Capítulo 4

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Vi a un chico castaño de ojos verdes, que me pareció muy lindo. Entonces me volteó a ver, me sonrió y yo volteé hacía otro lado, luego me volví a ver a la maestra que me presentó a los que serían mis compañeros de clase.

—Jovenes, hoy tenemos a una nueva estudiante, ella es Vanessa Reeve. Vanessa tú te vas a sentar a un lado de Santiago qué está por allá. —le señaló

—Ok. —fui a sentarme.
Me senté y empezó la clase. Pero en el transcurso de esta, Santiago me volteó a ver varias veces y por supuesto yo lo ignoré y traté de concentrarme en las clases. Pero no fue hasta que el me habló. Y tuve que responder como "la chica educada que soy"

—Oye, Vanessa. —susurró

—¿Que quieres tú? —me volví a verlo y lo miré de forma retadora

—¿Me podrías prestar una pluma? —sonrió

—No. —contesté y me volví hacía el frente

—Ok. —susurró y dejó de mirarme. 

¡Por fin!

Ya que finalizó la clase, me fui a la cafetería a comer, recordé que mi madre no me había dado nada para comer y tampoco dinero para comprarme algo. "Hay que linda ella." Así que tuve que aguantarme el hambre. Luego llegaron dos chicas morenas, pelo negro, ojos cafés, una era de pelo rizado y se llamaba Jennifer y la otra era de pelo lacio y se llamaba Monserrat oh bueno eso es lo que yo escuché.
—Hola Vanessa. —una de ellas se sentó a mi izquierda, luego volteé la mirada y noté que era Jennifer

—Hola, tu niña extraña qué no conozco. —mentí ya había oído nombrarlas

—Perdón, mi nombre es Jennifer. —me sonrió

—Y yo soy Monserrat. —añadió esta

—Ah orale. —respondí desinteresadamente

—¿Por que éstas tan sola? —dijo Jennifer

—Ay no sé ¿Por que será? tal vez por que estoy en un lugar donde no
conozco a nadie. —contesté en tono sarcástico

—Oye Vane, ¿Te puedo decir Vane verdad?

—No. —rodé los ojos

—Bueno, y si estas sola ¿Por que no te vienes con nosotras?

—Si, ven con nosotras. —sonrió Monserrat

—Si, ya que. —exclamé

—Wow, que bien. Bueno ven, te queremos presentar a algunos amigos nuestros

—Ok pues. —me levanté para ir con ellas.

Después de que me dieron un tour por la escuela y me presentarán a todas sus amigas, nos topamos con Santigo

—Hola Santi. —dijo Jennifer

—Hola Jenny, hola Monse, hola Vane

—Soy Vanessa para ti, no Vanee. —me crucé de brazos y alcé las cejas

—Esta bien, no te enojes. —su sonrisa se desvaneció

—Oye Santi, ¿Has visto a Diego? —dijo Jennifer

—Si está por allá en los bebederos

—Ay gracias, vendré luego. —se marchó

—No te apures, tu veté y tardate todo lo que quieras. —grité lo suficientemente fuerte para que me escuchara.

—Bueno Vaneee-ssa tengo que ir con una amiga para que me pase el resumen de historia, bye luego te veo. —sonrió de oreja a oreja y acto seguido se fue. Yo diría que demasiado rápido, digo tratándose de un resumen de historia. Además me dejó a solas con Santiago.

—Adiós tú. —me di la vuelta para irme

—Oye, oye, oye, ¿A donde vas tan deprisa? —me tomó del brazo y me volteó para que estuviéramos cara a cara

—¿Y a ti que te importa? —rodé los ojos y acto seguido alcé las cejas

—Perdón, solo quería decirte sí te podía dar un tour por la escuela. —puso una cara de niño infantil muy graciosa pero aguanté la risa.

—No gracias ya me lo dieron, no haces falta. Adiós. —arrugue la nariz mientras sonreía falsamente

—Oyee, pero... —comenzó a decir pero lo dejé con la palabra en la boca.

Llegué a la biblioteca y me senté,  luego vi que Santiago apareció, se sentó frente a mi y me miró fijamente

—¿Que haces? —sonrió

—Nada qué sea de tu interés. —cerré el libro que iba a leer

—¿Oye te sientes mal? —preguntó confundido

—¡NO! —exclame enojada
—¡Oye, ya se! que tal si tú y yo vamos después de clases por un helado. —sonrió

—No

—Ay andale ¿Siiiii? —insistió, e insistió hasta el cansancio, se veía tan infantil hasta que yo dije

—Ok esta bien si, si vamos 

—Ok te veo después de clases, adiós. —me sonrió y se fue

—Bien. —sólo respondí eso pero por dentro pensé.

¡Hay es insoportable!

Cuando sonó el timbre de salida me quedé afuera a esperar a mi madre la cuál nunca llegó. Era de esperarse de ella así que decidí irme con Santiago. Y ya estando ahí en los helados, tuvimos una clase de conversación muy corta.

—Bueno pues yo ya me voy eh adiós, gracias por el helado. —me di la vuelta para irme

—Oye espera ¿Te puedo acompañar? —sonrió

—¿Tu? ¿Acompañarme a mi casa? —no aguanté la risa—. JAJAJAJAJA debes de estar loco. Pero bueno acepto sólo por que me hiciste reír y por lástima.

Así que me acompañó a mi casa y en todo el camino no le dirigí la palabra hasta que llegamos.

—Bueno ya llegamos, es aquí
—Bueno Vanee-ssa ya me voy fue un placer haberte acompañado adiós, te veo mañana

—Sí, sí, adiós.

Entré a casa y para mi sorpresa Daniela estaba ahí esperándome.

—Ni se te ocurra decirle a mamá cuando vuelva qué no te llevé a la escuela por qué me las pagas. —me amenazó

—Bien, no le diré nada. —gruñi

—¡Wow! —Catalina se despegó de la ventana—. Oye Vanesssaa ¿Quien era ese chico qué te trajo a la casa? está súper guapísimo

—Qué te importa, y si quieres saber se llama Santiago. Y deja de espiar lo que hago por la ventana

—¡Wow! ¿Es tu novio? —dijo Daniela

—Te operaron el cerebro o por que preguntas estupideces. —alcé las cejas

—Ay perdón Vanessita, aunque no deberia decirte esto pero...si te acompañó a casa, tal vez sea que le gustas. —dijo Catalina

—Éstas completamente loca ¡¿Cómo le voy a gustar a un chico que eh tratado con la punta del pie?! —exclamé.

—Uuuy perdón Vanessita, yo nada más decía. Eso me pasa por tratar de ser una buena hermana. —exclamó

—TRES COSAS: Uno, callate y no digas estupideces. Dos, no me digas Vanessita para ustedes soy Nessa. Y tres, tú nunca has sido una buena hermana. —empecé a subir las escaleras

—Bieen, adiós Nessa. ¡ENCIERRATE!

—Ya voy, ¿Qué no me vez? —grité

Llegué a mi cuarto, cerré la puerta y me senté a leer libros toda la tarde.
Hasta que por fin llegó mi madre de su trabajo...¡Ya era hora!

Quiéreme Si Te AtrevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora