Capitulo 12

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Al cabo de unos minutos, Williams era quien volvía a dirigir el camino.

Supuse que estábamos llegando a la biblioteca, ya que aquel camino es un atajo para llegar a ello.

Iba tan centrada en mi mundo, escuchando música, pensando en, quizás, miles de cosas con o incluso sin sentido y mirando simplemente hacia el suelo, por lo que choque con la espalda de Williams accidentalmente.

Nos encontrábamos frente a una cafetería,  giro para verme y yo lo miraba con extrañeza y desconcierto, el noto aquello, por lo que decidió aclarar las cosas.

-Aquel camino era solo otro atajo para llegar aquí, a esta cafetería pero al parecer lo mal interpretaste e hice que lo mal interpretaras, créeme, no seria capaz de hacerte daño. 

-Perdón por lo sucedido, no era mi intensión. Perdón.
Estaba algo apenada por lo sucedido, estaba insegura ante esa situación. 

-Y por cierto, desayunaras quieras o no, es por tu bien, no quiero que vayas a estar desconcentrada debido al hambre y no quiero que te desmayes... No estoy preparado para socorrerte en un caso como esos. 

Se le escaparon una cuantas risas. Me causo gracia. Se me hacia tierno ver como se preocupaba pero al mismo tiempo lo odio, le dije que no se preocupara por ello ¿Y? No me hizo caso.

Después de que desayunara, mientras el estaba algo distraído en su celular, texteando quizás, me dispuse a ir a pagar lo que había consumido.

La chica que se encargaba de recibir el pago, estaba a punto de recibir mi dinero, pero de un momento a otro, se puso algo nerviosa, de repente, no quería recibir mi dinero, la mire extrañada, algo estaba sucediendo.

Visualice sus pupilas oscuras y pude notar el por que su estado. 

-Williams Hernández Muñoz, deja de amenazar a la chica por favor.
No me hagas obligarte de una manera desagradable ¿si?

-¿Que? ¿Yo que estoy haciendo? Digame, Señorita Kimberley Garcia Rodriguez.

Odiaba desde lo mas profundo de todo mi ser, que me llamaron por mi nombre y apellidos completos.

-Tan lindo y tierno es que tu novio. 
Dijo sonriente una señora, bastante avanzada en edad, que estaba cerca de nosotros.

WTF?

-¿Disculpe? Jaja no, no nosotros no-
Williams me interrumpió.

-Si. ¿Mi novia es hermosa cierto?

-Es muy hermosa, joven.
Que el amor entre ustedes dure una eternidad, ya que, desgraciadamente, este mundo, no creé en ello.
Dijo aquello para luego retirarse del lugar.

¿Pero qué demonios con Williams?

Luego, intenté que al menos me recibiera el 50% del total de la cuenta a pagar.

Al final, fue él quien termino pagando.

No me gusta que hagan eso, hablando sobre todo en parte de, tanto los hombres como las mujeres, por varias razones, las principales son tres:

Primero: Quieren que los vean como "el caballeroso", "el típico chico que todas quieren" etc.

Segundo: Le debes un favor sí ó sí, sin duda alguna algún día te lo cobrara sea de la mejor o peor manera.

Tercero: Si no se las pagas con el favor que quieren, te lo sacaran en cara las veces que se les pegue la maldita gana.

Lo digo por experiencia propia, no por que me haya sucedido con los chicos que son "amigos" o algún amor que llegue a tener, si no por alguien más, pero jamas pensé que me cobraría todos esos favores de esa manera, llegándome a dejar, incluso, un muy mal recuerdo.

Algún día, temprano, alguien me escuchara ó algún día, tarde, leerá mi carta donde relate la verdad de las cosas, la verdad de mi suicidio.

Ya veremos que llegara primero.

Seguí insistiendo de todas maneras, hasta lograr irritar a Williams.

-¿Como te hago entender que no debes devolverme nada, que yo quise gastarte, que no me debes nada? ¿Como lo hago Kimberly?

-Pues la única manera es que me recibas, aunque sea,el 50% del dinero que pagaste.

-¿Acaso, tal vez, debería hacerlo nuevamente hablando ó para dejarte callada debería besarte?

-Que ni se te ocurra. ¿Sabes que? Mejor olvidalo.

Williams reía al ver que me sonroje.

Estábamos nuevamente de camino a la biblioteca, en el transcurso del camino, ninguno de los dos dirigió la palabra, solo había un silencio para nada incómodo.

Horas después.

Nos encontrabamos leyendo libros, buscando informaciones, mientras yo tomaba apuntes de ciertos detalles importantes.

Y Williams... Básicamente se limitaba a mirarme de reojos a cada rato y yo, como siempre, me sentía incomoda.

Para terminar de sentirme peor, se alcanzó a escuchar, el sonido de una cámara de un celular, capturar una fotografía y lo peor es que su flash estaba encendido.

¿Y adivinen qué? Obviamente había sido Williams, quien sacó una fotografía, una bendita foto en donde yo me encontraba en ella.

-¿Podrías borrar la fotografía, Williams? ¿Por favor?

Siendo sincera, otra cosa que odio, es que me tomen fotos sin mi consentimiento y que luego comiencen a reír, siento que salí horrible y sólo se está burlando de mi.

-¿Ya te han dicho lo hermosa é interesante que te ves cuando estas distraída? ¿Y sobre todo cuando estas leyendo sea un libro o lo que sea?

Me sonrojé.

Juro sentir mis mejillas arder. Y me extraña de mi eso, hace tiempos que no me volvía a sonrojar tan estúpidamente.

Y no, no es amor, no es un sentimiento de gusto, solo estoy apenada, es todo. Ó eso había llegado a pensar hasta entonces.

-Cállate, estúpido.

¿Sabes que es un reto? Bueno, mi vida es un reto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora