Meses después...
Con Williams, nos volvimos más cercanos.
Solíamos salir con frecuencia los fines de semanas a la misma biblioteca, ya sea para hacer tareas o para leer algún libro e incluso solo para hablar de alguna tontería que se nos ocurriera, me agradaba aquel ambiente, tan tranquilo y tan alegre. Y me agradaba Williams, un chico muy sonriente, carismático, y demás.
Todo iba bien, les juro que estaba bien, estábamos bien.
Mi plan de fingir estar bien cuando en realidad no era así, en dadas ocasiones, y sobre todo cuando me encontraba cerca de el, estaba saliendo bien.
El plan de fingir hasta que se me olvide que estaba fingiendo, funcionaba de maravillas.
Les juro que si estaba bien, no hubo algo que me molestara en el transcurso del tiempo que pasábamos juntos, pero no todo termina en "feliz por siempre".
Aunque... Creo que estaba equivocada en que todo iría bien.
-¿Ves que si tenia razón?
Dijo Williams-Willy ¿a que te refieres?
Respondí sonriente y algo confundida.-Me refiero que eres una chica interesante y misteriosa, hay que admitirlo, pequeña Kim.
Y aquí vamos de nuevo.
-¿Sigues en lo mismo? Por favor jajaja... Que gracioso eres, Willy.
Ya a pasado cierto tiempo desde que habías dicho eso.-No estoy bromeando, ¿Hasta cuando dejaras de ser tan insegura de ti misma?¿Hay algo que te haga sentir así y no me hayas contado, Kimberley?
Error, si hubo algo que hizo que todo desde allí, se fuera al infierno.
Recordar las razones por la cual soy así, hicieron que entrara en crisis existenciales sin previo aviso.
Recuerdos invadieron mi mente sin aviso previo, mi paz, la tranquilidad que habitaba en mi, trataba de ser lo más positiva para no arruinar este día, desgraciadamente no todo sale como siempre planeamos.
La vida esta llena de sorpresas, solo hay que estar atentos a las señales que nos da. Pero esta vez, no pude estar atenta, esta vez, me descuide.
-¿algo que me haga sentir así? No creo que sea necesario y menos un buen momento para hablar de eso. Por cierto debo irme.
Me paré de mi asiento, necesitaba salir de allí, de la biblioteca, necesito estar sola, no puedo colapsar aquí, no es un buen lugar, necesito llegar a casa, a mi habitación y desahogarme allí, escuchando música y si es posible llorar.
-Espera ¿que? Pero... Kimberly, ¿Sucedió algo?
Williams me sujetaba de mi brazo, impidiendo que abandonara aquel lugar dejándolo allí solo.
-Debo irme Willy, estoy bien y espero estarlo, no te preocupes ¿si?
Force una sonrisa, tratando de que no se notara lo fingida que estaba siendo en ese momento.-No estás bien, si no te desahogas no podrás estarlo más adelante, nadie puede ganar una batalla solo, y menos si se trata de una lucha contigo mismo.
-Si estoy bien, no te hagas ideas.
-No me estoy haciendo ideas, se supone que debes confiar en mi, pero al parecer no lo haces Kimberley, y eso... Me decepciona que no confíes en mi. ¿Hasta cuando debo esperar a que me confieses la verdad?
Me están pesando sus palabras, ahora mismo cualquier cosa puede herirme en todos los aspectos.
-Déjate de estupideces.
Williams recogió nuestras cosas que estaban sobre la mesa de la biblioteca y me llevo rastras a aquel callejón donde pensé aquel día que me haría algo, para luego decirme lo que tenia en mente.
-¿Te parece una estupidez que me haya enterado que sufres de depresión y ansiedad, por mi mismo y no por que hayas tenido la confianza de decírmelo tú misma?
-¿Como...? ¿Pero que diablos dices
Shit, se había enterado.
-¿Por que no me habías dicho, Kimberley? Debes entender que nadie, absolutamente nadie, tiene una vida perfecta y yo estoy aquí para ayudarte, siempre.
No tenía escapatoria, ya se había enterado.
- Ni los psicólogos, ni psiquiatras, ninguna persona profesionalizada en este tema ha podido ayudarme y para no quedar internada en un centro de rehabilitación he fingido estar bien todo el tiempo. ¿Como carajos te diste cuenta? ¿Por que lo harías tú? ¿A cambio de que, Williams?
-Es evidente, te la pasas llorando, ataques de ansiedad, tienes cicatrices de autolesiones, ¿Te parece poco? Quien no se de cuenta, es por que le da igual las cosas, pero a mi no me da igual nada, quiero que estés bien, no me gusta que estés fingiendo, quiero ayudarte a salir de ello, no se como putas, pero debes salir adelante, quieras o no, voy a ayudarte.
-No, no y no.
-¿Por qué? Déjate ayudar, por favor. ¡Te lo ruego!
-Basta por favor.
Eso me dijeron antes de regresar a esta ciudad, me fui de pequeña de aquí, empecé una nueva vida lejos de aquí, confié en personas que querían "ayudarme" y me terminaron traicionando.
Volví nuevamente a esta ciudad, mi ciudad de origen, mi ciudad natal, para comenzar de cero, no para repetir de nuevo lo que me paso por andar confiando.-Debes entender que no soy ellos, Kimberley, por favor, debes entenderlo.
-¡¿Por que debería confiar en ti?!
-¡Joder!... Por que tú me gustas ¿Okey? Por que desde cierto tiempo, desde que nos conocemos hasta ahora, me di cuenta que me gustas, no eres igual a las demás personas, por que eres rara y eso me gusta, me gustan tus inseguridades, tus debilidades.
Por que me gustas tal y como eres, Kimberley.
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¿Sabes que es un reto? Bueno, mi vida es un reto.
Novela JuvenilEsta historia, relatará sobre la vida de una chica llamada Kimberley García Rodríguez, que a pesar de los obstáculos, como la depresión, ansiedad, y otros trastorno mentales, saldrá adelante y brillará por si misma. (Cualquier parecido con la realid...