Jeon Jungkook un chico de 19 años, no lograba conseguir un trabajo adecuado, se decide por armar una guardería en su propio departamento y cuidar niños, que tan difícil podía ser?
Kim taehyung a sus 24 años, es jefe de unas de las más reconocidas e...
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Se sentía agotado, frustrado y algo molesto, las cosas no estaban saliendo bien, el camión que debía llegar con su nueva mercancía, unas telas muy finas y excelentes para trabajar, no llegaría hoy por que tuvieron un choque, no pasó nada grave por suerte pero la entrega se retrasaría una semana, estaba frustrado por que debía promocionar su nueva colección y sin las telas no podía hacerlo, además no dejaban de llamar varios ejecutivos para ofrecerle altas sumas de dinero solo por comprar su empresa, su marca, Lisa lo sabría manejar, la necesitaba pero tuvo que viajar a la casa de sus padres, en su ciudad natal, por problemas personales y a el le dejó al suplente de ella, que para recalcar era un niño que estaba más asustado, como si estuviera en la guarida del león más temible.
Se escucharon tres sueves golpes en la puerta, con su voz grave pronunció un pase para segundos depués aparecer el joven asistente.
- jefe se que esta o-ocupado pero...No dejan de llamar y-y no se q-que hacer... - estuvo por gruñirle como un fiel león pero sabía que el no tenía experiencia, era solo un niño y debia calmarse, el chico temblaba tanto que parecía que estaba por hacerse en los pantalones.
- no te preocupes tu solo pasame la llamada y les dejaré bien en claro de quien es la empresa - sonreí de lado a labios sellados, el joven asintió a la vez que hacía una reverencia y se marchó de mi oficina.
La mañana siguió entre teléfonos sonando, hojas siendo transportadas en brazos a una esquina y otra de la empresa, algunas burlas hacia el joven asistente que con torpeza intentaba hacer un buen trabajo, Kim ya estaba con jaqueca, ya queria volver a casa, lo único que lograba mejorar su humor era su pequeño retoño, sin poder retenerla una sonrisa ya estaba reluciendo en su antes serio rostro y con solo recordarlo encontraba la fuerza que antes no tenía.
Su celular que descansaba sobre un reluciente escritorio, sonaba, suspirando lo tomó y lo llevó a su oreja, esperando que no sea algún ejecutivo llamándolo desde su número personal.
Horas antes de la llamada
Un juven pelinegro no dejaba de caminar en círculos en su departamento, no sabía que hacer, en unas horas tenía una cena familiar donde sabia que su hermano nombraría oficialmente su compromiso pero otra vez Jin no contestaba su celular y aún Jimin seguía con el.
- Y si lo llevó conmigo? No, no - habló entre balbuceos - Podría llevarlo a la casa de Jin y explicarle qu-Si soy idiota no se su dirección - golpeo su cara con su palma frustrado pero quejándose por que en verdad le había dolido.
