La visión fue suficiente para hacer sentir el miedo al joven. Mara Avellaneda, cómo podía olvidarla, era esa la pregunta que Liam se hacía en sus interiores en su camino hacia su tanque. El rostro se le venía a la mente, esa sonrisa malvada y retorcida, la lengua pasando sobre sus labios y moviendose de manera que parecía una serpiente enrrollandose en su cuello. Sentía el pavor en sus interiores y nada parecía querer cambiar el hecho de que ella se encontrara en Kuromorimine.
Los recuerdos se le venían a la mente. Aquellos tiempos antes de que supiese de la existencia del deporte de los tanques y solo le importaban los libros y algunas cosas que le rodeaban. El colombiano tenía una particular mente para recordar el pasado, no una memoria fotográfica, pero podía recordar varios asuntos que pasaron si insistía en ello lo suficiente. Sin embargo, cuando algo le azotaba de gran manera, aquellos que evocaba no se iban tan fácilmente. Liam no quería recordar los momentos con Mara y, aun así, su mente jugaba con él y le mostraba las visiones.
Caminaba a paso lento. Las ganas el entrenamiento se habían ido y a duras penas, cuando llegó al tanque, tocó el metal como si fuera el único lugar donde podría protegerse. Observó los números incrustados en la torreta con sus colores rojizos. Estos a través de sus ojos se estaban fusionando y contorsionando como las letras de algún libro que en antaño había leído. La voz sonaba en su mente: «Escribe y apoderemonos de todo de esta manera», frunció el ceño queriendose a olvidar el tono y los recuerdos que lo invadían. Sentía en ese momento el olor del pasto con el sol de un atardecer golpeandole el rostro y veía la silueta de la joven a su lado con aquella sonrisa que camuflaba su malicia.
Antes de comenzar el entrenamiento, la comandante tenía la rutina de consultar con su mano derecha los cuidadosos procedimientos que debían seguir. Lo hacía cuando estaba Miho a su lado, continuó con Erika hasta llegar ahora con Liam. Lo encontró afuera del tanque todavía, mientras sus compañeros se preparaban para encenderlo, se acercó rápidamente, pues quedaba poco para iniciar. Cuando estuvo a su alcance comenzó a llamarlo por su nombre, pero él no respondía. Lo intentó otra vez, obteniendo el mismo resultado. Lo tomó del hombro, sacandolo de su letargo.
—Liam —dijo.
—¿Qué...qué ocurre? —Logró vociferar —. ¿Ya vamos a iniciar?
Lo sintió en ese momento: el joven no estaba sus cabales. Las facciones se le habían ablandado en demasía y tenía el rostro palido, como si hubiera visto al mismo Tártaro frente a él para enfrentarlo; ello le preocupó. Casi nunca lo había visto afligido de esa manera, siquiera cuando lo de Erika, era como un pequeño animal asustadizo el cual necesitara un lugar para estar seguro.
—Tomate el día por hoy —recomendó —. Yo me encargaré de todo desde aquí, llevaré a Laika a casa conmigo luego de que termine el entrenamiento. Ve a la enfermería a descansar.
—No... no, estoy bien, ¿ves? —Fingió una sonrisa.
—Liam... es una orden. Descansa. No estás en condiciones para comandar en este momento, eso lo sé.
Quería prosterar, quería hacerlo desde lo más profundo de su corazón. No quería que ella se preocupase por lo que estaba pasandole por la cabeza en ese momento, pero parecía no ser posible. Asintió levemente y comenzó a dirigirse a los adentros de la escuela sin despedirse de ella.
En un Jagdpanzer IV cercano, los familiares y los amigos de Liam empezaban a discutir sus asientos en el cazacarros. Abigail Torres hizo unos ademanes demostrando que estaba en desacuerdo en que alguno de los hombres tomara el rumbo como comandante, no dudaba de las habilidades de alguno de ellos, sabía perfectamente que William era listo, pero sentía que no era lo que necesitaban en ese momento, por otra parte Brandon tenía su formación para ser el cargador. Sarah se habí mostrado en contra de comandanr o tener alguno de los otros lugares que fuera ser la artillera. Esto le pareció bien a todos y se seguían discutiendo los lugares.
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Serie Fanfic Girls Und Panzer #2: Los Dos Sables
FanfictionUn fantasma recorre Kuromorimine. El espectro que una vez recorrió la mente de Liam acecha dentro de las extensas barreras políticas y sociales del Sensha-dō. Una enorme oscuridad se adueña de todo lo que entra en ella. Contra su mente y su pasado...