Su dedo circulaba por la copa de vino sobre la mesa, una de las mejores cristalerías frente a sus ojos, no podía quejarse de lo que tenían en ese bar, tras un pequeño sorbo en el cual se le tornaron las mejillas de un color rosa incluso aterciopelado elevo su vista.
Todos estaban concentrados en beber hasta no poder más, solo el dueño de aquel lugar parecía concentrado, fregando los chop del otro lado de la barra con un trapo blanco. Tan anticlimático, era como si la peor escoria del lugar no se animara a causar problemas mientras este allí
Ciertas palpitaciones corrían por Selene, al entrar al bar topándose directamente con la mirada de aquel sujeto. Al menos las calles aún tenían vida con gatos corriendo por allí, algunos entre sus piernas, ¿Qué pensaría la gente si la ve? nadie la estaba observado, tal vez si alguien la veía podría enojarse con ella, aunque no tendrían porque. Parte de los mechones de su cabello comenzaron a enredarse en el dedo mientras se acercó a la mesa, al otro lado miraban al interior de una copa, justo al fondo del mismo, como si de un objeto hipnótico se tratara, oh de un profundo y sin fondo manantial.
Dulce néctar sabor uva, agridulce en sí, pero atrapador y embriagador, aquellos que se dejan atrapar podrían estar incluso infinitamente en ellos.
~ ¿Que ha pasado contigo pequeño saltamontes?
Detuvo su mano de golpe, no sin antes terminar con el último sorbo de su bebida actual, por encima de la mesa acercó otro vaso hacia la invitada quien provocó que algunos se alejaran de la escena clavando sus miradas en la mesa
-No me gusta la voz que llega hasta mis oídos.
Selene tomó asiento frente a vincent, dejando ver su rostro mientras colocaba su espada sobre la mesa, aún enfundada, a lo que este hizo lo mismo.
~ ¿Porque toda la gente que me rodea se termina perdiendo en esto?
Así como la bebida era la perdición Marco, parecía que se estaba convirtiendo en lo mismo para Vincent. Sus ojos no estaban centrado, cara decaída, incluso arrugada con un ceño que mostraba señales de agotamiento.
Se había plagado de vello facial tan rápido que incluso parecía un borrachín de poca monta de aquellos que terminarían despertando en una zanja al día siguiente, los rumores eran ciertos, como si de la nada nada, perdiese todo por lo que vivir.
-¿Y tú qué? ¿Ahora eres madre?
La chica ocultaba su rostro entre los pliegues de la túnica que ahora rodeaba a ambas, detrás de ella abrazada a su espalda estaba tanto protegida como expuesta, si alguien decidía arrojarle algo a Selene sería la primera en sufrir las consecuencias.
~Puede ser, son cosas que pasan cuando haces tu trabajo.
-No sabía que tal golpe de estado era parte del trabajo típico de los Roothward.
Aquella tanda de copas y risas en toda la taberna se detuvo dejando caer todas las miradas sobre la mesa de ambos, algunos expectantes a lo lejos, otros llamados por la curiosidad. Selene fue víctima de aquella intensa presión y su mano viajo de vuelta a la funda de su espada cruzándose con la de Vincent, en los ojos de este cachorro perdido se encontraba una pequeña luz de misericordia a los demás aun.
"No haría eso si fuese tu".
La cara de alguien que no tenía ganas de vivir estaba frente a Selene, advirtió que tenga cuidado con su vida. Hasta parecía irónico que esas palabras vengan de él, hasta el cantinero del bar había dejado su seguro puesto detrás de la barra para acercarse hacia el centro de su establecimiento, una enorme hacha colgaba de la pared, de doble empuñadura incluso con un uso para golpear y cortar, al parecer todos esperaban que alguien avance...
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Erase una vez, mi querido reino
Phiêu lưuErase una vez, un reino llamado Skyhand, que cayo en la perdición por las mismas personas que lo habitaban. Todos fueron testigos de lo que paso pero nadie se animo a hablar, solo querían seguir con sus vidas normales, si es que eso era posible. Zen...