Azul |H.S| Terminada |

Capitulo 20

— ¿Como si quiera te atreves a decirme eso? — Tome una aspiración profunda. Dejar Stanford nunca, eso nunca pasara — Pídeme lo que sea menos dejar Stanford ¿Sabes por todos los exámenes que tuve que pasar para poder entrar aquí? Millones.

Él se me quedo viendo con su cara seria como si no lo entendiera, como si no entendiera que entrar aquí ha sido mi sueño.

— ¿Estas consciente de que estas en peligro aquí? Sé que luchaste por estar aquí pero no puedo dejar que nada te suceda, y este es el lugar más peligroso — miro hacia ambos lados — y no estas preparada — dijo ya más bajo.

— ¡Porque no hemos hecho una mierda!  No me iré de aquí, ni loca.

— ¡Ahora te revelas! Vaya que pasó con Azura la que razona — estaba enojado pero se veía tranquilo y eso es algo que me molesta mucho más.

— Pues esta Azura la que quiere una vida normal — comencé a caminar. Sentía cada paso ya que estaba dando pasos fuertes.  Harry continuaba a mi ritmo atrás mío.

— ¡No sabes lo que te pueden hacer! — Entonces todas las miradas estaban sobre nosotros.

Me coloque en frente de él desafiante.

— Yo no me rindo en lo que quiero — me di la vuelta y continúe mi camino.

— Ya reaccionarias mejor — dijo en tono bajo pero aun así lo escuche.

De pronto en mi paso acelerado me topé con alguien.

—Vaya Heller ¿Tienes prisa? — Escuche una voz gruesa que retumbaba en mis oídos.

Levante mi vista, Tomas. El chico sabelotodo de la clase que en mal momento tenía que aparecer.

—Sí, tengo prisa ¿Algún problema?  — Ataqué.

— Al parecer alguien está de malas hoy — su sonrisa burlona sobresalía.

Lo único que no quería era encontrarme con chicos así en la universidad, ¡Es hora de madurar!

— Ahora no Tomas — Lo esquive y continúe caminando.

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Llegue a casa al fin.

No había rastro de Harry por ningún lado  por alguna razón eso me preocupaba.

 No quería estar sola por alguna extraña razón, estar sin Harry es demasiado extraño. Pero sé que debe de estar detrás de mí en todo momento, o al menos eso espero.

Solté el aire que acumulaba en mis pulmones, tire mis cosas en la mesa y mire hacia la cocina.

Había un plato con espaguetis y una nota en él.

''Sigo enojado pero aun así te prepare la comida, ¡disfruta! Quiero decir, estoy muy enojado. – All the Love H xx. ''

No pude evitar reír con esto. Es como si todo el enojo que sentía hace un momento desapareciera por las estupideces de Harry.

Agarre el plato y saque un poco de jugo para luego sentarme en la mesa a comer sola como de costumbre.

Miraba alrededor un poco prevenida, luego mire mi mano fijamente.

¿Cómo es que me puede pasar esto? ¿Cómo es posible que algo así suceda?

Una llama de fuego azul salió, y lo mejor es que esta vez lo controle yo.

Últimamente he podido aprender más a controlar la magia que crearla, es decir, no sé qué hacer si me llegan a atacar pero por lo menos la puedo ocultar de los mortales como dice Harry.

Un estruendoso sonido me hizo sobresaltar mientras se ilumino el cielo por un relámpago como si de una tormenta se tratara.

Pero no.

¿Eso fue en mi patio? Por favor que no sea en mi patio, asome mi cabeza y a paso de tortuga me acercaba a la puerta, agarre un paraguas como un arma.

Oh si gran pensado Azura ¿Crees que vas a vencer a alguien con un paraguas? Te van a hacer polvo en segundos.

Había demasiado humo, pero alcance a ver la silueta de un hombre entre el humo.

¿Harry? No, no era él.

La  apariencia de un hombre se arrodillo ante mí, parecía un adonis griego de los que tanto hablan. Parecía sacado de un libro de hace mil siglos.

—Alteza—La voz gruesa, aún más que la de Harry hacia no comprender lo que sucedía. ¿Me llamo alteza? ¿Por qué?

— ¿Eh? —Fueron las únicas palabras que salieron de mi boca.

—Para mí es un Honor estar frente a usted, he esperado esta oportunidad durante años. Me presento, Yo soy Aetos que significa Águila.

Creo que en estos momentos mi cabeza va a estallar por no entender lo que sucede aquí, entonces es cuando recuerdo que aun así he vivido la vida de ''una mortal''

—Y. . . ¿Qué quieres? —aun así no puedo evitar estar firme y a la defensiva.

—Alteza, estoy buscando a su guardián Edward —Soltó una sonrisa amable.

— ¿Edward?

—Harry mi señora ¿lo ha visto usted por aquí?

Sus palabras y cortesía me sonaban de un libro de historia, no como Harry, él era prácticamente de la tierra.

—No lo eh visto desde. . .

—Aquí estoy—Apareció de la nada a mi espaldas.

Algún día voy a terminar loca.

— ¿Qué sucede? —Pregunto tranquilo.

—Vienen en camino.

—No puede ser. . .

— ¿Quién viene en camino? —Pregunte sin entender.

Pero ellos pasan de mi ¡Hola Existo!

Creo que no es buen momento para estos comentarios mentales, no se la magnitud del problema.

—Tengo que esconderte— Me agarro del brazo. —Aetos, por favor dime si hay algo nuevo.

Aetos asintió y desapareció de la nada. 

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