Capítulo 8

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Empecé a saltar, bailar y cantar de alegría por todo la habitación
—¡¡¡OH POR DIOS, NO LO PUEDO CREER!!! —grité— ¡¡¡SANTIAGO ME BESÓ, SIIII!!!
Así estuve como por 1 hora, no podía dejar de sonreír. Ni siquiera a la hora de la cena, no podía contenerme tenía una sonrisa de oreja a oreja
—Oye, hija ¿que tienes?
—No, nada mamá. —sonreí aún más, aunque no creo que eso se pudiera
—Oye tonta, ¿por que estás tan feliz? —preguntó Catalina
—Por nada que te importe. —exclamé sin dejar de sonreír
—Estas muy rarita eh. —exclamó Daniela
—Hey, si. —hablé sin prestarle atención
—Hija, trata de comer algo aunque sea. —mi madre me miró preocupada
—Está bien. —agarré la sopa de spaguetti con las manos y la metí en mi boca
—Usa la cuchara, no seas asquerosa. —dijo Catalina
—¿Y ese milagro que estás así de  contenta, nunca te había visto tan feliz? —sonrió mi madre
—Por nada, por nada
—Oye mamá y ¿no estará enamorada? —Daniela trató de borrar mi sonrisa pero esta creció aún más
—No lo estoy Daniela, no lo estoy. —la ignoré
—Hay como y ¿ese muchacho que te trae a la casa que? a propósito ¿por que no te trajo hoy?..Ah ya me acordé, jijiji lo de ayer, ja ja ja. —sonrió Catalina muy perversamente
—¿Es cierto lo que dice tu hermana Vanessa? —mi madre frunció el ceño
—No, no es cierto ¿Cómo puedes hacerle caso?
—Si si es cierto, y se llama Santiago
—Vanessa, ¿es verdad lo que dice Daniela? —se levantó de la mesa, noté su enojo
—Ya te dije que no, ellas solo son un par de envidiosas que sacan cualquier pretexto para ponerme de malas. Peero, no les va a funcionar hoy
—Ok. —mi madre volvió a sentarse suspirando aliviada
—Bueno ya terminé, me iré a dormir. Buenas noches. —me levanté y me fui a mi habitación.
Al llegar al cuarto me puse la pijama y me dormí.
Esa fue la primera vez en muchos años que dormí con una gran sonrisa en mi rostro.

[...]

Me levanté y me bañé, también fue la primera vez que canté en la ducha, de hecho se siente genial. Cuándo salí de ducharme me vi en el espejo, me di cuenta que tenía una sonrisa muy hermosa y que yo no debía permitir que nadie la borrara. Creó que me esta gustando esto de sonreír, la verdad se siente bien esto de tener vida.
Hoy decidí que este dia iría muy arreglada a la escuela. Abrí mi armario y me di cuenta que no tenía nada atractivo o femenino "—Guay, es ahí cuando te das cuenta en qué has desperdiciado todas las idas al centro comercial."
Así que se me ocurrió la brillante idea de meterme a la habitación de mis hermanas, sacar algo de ropa que me quedara y maquillaje
''—NO ES ROBO, ES PRESTAMO''.
Me vestí y maquillé como pude, luego bajé a desayunar y como de costumbre mi madre no estaba, tal vez se había ido temprano.
Ya que acabé de desayunar, justo antes de salir me vi por última vez al espejo y salí de la casa rumbo a la escuela.
Al llegar al salón, lo vi ahí, sentado hasta atrás, caminé por el pasillo en un intento fallido de super modelo por una pasarela, igual logré que me viera llegar así que decidí sentarme hasta adelante, solo para darme a desear.
Ya al salir de la clase,que es la hora del almuerzo iba por el pasillo
otra vez en mi intento de modelo internacional
"—Que patético, yo no soy así de ridícula"
—Hoola Vanessa, ¿y eso que vienes bien guapa a la escuela? —exclamó Jennifer
—Hay yo siempre. —exclamé
—¿Y por que estás tan contenta? —añadió Monserrat
—Por nada, cosas mías hoy amanecí de buenas
—Oh que bien amiga...sabes, es la primera ves que te veo así, tan, —se detuvo a pensar un momento—. Femenina
—No me quejo, aunque el maquillaje me pica un poco
—¿Oye que no traías un skate?
—Si, pero se vería muy ridículo una chica llegando al instituto con esta ropa en skate
—Bueno pues si. ¿Nos vamos?
—Si
Mientras caminabamos hacía la cafetería pude ver que ahí estaba Santiago afuera de esta. Nos dirigíamos hacía el, y no se que me pasó pero me puse un tanto nerviosa de un momento a otro.
—Oigan chicas, recordé que tengo que ir a hacer algo importante. Adiós, luego las veo. —salí corriendo de ahí en dirección opuesta hacía Santiago.
Pero no contaba con que él me vería e iría detrás de mi
"—El y su jodida costumbre de hacer eso."
Salió, me vio sentada afuera de la escuela, se estaba acercando, mientras lo hacía yo estaba cada vez mas nerviosa y según yo, estaba ''leyendo'' un libro pero presentía que algo no andaba bien ¿Que sería? Uhm, en fin él se acercaba cada segundo más y más y en mi mente no dejaba de repetirme
''—Trataré de ser linda con el."
Hasta que por fin se acercó.
—Hola Vanessa, o debería decir, hola señorita que va y se esconde de todo aquel chico que le besa
—¿Y tú que diablos quieres aquí? ¿a que viene molestarme con eso?
"— Okay, no funcionó repetirlo en mi mente."
—Sólo quería saber si ahora si me creés? ¿y por que te escondiste?
—Mira no me escondí y pues total si, te ''creo''
—Bien, ahora dime una última cosa. —rayos—. Pero quiero que seas sincera..¿Tu sientes algo por mi?
"—¿Será acaso que escuchó lo que dijeron mis hermanas él otro día que estuvo en mi casa?"
—¡¿Qué, estás loco?! claro que no
—¿Entonces por que tus ojitos me dicen otra cosa? ah y si me vas a mentir no me mires con esos ojos tan lindos. —sonrió
—Hay ya dejame en paz. —me llevé las manos a la cabeza—. Ya te dije que no siento lo mismo que tu ''sientes por mi''
—Vanessa, dime una cosa ¿que tengo que hacer para que lo admitas?
—Nada, por que no me gustas
—Mmmm, y si no te gusto...¿por que cuando me acercó a ti te enojas o te pones nerviosa como ahora?
—N-no tengo por que darte explicaciones. —me levanté para irme de ahí.
Entonces cuando ya me iba, Santiago me jaló del brazo y me dio otro beso pero ahora duró más, y supongo que iba a durar más de no ser por que escuché a Jennifer decir
—¿¡Vanessa, que estás haciendo!? —sus ojos se abrieron como platos.
Entonces me despegue de Santiago, lo empujé lejos de mi, volteé a verla y no supe que decir, decidí huir de ahí
"—Me estoy volviendo tan cliché."
Pero, no conté con que
Jennifer me seguiría hasta el baño, finalmente me encontró escondida en uno de los cubículos.
Creo que será hora de que se sepa la verdad.

Quiéreme Si Te AtrevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora