18. One Way Or Another

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Jatkosota era impresionante en varios sentidos. El ambiente que desprendía de ella era muy diferente a la que había sentido en cualquiera de las otras escuelas a las que visité.

Seguramente radicaba en el hecho de que sus estudiantes lucían, de cierta manera, extrañas al resto, sin parecerse las unas a las otras. Gente caminaba por las calles infestadas de nieve con instrumentos y cargando algunas cosas, aunque esperaba algo ruidoso en esta escuela de tipología finesa el silencio era realmente sensacional.

Las estructuras que percibí allí tenían un aspecto antiguo bien cuidado, decorados de madera en las fachadas de los establecimientos y unas hermosas estructuras de ladrillo.

Curiosamente, incluso cuando Maho y yo estabamos pasando, nignuna de las personas nos miró como los criminales que había propagado Mara. Aunque solo iba a ir a escuchar la respuesta de su comandante y su Consejo Estudiantil sentía que no me iba a molestar mucho lo que decidiesen.

Bebí un poco de whiskey para calentarme un poco, me llevé una pequeña reprimenda por parte de la comandante Nishizumi acerca de «No beber alcohol en servicio», creo que le desagradó el hecho de que le hubiera ofrecido. Tal vez se debía a que nunca había tomado licor, creo que mi maestra era un poco estricta pese a mantener una botella de sake en su oficina (de la cual he de admitir robé un poco mientras ella no miraba.)

Caminamos hasta llegar al campus escolar. No parecía nada del otro mundo, el edificio principal de Kuromorimine tenía un parecido al Reichtag de Berlín, no era de extrañar que este también se asemejaba a alguna estructura importante en Helsinki -aunque ni siquiera sabía cuál era, solo sabía que estaba muy bien hecho-.

Esperamos unos minutos a que nos atendieran. Las estudiantes pasaban frente a nosotros con sus súeteres celestes con rayas blancas y el escudo de su escuela en el pecho. Aunque habían miradas curiosas de vez en cuando se debía a que, tanto Maho como yo, teníamos nuestras casacas del equipo de Kuromorimine puestas -me llevé una cantaleta por parte de Erika cuando vió que no me abotonaba la chaqueta-, o posiblemente porque cargaba una espada (eso a miparecer ya es bastante raro). No podía quejarme, por lo que había escuchado de Kadotani y de Miho, las estudiantes de Jatkosota eran independientes en su manera de ser y eso me agradaba.

-Está haciendo un poco de frío hoy -dije juntando mis manos para mentener calor.

-Es normal, ya estamos en diciembre -respondió Maho.

-No estoy acostumbrado a diciembre siendo frío. Soy del sur, hace calor cuando llega diciembre, es peor que el bochorno de verano.

-También soy del sur -dijo ella refiriendose a su ciudad.

-Ustedes sí tienen nieve -dije rápidamente -. Nosotros tenemos nuestra severa nieve de pobre llamada «granizo» y solo llega en abril de vez en cuando, un día casi me descalabra una de esas pelotas de hielo yendo al colegio.

-Oh... ya veo -respondió.

Mis siguientes palabras fueron interrupidas por la chica que abrió la puerta del Consejo Estudiantil. Nos informó que ya estaban preparadas para recibirnos y dar su respuesta en cuanto a lo que les había pedido. Asentí hacia Maho y, luego de levantarnos, entramos.

***

Unos minutos después salimos de la oficina con los ánimos un poco bajos. Jatkosota había rechazado la propuesta, al igual que lo había hecho con la de Mara. No me era sorpresa que ello hubiera pasado, solo estaban siendo precavidas en cuanto al asunto, por no mencionar que habían sido listas al mantenerse neutrales en cuanto al asunto.

Serie Fanfic Girls Und Panzer #2: Los Dos SablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora