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Los días transcurrieron como los demás, todos sonreían aunque sentían que una parte de ellos estaba por ser arrebatada. Eran cariñosos de la forma que nunca fueron, aunque no podían negar que cada vez que más se acercaba el tiempo, cada vez más sus lágrimas comenzaban a descender por sus mejillas, cada vez sentían que la felicidad que tanto los abarcada desde un principio comenzaba a desaparecer lentamente.
Que el tiempo pasará lento les dolía por que el tiempo era lo último que les quedaba. Kwan ya les había dicho que en su último día de ese hermoso viaje quería marchar, deseaba que al caer el anochecer junto a todas las personas más importantes en su vida, el cerraria los ojos y lentamente se comenzaría a despedir de... Su amada esposa que tanto lo amo sin importar nada. De sus dos tesoros que eran sus hijos y les deseaba una vida llena de felicidad junto a la persona que amaban. Se despedía de sus dos nietos que aunque tengan pocos recuerdos de el, esos serían los más valiosos. Se despedía de esas dos personas que hacían a sus hijos muy felices y les pedía en silencio que nunca rompan sus corazones por que estaban destinados a mucho tiempo juntos.
El aún quería seguir junto a ellos pero se negaba a en un futuro ver cada una de esas caras y no recordar quien son, no saber sus nombres, no recordar lo importante que son y el lugar que tanto ocupan en su corazón. No quería olvidarlos y el prefería irse para que ellos lo recuerden de esa forma y que no sintieran el dolor de ser olvidados. Si el olvidarlos le dolía tanto no quería imaginar lo que sentirían ellos cuando dijera que no sabía quienes eran, no dejaría que pasen por ese dolor, aunque la herida sea profunda era mejor que un dolor constante.
Y ese día llegó. Todos sentados juntos mirando el anochecer, jungkook y namjoon creian que aunque eran parte de la familia era algo muy personal para estar ahí pero aún así lo estaban, tomaban la mano de su pareja lo más fuerte que podían intentando transmitir su apoyo y diciéndoles en silencio que no estaban solos, que ellos estaban ahí si se derrumbaban. Ellos lo agradecieron por que ese simple acto los hacia sentir seguros por que aunque haya la peor tormenta ellos estarían ahí para ayudarlos a atravesarla, estarían juntos sin importar nada.
Yo siempre estuve y estaré orgulloso de ellos, son mi mejor obra. Aunque no haya sido el mejor padre, ellos fueron los mejores hijos.
Hanu miraba con miedo esa pastilla que se escondía en el puño de su esposo, sus ojos querían soltar lágrimas otra vez, quería gritarle que no lo hiciera, que se quedará con ella para siempre, que no le importaba que algún día la olvidará, que no importaba que olvidará que la amaba, ella solo...queria seguir junto a el pero siempre juro apoyarlo en cada una de sus decisiones y aunque esa desicion era la más dolorosa de tomar, ella lo aceptaría y lo amaría hasta el último segundo, con su mano temblorosa tomó con cariño ese puño que antes miraba con temor, alzó la vista hasta su esposo y le sonrió, diciendo en silencio que ahí estaba y se quedaría hasta el último segundo.
