Nota: ¡Hola linduras! Gracias por leerme, gracias por su paciencia y gracias por todo
Galeón
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Horas antes
Después de dejar a una muy húmeda Granger en la biblioteca, decidió escribirle un mensaje que sólo ella entendería en su redacción y se dirigió a su sala común, para darse una larga ducha de agua fría.
No había rastros de sus monos, se sintió aliviado aunque con una repentina sensación de que algo lo esperaba en su cuarto, así que cuando abrió la puerta y ahí estaba Parkinson, sentada en su cama, únicamente llevaba puesta su túnica del quidditch, sin nada por debajo, no se sorprendió ni un poco, al contrario, se sintió sumamente irritado.
—¿Y si hubiera entrado Crabbe o Goyle? —preguntó con indiferencia Draco, pasando de largo.
—No es nada que no hayamos hecho antes —contestó la chica mirándose las uñas.
—No me gusta lo revuelto, gracias —dijo él mientras tomaba una toalla que se encontraba debajo de Pansy, casi tirándola en el acto. La chica no se inmutó y le tomó el brazo con sus afiladas uñas, obligándolo a girarse.
—Vine aquí por ti, ¿puedes por favor apreciar ese hecho y follar como un hombre? —susurró ella amenazadoramente.
—No te pedí que lo hicieras, así que no estoy agradecido, al contrario me molestas —contestó él sacudiéndola sin delicadeza—, ahora vete o tendré que reportarte.
—¿Es otra vez esa sangre sucia? —chilló la chica poniéndose de pie y caminando hasta Draco—. ¡Me das asco! —gritó ella mientras alzaba la mirada para que viera sus lágrimas correr.
—Si tanto asco te doy, deberías irte de aquí, me traes sin cuidado y la verdad, ya estoy harto de ti. Lárgate.
—Esto no se va a quedar así, Draco. Le escribiré a tu madre y se enterará que te estás revolcando con la empollona aquella. Tan ordinario su hijo —escupió la chica arrojándole todo lo que se encontraba en el camino.
—Mi madre tiene otros asuntos más importantes que saber con quién me estoy revolcando, pero ten seguro que le daría más asco que seas tú, una arrastrada —dijo con sequedad el rubio mientras tomaba las muñecas de Pansy para que dejara de arrojarle libros y la sacudió un poco para que alzara la vista, se acercó hasta tenerla casi a la altura y soltó—. Eres patética.
Parkinson se soltó del agarre y dejando las lágrimas fingidas a un lado, lo encaró con una sonrisa perversa en sus labios.
—Soy patética, soy una arrastrada, pero oh querido, mi padre no está en Azkaban y no me han hecho hacerme cargo de los zapatos que por supuesto le quedaron grandes. Soy asquerosa, pero no estoy perdiendo el tiempo con una sangre sucia empollona porque no soporto enfrentarme a mi destino. Soy lo que quieras, pero no una cobarde.
Dio la vuelta y se alejó hacia la puerta, no sin antes lanzarle una última mirada cargada de lástima.
Malfoy cerró la puerta detrás de la chica y se sentó en el borde de su cama, mirando al vacío.
Pansy podía ser fastidiosa, celosa y posesiva, pero tenía razón, él sólo estaba postergando lo inevitable y eso acababa con él, con su madre e incluso con su padre, aunque él no estuviera en ese momento. Sabía que cuantos días pasaran y lo retrasara jugando al estudiante, haciendo tonterías con Granger o incluso follando con Parkinson, eran días que su madre vivía al lado de mortífagos que usaban la mansión Malfoy como cuartel o con El Lord Tenebroso ordenando que se sentase a su lado para fastidiarla. Eran días que no postergaban su inminente trabajo y aunque una parte de él no quisiera hacerlo, al menos, debía fingir trabajar en algo, de lo contrario, su madre podría sufrir las consecuencias...
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Arréglame o Destrúyeme/Nuestro Secreto
RomanceHermione no sabe en qué parte Draco comenzó a formar parte de su vida y Malfoy no sabe cómo Granger dejó de ser Doña perfecta para convertirse en la chica que más quiere enredarse de Hogwarts y... a la que más quiere, en general, pero ¿eso será sufi...