo la luz encendida. Abrazándola, con ella abrazándole de vuelta. Y después de tanto tiempo sintió que estaba en el sitio adecuado, en donde siempre debió de estar, al lado de ella.

Y para cuando ella se volvió a quedar dormida, se encontró susurrando las siguientes palabras para ella: 

"Todo lo que tengo, todo lo que necesito.

Eres el aire que mataría para respirar.

Sostiene mi amor en tus manos.

Y mis secretos se convierten en tu verdad."



Angel Of The Morning {Eddie Kaspbrak & Lectora} It 1 & 2 - FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora