Al parecer no me había equivocado al respecto.
—¿Que quieres,Williams? —Dije sin pensarlo dos veces.
—¿Sabes la preocupación tan grande que tuve en el resto de horas que pasaron después de que me colgaste? ¡Pensé que habías muerto! Ó yo no se.¿Por que te gusta asustar y hacer preocupar, niña?
Ok... ¿Esto es una broma verdad? ó ¿simplemente era un loco maniático que finge que le importo?
—Por algo ando sola, prefiero la soledad, para no asustar ni preocupar a nadie. Por favor, ¿No es lógico? Por cierto, deja de exagerar ó fingir que te importo ¿si? Serias de gran ayuda.—Respondí ante ello y me di cuenta que su semblante parecía de niño curioso.
—¿Estas ocultandome algo, Kim? Ó... ¿Nos estas ocultando algo a todos? —Me puse nerviosa. Dios, ayúdame ¿si? ¿por favor?
—¡Joven Williams!—Exclamó la profesora—¿Seria tan amable de dejar que pueda dar inicio a la clase de hoy?
—¡Já!, la amo profe.—Susurré con una enorme sonrisa, cosa que nuestro querido Willy pudo notarlo.
—Claro que si profesora, ¿Por que no?—Le respondió Williams a la profesora, pero antes de ir a su lugar correspondiente me susurró al oído—De esta no te salvas, pequeña Kimberley.
Por X o Y motivo me había sonrojado.
Espera, ¿Pequeña Kimberley? ¿Acaso es por que soy menor? Ó ¿Por mi estatura?.
Cuando llegó a su lugar correspondiente, sentia su mirada, nuevamente, así que giré mi cabeza hacia su dirección, me sonrió y yo me limité a mirarlo intimidantemente.
Odio los apodos cursis, y sobre todo ese que me acaba de colocar.
Recordé aquello que me dijo: "pequeña kimberley."
—Já, que apodo tan absurdo, la verdad.
—Bueno chicos y chicas, hoy revisaremos la tarea de Ciencias literarias, lo revisaré de este modo, cada uno, por orden de lista...—Ojalá y no sea lo que estoy pensando, Dios, soy yo de nuevo, ten piedad de mi, por esta vez ¿Si?—Vayan pasando adelante, leen lo que hayan realizado y luego me traen su libreta de apuntes para calificarlo, ¿Entendido?.
Joder, ya me cayó mal la profesora, todo iba bien, pero viene ella y manda todo al infierno. No mame profe.
Y así fue, uno por uno fueron pasando, nada mal, sus poemas eran geniales, creo que me sentía humillada. No debí dejar las cosas a ultima hora.
Llega mi turno, tenia miedo, en ese momento, estaba nerviosa y ansiosa.
Pánico escénico, publico, entrando al chat.—kimberley Garcia Rodriguez. Pasa adelante por favor.—Dijo la profesora.
Pasé adelante, no tenía otra opción, y me dispuse a concentrarme en cada palabra que pronunciaría. Antes de comenzar, hubo un silencio total.
Me dio escalofríos.¿Se imaginan que me equivoque o diga alguna pendejada? O sea, ¿Hacer el ridículo? ¡Ay no!
—Ok Kimberley, te escuchamos—Dijo la profesora con una sonrisa, le sonrei y empecé.
Para tener en cuenta, el poema, relato, estrofa, lo que sea, tenia que tener relación con ciertos términos que nos habían dado anteriormente en clases.
Al terminar, todo estaba en silencio, salvo que aún sentía la mirada de Williams, por lo tanto lo miré y me sonrió, desvíe la mirada antes de sonrojarme de nuevo, sentía que en cualquier momento podría "desmayarme" de los nervios.
Pasé al escritorio donde se encontraba la profesora e hice calificar mi libreta de apuntes y luego volví a mi asiento, estaba algo avergonzada e insegura de mi misma y de todo, no se si las cosas habrán salido bien, después de todo, sólo colocaban una nota de revisado, pero no la calificación, es decir, el número calificativo correspondiente.
Minutos después.
Terminada la clase, varios de mis compañeros y compañeras se me acercaron diciendo: —«Estuvistes genial hoy Kimberley» «Necesito que me enseñes»—Entre otras cosas más, estaba incomoda. En serio, no me parece que haya sido así.
En eso llega Williams.
—Chicos, chicas, ¿Serian tan amables de dejarla sola? La están incomodando con tantos alagos que recibe de parte de ustedes.—Tenia razón y noté como los que estaban allí se fueron.
—Gracias Williams, te lo agradezco mucho.
¿Se notaba mucho que estaba incomoda con todo aquello? Jaja.—¿Y todavía te lo preguntas? Es obvio.—Respondió Williams.
—Bueno... Suelo utilizar esta técnica: hacer preguntas, inducir respuesta y buscar la verdad, es el método socrático.—Respondí sonriente.
—Kimberley, definitivamente eres, al parecer, una chica misteriosa ¿Sabes?—Tenía cara de confusión, no entendía a que se refería— Escondes muchas cosas, muchos misterios, por lo cual, quiero ser quien resuelva cada uno de ellos.
—¿Qué quieres decir? ¿A dónde quieres llegar con eso?—Pregunté.
—Quiero ser testigo de tus misterios, de tu historia.
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¿Sabes que es un reto? Bueno, mi vida es un reto.
Novela JuvenilEsta historia, relatará sobre la vida de una chica llamada Kimberley García Rodríguez, que a pesar de los obstáculos, como la depresión, ansiedad, y otros trastorno mentales, saldrá adelante y brillará por si misma. (Cualquier parecido con la realid...