11. Uicchi No Tatakai

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El helicoptero aterrizó sobre el patio interior de la residencia unas horas después del medio día. Liam sonreía victoriosamente en el momento en que Kikuyo abrió la puerta del vehículo y nos permitió ver que Miho le acompañaba dentro.

Inmediatamente ignoré a Liam, quien se encontraba frente a mí, y saludé a Miho con un abrazo. Ella pareció sorprendida con el gesto que acababa de hacer, pero unos momentos después lo devolvió.

Luego volví a recibir a Liam, quien sonrióme de buena manera incluso después de lo que había hecho, parecía como si se hubiera sentido realizado con haber traído a Miho de vuelta a casa. Él abandonó el helicoptero, entonces le seguimos.

—¿Qué tal va el entrenamiento? —Preguntó.

—No puedo llamar eso entrenamiento cuando son solo dos tanques, habrá que conformarnos con lo que tenemos de momento —dije.

—Creo que está bien incluso así —interumpió Miho —. El barco de mi escuela atracará en Kumamoto pasado mañana y estaremos en tierra hasta que podamos solucionar este problema.

—Entonces las negociaciones sí fueron un éxito —comenté.

Liam suspiró pesadamente en cuanto dije esto, dejandome intuir que aquellas discusiones lo habían dejado exhausto. Miho rió ante el gesto del colombiano y dirigió su mirada hacia mí.

—Tuvo problemas al tratar de convercer a Kawashima-senpai —dijo.

—¿Perdió los estribos? —Pregunté.

—No, no, no. Antes supo lo que debía mencionar en el momento adecuado... incluso después de que lo hubierna llamado alcohólico...

—Tenían razón para pensarlo. Las cosas no han ido muy bien ultimamente, sobre todo para él.

—Ya veo...

Liam se giró hacia nosotras antes de llegar a la cocina.

—¿Tu padre está por aquí? —Preguntó.

—No, está en el garaje... si es por lo de ayer...

—No, no es eso —interrumpió —. Solo que... no importa, iré a tomar una siesta, necesito descansar un poco.

—Me lo imagino, el viaje debió haberte dejado agotado.

—Gracias.

Se dirigió hacia el piso superior unos segundos después. Miho tiró de la manga de mi vestimenta haciendo que captara mi atención sobre ella.

—¿Ocurre algo, Miho?

—¿Papá se encuentra aquí?

—Ah, sí... había olvidado mencionarlo —respondí.

—Por las palabras de Liam puedo intuir que no se llevan muy bien.

—Iniciaron con el pie izquierdo —suspiré —, fue culpa de nuestro padre sobre todo.

—Ah, puedo sentir que fue culpa de él... iré a saludarlo, hace casi un año que no lo veo.

Asentí al mismo tiempo que el cuerpo de mi hermana menor desaparecía entre las paredes del hogar. Unos momentos después me dirigí hacia el patio interior donde volví a adentrarme a mí tanque para seguir con el entrenamiento.

El equipo de Abigail Torres había mejorado respecto a cuando habían llegado a Kuromorimine. Su Jagdpanzer IV se movía correctamente para la clase de blindado que se trataba, Sarah hacía los calculos correctos cuando su hermano detenía el vehículo y daba acertivamente en el blanco. Posiblemente, si no estuvieramos en estas circustancias, habrían sido uno de los equipos selectos para los combates. Su comandante era la indicada para ese momento: acataba las ordenes, daba instrucciones de manera segura y con una buena voz, era el pilar que sostenía a toda la tripulación dentro. Tenían una cohesión sorprendente, casi como la que tenía el Tiger 214 antes de la traición de Francisco Naranjo sobre ellos.

Serie Fanfic Girls Und Panzer #2: Los Dos SablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora