El contenido de la carta.

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~Lamentamos las ofensas causadas anteriormente.

~No se preocupen, es normal que los guerreros de capital ignoren cosas esenciales del mundo exterior, lo único que conocen es “yo lo corto todo y hago mi camino”.

A pesar de que les dolía las palabras del desconocido sabían que tenía razón, oh al menos en ese preciso momento ellos no encontraban manera de negarse luego de la confusión y desastre que cazaron. El guardián con el que antes pelearon los acogió en sus brazos y los llevo hasta el centro de la montaña, estaba hecho de arcilla en su totalidad, por eso podía reconstruirse a pesar de ser golpeado una y otra vez.

~ ¿Se regeneran infinitamente?

~No es una regeneración como tal, solo que evita los golpes desplazando su propio cuerpo lejos de estos.

~Es por ello que explotan a la exposición del fuego ¿verdad? La arcilla puede tender a perder sus propiedades con este.

~Exacto, si los atacas con fuegos los ataques tendrían efecto sobre ellos con mucha seguridad.

En todo este tiempo solo atacaban ah algo que trataba de defenderse, de cierto modo los hacía ver mal y sentirse algo tontos.

Llegaron a la cumbre de la montaña donde los dejo justo en frente de esta, el mismo guardián abrió un pasadizo para que ellos pudiesen seguir sus caminos. Ninguno se animaba a ir por delante, solo esperaban a que le marquen el camino y seguían los pasos del joven que los había salvado, cometer otro error por leve que sea era imperdonable para cualquiera.

~Supongo que están aquí porque escucharon a Dam, les agradezco haberse apartado del camino para ayudar.- Dentro de la montaña había una especie de reserva natural, algunos ciervos que vieron algo intrépidos la llegada de los visitantes se ocultaron entre las rocas más alejadas –El comerciante Mathew sufrió un altercado mientras trataba de encontrar ayuda, se vio envuelto en un conflicto y termino herido de gravedad por las explosiones de los guardianes.

El manantial sobre el que bebían los ciervos era demasiado brillante para estar dentro de la montaña, de hecho todo el lugar brillaba como si miles de antorchas estuviesen colgada del techo, los ojos de los visitantes se extendían tratando de ver que era lo que provocaba tal brillo y se encontraban con cierta especie de lo que parecía ser un bicho.

~ ¿Qué hacemos aquí?

~Mathew fue traído aquí por los guardianes cuando se encontró en el fuego cruzado, ellos no desean lastimar a nadie por eso no dudaron en ayudarlo.

El centro del manantial comenzó a burbujear mientras las aguas comenzaban a separarse, ante los ojos de todos, una persona emergió de las profundidades, estaba completamente dormida rodeado del material viscoso parecido al cuerpo de los guardianes. Cuatro manos se presentaron levantando a Mathew fuera del agua, manos de piel traslucida con algunos rasgos diferentes a las humanas, parecía que estaban envueltas por escamas y ciertas protuberancias que le permitían nadar con más facilidad y respirar bajo el agua.

Los chicos no estaban seguros de lo que habían visto, mientras se alejaban igual que como aparecieron solo se convencían de que seguramente no lo volverían a ver nunca más en la vida. Gran parte del rostro del señor mathew estaba quemado por la explosión así como su brazo izquierdo se había perdido en la misma, el chico tomo una de las algas del manantial juntando agua con la que unto en la cara del mercenario.

~Posiblemente no salven su brazo porque es imposible para ellos encontrar y reparar algo destrozado, pero sin dudas piensan devolverle a Mathew su rostro y la vida.

~Si esa persona es Mathew, entonces tú debes ser…- Genero una pequeña pausa esperando a que el chico lo dijera por si mismo pero eso no sucedió –Zenher ¿verdad?

Erase una vez, mi querido reinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora