Capitulo 3

3.5K 258 11
                                    

Agarre mi teléfono de inmediato, marque a la cafetería. Tenía que pedir turno y hablar sobre que necesitare un nuevo horario, solo no espero que mi jefe no acepte mis condiciones y me termine echando del trabajo.

Coloco el teléfono en mi oreja mientras escuchaba el tono hasta que al cuarto tono por fin respondió mi jefe.

— ¿Señor Johnson?, soy yo Azura Heller

—oh si, Señorita Heller ¿sucede algo?

—En realidad si pero no es nada malo, me acaba de llegar una carta de Stanford, me darán la beca—No puedo evitar sentir emoción decir esto —y quiero saber si podría faltar mañana ya que tengo que ir a la universidad —un silencio torturador se escucha en la línea y luego una risa por parte de mi jefe

—Claro que si Heller — se le escucha con alegría —muchas felicidades, tus abuelos están orgullosos allá arriba

—Eso espero —rio con alivio —y tan bien tendré que cambiar mi horario seños —mi corazón se empezó a acelerar de nuevo, solo espero que acepte.

—claro que tendremos que hablar, no puedo impedirte que seas alguien exitosa.

—Muchas gracias señor Johnson — mi corazón empieza a regresar a sus palpitaciones normales gracias a la tranquilidad.

—De nada y espero que te vaya muy bien mañana, estoy orgulloso de ti Heller.

—Gracias señor — corte la llamada con una sonrisa en mi rostro

Stanford era una de mis grandes opciones pero no creí que lo conseguiría, todavía me siento en shock. Leo esa carta una y otra vez y cada vez una sonrisa enorme se forma en mi rostro.

Empiezo a correr por toda la casa como si nada en forma de celebración, sin querer logro que una gran ventisca azote mi casa desordenando todo – Ops –Trato de organizar todo lo que el viento a desordenado, bueno en realidad lo que yo desordene. Poco a poco ya estaba terminando de colocar todo en su orden. Estoy cansada de hacer esto una y otra vez cada vez que mi ''magia'' se descontrola.

Fui a mi habitación, abrió mi armario, analice cada una de las prendas que colgaban del tubo metálico en busca de algo apropiado que pudiera utilizar para mañana, creo que toda mi ropa es sencilla y nada del otro mundo como para utilizarlo en Stanford ni dinero suficiente como para comprarlo.

— ¡Mierda! — Se escucha un trueno — tengo que controlar esto — digo casi en un murmullo solo audible para mí.

En las profundidades encontré un lindo vestido blanco con encaje el que podría combinar con algunos accesorios, unos zapatos bajos y mi cabello ligeramente recogido. Una buena opción para presentarme. Coloque el vestido sobre mi sillón que se encontraba en mi habitación justo al lado de mi cama.

Me dirigí a mi pequeña cocina para prepararme algo de cenar, miro mi refrigerador donde solo había la mitad de un Sándwich de la mañana y un poco de jugo de naranja —Creo que eso es lo único que comeré por ahora — Saque el sándwich para meterlo al microondas, me serví jugo de naranja mientras esperaba los minutos requeridos para que luego pitara avisando que ya estaba listo — ¡La cena esta lista! — comí para luego colocarme la pijama y lavarme los dientes e ir a dormir. — Mañana será un gran día —Cierro los ojos, pocos segundos abro mis ojos para notar la luminosidad de color azul que salía de mi mano, su color azul atrae pero me pregunto porque a veces no lo puedo controlar. Cerré los ojos esta vez haciendo caso omiso a lo sucedido para volver a dormir.

***

Abro los ojos, note que la luz del sol ilumina solo la mitad de mi habitación y por suerte en esa mitad no está mi rostro. Dirigí mi mirada al reloj que marcaban las 7:00 am -¡solo tengo una hora! Me fui corriendo a la ducha. El agua salió un poco fría así que posicione mi mano frente al chorro de agua y fijando mi mirada haciendo que se calentara poco a poco hasta lograr la temperatura correcta, muchos usarían calentador pero yo no lo necesito. Luego de una corta ducha Salí, de inmediato me empecé a vestir con la ropa predefinida desde la noche anterior. Me di un vistazo en el espejo, por lo menos estaba más presentable ahora, mire el reloj que marcaban las 7:40 am – comeré algo después – agarre mi pequeño bolso y me dirigí a la salida.

No me alcanzaba el tiempo para ir en un bus así que decidí ir en taxi. Me dedique a mirar la hora cada vez que el taxi paraba en un semáforo. Mis ojos se encontraron con los del taxista por medio del espejo retrovisor, quite mi mirada y la fije en la ventana.

— ¿tiene algo importante que hacer hoy señorita? —me pregunto el taxista mientras avanzaba al ver que el semáforo había cambiado a verde.

-—si —me limite a contestar — muy importante — quizás diciéndole eso deje de hablar y acelere su paso de tortuga.

—Ya veo, se nota usted muy nerviosa como muchos de mis clientes a esta hora —sigue hablando. Quizás por eso las personas se ponen así al estar con un taxista que solo busca hablar. Mire mi reloj de nuevo que ya marcaban las 7:50 am –—ya llegamos señorita- anuncio el taxista —son 3.95 —asentí. Busque en mi pequeño bolso le pase el dinero y de inmediato salí de allí. — ¡Suerte! –—dijo antes de avanzar y desaparecer tras la carretera.

Fije mi mirada en frente, allí estaba. La Universidad Stanford. Por suerte estoy cerca, camine hacia la gran puerta echa con barrotes de hierro con formas retorcidas en forma decorativa. Una vez dentro me aventure a buscar al señor Growney o con quien sea que me tenga que reunir hoy.

Por fin después de preguntar y preguntar llegue a una gran oficina donde se supone que estaré con los ganadores de las becas. Lo único que vi al entrar es una chica de cabello rizado y ropa común, un chico con gafas y de atuendo elegante, en pocas palabras un poco nerd. Y por último una chica de cabello castaño, su ropa perfectamente echa a la medida aparentemente por costura de diseñador ¿Por qué lo sé yo? Porque hay chicas así que van a la cafetería.

-Aquí están- aparece un hombre de por lo menos 30 años, perfectamente vestido como si de una gala del presidente se tratara — yo soy Stephen Growney y como ya saben están aquí por ganar una beca, algo que pocos logran en Stanford y una gran oportunidad, permítanme percatarme de que están todos aquí reunidos — Tomas Wilson — el chico de gafas asiente — Amy Wrinlk – la chica de cabello rizado asiente – Melisa Thomson – la castaña asiente — Azura Heller — todos los ojos se fijan en mi pero yo solo asiento al igual que todos lo han hecho — y por ultimo — ¿ultimo? Mire a mi alrededor pero no había nadie más – Harry Styles –mira a su alrededor —Harry Styles — Repite

— ¡Yo! —se escucha que alguien entre — lo siento había tráfico — la voz me suena conocida

— Puntualidad siempre Styles —sigo con mi mirada fija en el señor Growney sin ver al misterioso choco todavía, decidí voltear para ver quién era el chico, voltee lentamente arrastrando mi mirada y darme la sorpresa de que era el chico de la que cafetería. Su mirada se conectó con la mía, de inmediato la separe asustada y la fije en el señor Growney que seguía hablando –—Es el—-.

-------------------

Azul |H.S| Terminada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora