Camino a la capital

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~Supongo que llegó la hora de partir..

Zenher se sentó tomando las riendas de la carreta, los caballos reaccionaron a su movimiento asertivamente, todo el pueblo estaba reunido en la entrada con sonrisas amargas que podrían estar acompañadas de un llanto. Ya habían perdido a un joven que decidió irse a la capital por voluntad propia y ahora le quitaba a otro, como todo pueblo chico de los límites del reino parecía que el destino de ellos estaba claro y pronto no serían capaces de dejar una huella en el mundo.

~No me olvidaré de este pueblo que me vió crecer.

-Chico…- Mathew se acercó arrastrando su muleta hasta estar de frente a Zenher, mirándolo con su típica cara de amargura -¿Acaso eres tonto? No siquiera somos tus raíces, ve y vive esa gran vida que te espera.

~Mathew…

-Cuida bien de los caballos oh iré a buscarte al frente para que me pagues cada peso que me costaron.

Dijo, rompiendo el ambiente, provocándo que los más calmados lanzarán alguna risa silenciosa, incluso Zenher de vio sorprendido por la actitud y las palabras del mercader que aunque no lo parezcan eran de aliento.

-Ya dejenlo ir, tiene 4 días de viaje para llegar a la capital.

~Es cierto, recuerden que es el carro de Mathew.

Tras una última despedida Zenher agitó las tiendas y comenzó a avanzar, como quién está al borde de la muerte vio su vida pasar en frente de sus ojos en tan solo segundos mientras los cerraba antes de abandonar el pueblo.

Vincent…

¿Hace cuánto es que no veía a su hermano? Cuando cumplió los 16 abandonó el pueblo contra todo pronóstico, quería ser guerrero pero muchos pensaban que iniciaría como un simple guardia, aunque tuviese talento nadie se esperaba que en realidad fuera directo a la guardia real.

¿Que tan bueno de habrá vuelto? ¿Qué tan cambiado estará? ¿Logrará Zenher reconocerlo? Muchas preguntas cruzaron por su mente en solo segundos, para finalmente despejarla todas.

La llanura amarilla de un bosque viejo se plegaba frente a la vista de la carretera, un árbol estaba caído en medio de la misma. Los animales aprovechaban el vacío que provocaba el no poder pasar por allí para salir del interior del bosque a estirar sus patas y expander sus horizontes, un Venado de pelaje verdoso típico de aquellos lugares fue de los primeros en alejarse tanto de la protección de los demás árboles.

Era como estar de vacación para el comiendo un rico mangas mientras tomaba sol, pero su bienestar no iba a durar mucho…

Un fuerte estruendo del otro lado del árbol lo asustó, comenzó a correr a pasos apresurados metiéndose entre los árboles antes de que una persona saltará del otro lado de árbol a donde estaba.

~Que bueno, realmente necesitaba tu ayuda en espantarlo.

-Es que me desesperas chico, ah diferencia tuya no podría esperar tanto tiempo solo por un ataque.

El ojo del chico siguió al venado hasta que de perdió entre la maleza salvando su vida, fue cuando decidió bajar del árbol en realidad algo aliviado.

~Steven, Marco ¿Debo recordarles que todo lo que está en el bosque merece vivir? No maten nada que no bajan a comer.

-¿Dónde estabas el día de ayer Aleteia? Realmente me hubiese gustado que vieras tú misma lo vivo que puede estar el bosque.

~Tan solo de escuchar los relatos de Selene y los tuyos propios ah hecho que mí corazón salte exasperado y emocionado, hubiese sido un placer conocer a esos guardianes.

Erase una vez, mi querido reinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora