Azul |H.S| Terminada |

Capitulo 4

—Algunas personas como empleados de aquí o maestros les dará gusto en ayudarlos en caso de algún problema que tengan aquí, ya sea de ubicación o simplemente una pregunta, tan bien pueden darse la oportunidad de explorar la universidad — Decía el señor Growney con total seriedad, solo que desde que llego aquel chico no me he podido concentrar porque podía sentir encima de mí a cada momento, viendo cada uno de mis movimientos y eso es irritante e incómodo —bueno y por ultimo queda decir, bienvenidos a Stanford —sonríe ampliamente, esa sonrisa me da escalofríos — si quieren pueden recorrer ahora mismo la universidad, Lunes empezaran —El hombre desaparece tras una gran puerta que supongo que comunica con su oficina.

— Vaya que me perderé aquí —Rompe el silencio la chica de cabello rizado y algo simple de vestir que por lo que me acuerdo se llama Amy.

No puedo evitar mirar a mí alrededor y sentirme tímida respecto a estas personas sin saber quiénes son, simplemente me quedo allí sin tratar de decir ni una palabra.

—Seguramente sucede ahora, pero después te aprenderás involuntariamente cada una de las secciones de la universidad, por lo menos así es para mí —dice el chico de gafas con total convencimiento, acabo de descubrir que es de las personas que creen saberlo todo y no que nunca se equivocan pero eso es mentira.

— Esta bien saberlo —– dice con una sonrisa –— me iré a recorrer por allí —– anuncia antes de salir del lugar.

No sé qué hacer ahora mismo, si quedarme aquí o salir de inmediato y terminar mi tortura de estar con ese chico. Minutos después de divagar en mi mente y preguntarme una y otra vez si quedarme o salir tomo la decisión de salir, en verdad podía irme porque ya había pedido mi horario con anticipación y podría buscar cada una de las áreas para no perderme.

Camino por los grandes pasillos de la universidad que están vacíos por ahora pero me puedo imaginar cómo es cuando está totalmente llena de personas por cada rincón que pueda ver.

—-Con que Azura —escuche a mis espaldas, me detuve para girar mi cabeza y encontrarme con Harry. Mi corazón empieza a palpitar más de lo normal, revise mi mano donde se notaba un pequeño punto azul que por suerte lo podía ocultar fácil. Lo primero que tengo que hacer es parecer raro — un nombre un poco raro —Sonríe. Su sonrisa es una gran atracción al parecer creada por efecto natural y no a la fuerza como me tocó a mí. Pero ahora que recuerdo ¿Cómo es que sabe mi nombre si el llego después?— ¿No hablas? —– alce mi mirada para fijarla con la del que permanecía con una llama de curiosidad

— ¿Cómo es que sabes mi nombre? — Solté la pregunta tal como mi mente la había diseñado anteriormente.

—Escuche decirlo al señor Growney antes de que entrara — suena convencido pero no lo creo porque lo llamaron más a el que a mí.

— Y ¿cómo supiste que era yo? Habían dos chicas más allí, alguna de las dos podría haberse llamado así —– empiezo a ver nerviosismo en sus movimientos, mi corazón se empieza a acelerar con el miedo que siento en estos momentos, puede parecer un chico bueno pero sus ojos me rebelan otra cosa y eso me asusta.

— Bueno en ese caso no lo sé —Frunce el sueño — Tal vez fue suerte.

Asentí ante la declaración, no me dejaba de parecer raro algo como esto y que solo hubiera sido suerte, puedo parecer paranoica pero siempre lo he sido desde que descubrí mi propio secreto. Continuo mi caminata por los pasillos sin tratar de darle importancia aun así escucho sus zapatos caminando justo a mi lado.

Empiezo a sentir un cosquilleo en mi mano derecha, decido echar un vistazo disimulado, empiezo a sudar frio al notar que está empezando a salir esa bola de luz azul de mi mano, mire de reojo a Harry que parecía concentrado en el camino con su silencio. Metí con rapidez mi mano en mi pequeño bolso tratando de que esto pudiera detener la luz.

Se me es difícil parecer normal en estos momentos cuando puedo ser descubierta en cualquier momento y es lo que precisamente no quiero.

—Deben estar orgullosos de ti — mi corazón salto al oír su voz — digo esto es una gran universidad, no tanto como Harvard pero esta entre ellas — fija su mirada con una pequeña sonrisa iluminada en su rostro.

— Nunca conocí a mis padres biológicos — decido decirlo. Muchas personas piensan que yo siempre me siento mal por eso pero en realidad no. Siempre los quise conocer pero era muy obvio que por algo me dejaron y era porque no me querían. Podía vivir con eso.

— Lo siento –— fijo su mirada en el piso avergonzado — no debí preguntar eso. Debería no estar aquí.

-— No importa –— me encojó de hombros

— ¿Estuviste en un orfanato? — es increíble las preguntas que puede sacar. Aun así tengo una risa interna que no dejo escapar.

— No, mis abuelos me criaron —– no debería estarle diciendo esto. Aun así me cause miedo estoy revelando mi vida sin ningún esfuerzo.

—- Entonces tus abuelos deben estar orgullosos —– su sonrisa regresa.

—- Murieron hace años –— regresa a su incomodidad. Me voy a morir de risa por dentro si no lo saco. No sé por qué me causa gracia.

-— Tendré que dejar de decir eso –— carraspea –— ósea que estás viviendo sola.

—-eso no te lo diré, eres un desconocido.

—- Tienes razón en eso —– se queda callado por un momento. Odio los silencios, es irónico porque no hablo mucho –—No pensé que fueras cerebrito –— dice con tono de burla

-—No lo soy –— fruncí el ceño

-— Tienes una beca en Stanford

—- Entonces tú tan bien lo eres.

—- Pero tú eres más –— deja escapar una risa mientras yo permanezco seria –— lo siento si hablo mucho

-— No hay problema con eso —– miento. Habla demasiado

-— ¿Eres un poco extraña sabes? –— Espero que no se haya dado cuenta de mi mano.

-— ¿P-Porque lo dices? —– no puedo evitar tartamudear

-— Parece que ocultas algo –— mi corazón se empieza a acelerar al escuchar sus palabras. Trato de negar con mis propias palabras pero para mí mala suerte no salen y si salen no las creerá. El silencio abunda confirmándolo. Mi respiración empezó a acelerarse sin motivo alguno y no sé qué hacer. —– ¿Sucede algo?

-— No, estoy bien —– digo tratando de ocultar el temblor en mi voz —– Y no sé a qué te refieres no oculto nada y por otra parte tienes razón estás hablando mucho —– saco la valentía suficiente para mirarlo a los ojos —– Creo que ya se suficiente sobre Stanford y ya he hablado suficiente con extraños.

-— Esta bien extraña, espero que nos veamos pronto —– me guiña el ojo. Camina hacia el lado contrario desapareciendo de mi vista.

Solté un suspiro de alivio, revise mi mano que estaba en su estado normal de nuevo.

Había demasiado y tenía que cruzar por lo menos la mitad de la universidad para poder llegar a la salida. A un paso acelerado pude llegar a la salida pero con un pequeño dolor en mis piernas fastidiándome. Tenía suficiente presupuesto para agarrar un taxi y no un bus así que eso hice.

Simplemente se me pasaba por la cabeza una pregunta ¿Qué acaba de pasar? Ese chico era muy raro o simplemente era mi paranoia. ¿Pero porque mi mano brilla cada vez que está cerca?

—-Llegamos —– anuncio el taxista haciéndome reaccionar –— 3.19 —– asentí. Le pase el dinero y luego baje. Le di al taxista una dirección un poco más cerca de casa pero no en casa o si no, no me alcanzaría el dinero.

Camino por las calles que están desoladas como siempre, no hay niños, no hay personas caminando a esta hora como lo muestran en las películas.

Empiezo a escuchar pasos o posiblemente sea mi imaginación —–por favor que sea mi imaginación —– empiezo a acelerar el paso pero se escucha el sonido más intenso — me están siguiendo –— afirmo con terror.

--------