Capitulo 5

2.9K 227 8
                                    

Trate de buscar la calma en la situación que yo creía persecución. Por más rápido que caminase escuchaba los pasos detrás de mí.

Cualquier persona voltearía y miraría si está sucediendo esto en verdad, pero mi valentía es poca y solo recurro al pánico que siempre invade mi cuerpo.- Tienes que hacerlo, tienes que voltear —– i conciencia me repetía una y otra vez. Tome aire llenando mis pulmones completamente tratando de buscar la calma y soltar los nervios para darle paso a la valentía. Apreté mis puños y di un giro en seco.

Una ráfaga de viento salió justo de tras de mi tirando a la persona unos cuantos metros lejos de mí por error. Mire a ambos lados para asegurarme de que en realidad nadie vio eso. Por suerte no. Me acerque con cautela a la persona que estaba de espaldas tendida en el piso y al parecer era un chico.

El chico se empezó a poner de pie y yo retrocedí lo más rápido. El giro encontrado nuestras miradas.

-— ¿Harry? —– pregunte confundida. Además de que lo que me sucede con él es extraño, es aún más extraño encontrarlo siguiéndome.

-—Vaya, no sabía que podías hacer eso – se sacudió la ropa.

-— ¿Por qué dices eso? y ¿Qué haces aquí? —– el miedo todavía seguía vigente con algunos otros problemas más dentro de mí. Estallare dentro de poco.

—- Bueno –— sonríe –— se quién eres o bueno sé qué haces y por eso estoy aquí —mi corazón se detuvo por un momento, creo que me han descubierto.

—- N-No sé a qué te refieres —–mi tartamudeo me delata, pero no lo puedo evitar

—- no tienes por qué ocultarlo, se tu pasado –— se acerca a mí pero yo me alejo con cada paso que da —– sé qué clase de persona eres y lo que has ocultado desde hace mucho. Tu magia. Y necesito que me ayudes. —– se acerca

—-Estas loco –— me alejo —– no se de que hablas –— creo que mentir en este momento no está resultando andad ben.

—-Mira, sé que esto es un poco raro y extraño además confuso para ti. Te conozco desde que eras una pequeña niña y tan bien a tus abuelos — no sé si creerle o salir corriendo de aquí de inmediato, pero temo lo que pueda pasar.

-— ¿Cómo sé que puedo confiar en ti? — no debería estar haciendo esto.

—- Hmm, veamos por donde comenzar, tu abuela se llama Beatriz Heller por suerte tengo una imagen de ella aquí – rebusca entre los bolsillos de su pantalón —– aquí esta —- está un poco vieja –— me muestra un viejo y arrugado cartón.

—- Es ella –— puedo haberla robado.

—- además, ¿enserio pensabas que yo no note eso? —– señala mi mano que estaba expulsando esa luz azul de nuevo. ¡Mierda!

-— Vamos a casa, no debemos hablar de esto aquí —– el asiente con la cabeza y yo sigo caminando. Que estás haciendo Azura. Me detengo en seco y giro sobre mis talones haciendo que una pequeña corriente de aire azote su cara haciendo mover su cabello –— y si piensas en hacerme daño la pasaras mal Styles –—le advierto y el ríe.

-— No hay problema —– dice con tranquilidad

Asentí y luego continuamos caminando solo que esta vez el a mi lado. Unas cuadras más arriban y ya estábamos frente a casa aunque yo seguía con la duda de si hacer esto o no. El silencio seguía presente entre nosotros. Me dirigí a mi puerta pero mi respiración no paraba de estar agitada.

Busque las llaves en mi pequeño bolso y las encontré con facilidad, introduje la llave haciendo que la puerta se abriera y dándole paso a un extraño que sabe sobre mi entrar a mi casa. Un grave error. Mire hacia ambos lados de la calle y al parecer no había nadie y luego cerré.

—-Siéntate si quieres —– le señale el sofá y este asiento, me quede parada frente a él por lo menos aun metro de distancia y todavía de pie.

-—Linda casa –— Sonríe

-— Gracias. Ahora dime como sabes esto –— dije generalizando todo.

-—Yo era igual que tú. Solo que no con ese azulito gay —– bromea peor yo sigo igual de seria como antes. El reacciona y su risa desaparece —–me han enviado a cuidarte hace mucho, me han obligado. De verdad no quería seguir como un psicópata a todas partes a una chica que ni siquiera sale de casa, hubiera elegido a alguien más divertido pero no se me da esa decisión — se desvía del tema pero yo lo continuo mirando con mi rostro — entonces decido que ya tienes edad suficiente para saber que alguien sabe lo que haces todo el día. ¡Felicidades tienes un protector!

— Espera ¿Qué? ¿Un protector? — mi confusión se esparce por todo lado

—Casi un castigo para mí — lo fulmino con la mirada — un castigo he dicho, no retirare las palabras por mas mal que me veas.

— También ¿Tienes poderes?

—sí, bueno los tenia. Los perdí

— ¿no soy la única? — esa esperanza que siento de saber que no estoy sola en eso me hace sentir bien.

—no, pero el tuyo es el más fuerte que causa grandes daños, obviamente seguido de mi claro. Y tú eres la única que puede devolvérmelos — dice con una pizca de entusiasmo

— ¿Por qué no los tienes?

—Haces muchas preguntas— dice fastidiado — ya sabes. . . los perdí haciendo algo que no puedes saber — alce ambas cejas – digamos que los me los quitaron por hacer algunas cosas. Cuando te empecé a cuidarte los tenia pero ocurrió algo y no los pude recuperar, los dioses intentaron hacerlo pero no pudieron ellos. Tu eres la única de restaurarlo y bueno es muy obvio necesito que me ayudes

— P-Pero yo no sé cómo hacerlo — si acaso los puedo controlar

— Tenemos que investigar — se pone de pie

— ¿y cómo sabré que te puedo ayudar? ¿Es decir como sabré que tú no eres alguien malo?

— por Dios mira este rostro, ¿te parece alguien malo con este rostro? Soy una dulcera mi querida amiga

— la verdad no —digo extrañada.

—ok, entonces porque ocurre eso cada vez que estoy cerca — señala mi mano que continuaba con su brillo constante de color característico azul —y eso que sientes cada vez que tocas mi mano ¿creías que esa vez en la cafetería no sentí nada? Pues sí.

— yo no sabía nada de esto. — la verdad llegar a creer tanta información sobre un tema bastante serio es difícil, no soy capaz de confiar demasiado rápido en ello. Estoy confundida.

—Claro que sí. Tu abuela te lo ha dicho hace mucho. Creo que lo dice en uno de esos libros — se pone de pie frente a la vieja biblioteca de mi abuela que seguía tal y como ella la había dejado. Agarro un libro y me lo paso —es este, pagina 50. Léelo con calma y entenderás algunas cosas.

— está bien. . . lo leeré después. Ahora vete de mi casa—señalo la puerta.

—pero si no tengo a donde ir – hace puchero

— ¿Dónde te has estado quedando todo este tiempo?

—por ahí. Sin rumbo fijo por estar vigilándote sin que lo sepas, y ahora que lo sabes no me dejaras en la calle ¿o sí? —sigue con si puchero

Giro los ojos seguido de un suspiro.

—Está bien. Duerme en el sofá por ahora, te traeré algo para que duermas bien

—Gracias —muestra su sonrisa.

Nunca pensé que esto llegara a suceder. La verdad pensé que siempre estaba sola, y aunque no sé si pueda confiar en él o no, me alegra saber que no soy la única que sabe sobre esto.

-------

Azul |H.S| Terminada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora