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Eric confiaba en su cuerpo.

Eric conocía sus límites y cada una de sus capacidades.

El resto podría burlarse de su "culo gordo" y a él no le afectaría.

¿Por qué?

Porque él conocía cada parte de su maldita anatomía.

Confiaba en su agilidad, en su fuerza y en su velocidad.

¿Y qué si le sobraban algunos kilos?

Eric Cartman estaba seguro que podía librarse de cualquier obstáculo que se le pusiera en frente, si contaba con la ayuda de su cerebro y de su cuerpo.

Por eso mismo, ODIA ésta situación.

Abrir los ojos y no ser capaz de mover los músculos, no es una sensación que le dé seguridad. Sentirse preso dentro de sí mismo no es un territorio confiable.

Mierda, si hasta se sentía nervioso y ni siquiera podía alterar su respiración.

De pronto, su cómodo colchón pasó a ser insoportable. Su pijama estaba muy apretado. Las cobijas eran muy pesadas. La almohada estaba demasiado baja. Hacia mucho calor. Tenía los pies helados. Una gota de sudor bajó por el costado de su cara.

Y él NO PODÍA MOVERSE.

Tenía ganas de llamar a su madre, pero su lengua se quedó inmóvil dentro de su boca sin emitir sonido.

Las lágrimas llenaron sus ojos y solo pudo parpadear para limpiarlas.


Pero lo mejor de todo era que el sentimiento de impotencia era mucho más fuerte que la intriga de saber quién era la persona que lo miraba desde el rincón de su habitación.

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Nota Aclaratoria: lo que sufre Eric se conoce como Parálisis del sueño, y se define como un trastorno del sueño donde el paciente es incapaz de mover los músculos a excepción de los ojos y el diafragma. Usualmente se da en episodios de corta duración, pero ante la ansiedad que generan pueden percibirse como más largos. En muchos casos, suelen estar acompañados de alucinaciones visuales y auditivas.

24 HORAS DE MIEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora