LA GRAN FAMILIA FELIZ

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NATALIA

"La vida es como un gran rompecabezas, con días buenos y malos, en donde tarde o temprano todas las piezas terminan encajando..."

-Un día, una pieza más para mi rompecabezas- pensé mientras me levantaba de la cama tras escuchar el grito de mi madre llamándonos a cada uno de sus 15 hijos, entre los cuáles me encuentro yo, Natalia, con 17 años de edad, de complexión media, tez morena clara y ojos y cabello castaños y una larguísima historia que contar.

Hoy, como los últimos 5 años, entraré a una nueva escuela, la cual espero sea la definitiva, pues en verdad estoy harta de cambiar de casa, cosa que no he dicho a mis padres porque ellos han hecho demasiado por mí y por mis hermanos desde que nos adoptaron, lo que nos obliga a todos, a hacer exactamente lo que ellos nos piden a cada momento.

Pero bueno, tampoco me puedo quejar, ya que mis padres adoptivos, Rigo y Adele son dos personas maravillosas con un corazón enorme, en donde estamos cada uno de sus 15 hijos, pese a que solo Iker, es su hijo de sangre.

Él, por cierto, recibe exactamente lo mismo que todos desde que llegué a esta familia e incluso algunos años más atrás, pues antes de mí, nuestros padres ya habían adoptado a otros 8 hijos para acompañar a Iker y, después de mí aún adoptaron a otros 5.

Suena a locura, ya lo sé, pero es que mis padres ansiaban tener una gran familia, y debido a que el parto de mi madre, al tener a Iker, fue demasiado complicado y terminó por provocarle severos daños en la matriz, su sueño de tener muchos hijos se vio frustrado al menos hasta pasado un año del nacimiento de su primogénito que fue cuando mi padre le propuso a mi madre que fueran a buscar algún orfanatorio para adoptar.

Mismo que encontraron en Madrid, España, en donde ellos conocieron a Alba, Dylan, Dante, Noa y Enzo, de quienes se enamoraron y dado que no tenían el corazón para elegir solo a uno de ellos y, teniendo las facilidades económicas para tenerlos a todos, decidieron llevarlos consigo de una sola vez.

En ese entonces Alba ya tenía 1 año, Dylan y Dante 10 meses, Noa 9 meses y Enzo 5 meses, todos ellos habían sido abandonados por sus madres al nacer y, por ende habían terminado en dicho orfanatorio, de donde fueron rescatados.

Más tarde, en un viaje a Argentina, mis padres rescataron a Aldo, Paula y Vera,quienes tenían 2 años los primeros dos y 1 año la última, habiendo pasado 2 años de la primera adopción.

Fue de esa manera, como yo encontré a la familia el día en que llegué con dos años de edad, acompañada por Reymundo, Leire y Ainara, de un año cada uno, directamente desde Barcelona, ciudad en que vivíamos en ese momento hasta que nuestros padres decidieron que teníamos que irnos a vivir a Estados Unidos, cosa que hicimos, aunque yo en verdad que no me acuerdo.

Estando en Nueva Jersey, mi madre adoptó a Liam, a quien encontró en uno de sus recorridos humanitarios por los orfanatorios, lo que ella solía hacer para llevar comida y dinero a dichos hogares, en agradecimiento por lo afortunada que decía sentirse por haber logrado su sueño de tener una gran familia; Liam tenía tan sólo 1 año menos que Ainara, Leire y Reymund que eran los menores de la casa, lo que convirtió a éste en el más pequeño de todos nosotros.

Fue entonces cuando nuestra familia se mantuvo estable, no solo al vivir en una sola ciudad, sino que, además, ya no había miembros nuevos llegando de la nada, lo que nos hizo creer que nuestros padres estaban satisfechos con su gran familia, misma que cuidaban con ayuda de 2 nanas y que, por supuesto, debía de darles muchísimo trabajo.

Después de uno o dos años viviendo en Nueva Jersey, tuvimos que volver a mudarnos de casa, esta vez a Nueva York y, tres años más tarde fuimos a parar en Miami debido al trabajo de nuestro padre, quien era dueño de una grandísima empresa de alimentos y productos de limpieza que dejaba muchísimas ganancias, pero que también daba muchísimo trabajo para él, que tenía que viajar de forma constante a distintos países alrededor del mundo.

Finalmente, hace unos 5 años atrás, tuvimos que viajar a México, en donde, nuestro padre dijo, íbamos a quedarnos por tiempo indefinido para permitirnos, a todos sus hijos, terminar de estudiar, pues los mayores se encontraban a punto de terminar la universidad a distancia y, los menores estábamos a mitad de la preparatoria, a excepción de Liam, quien aún estaba en la secundaria.

Durante nuestra estancia en la ciudad de México, nuestra madre llegó un día a casa, cargando a la última integrante de la familia, una pequeña niña de unos pocos meses de nacida, a quien llamó Ada y que, llegó para completar nuestra gran familia feliz.

~o~

Nota de la autora:

¡Hey! Primero que nada quiero darte las gracias por darle una oportunidad a esta historia. 

Igual que el resto de mis historias, ésta es una obra original salida de mi imaginación, con personajes y eventos que no son reales. 

En ésta ocasión, los capítulos serán narrados bajo puntos de vista distintos, así que habrá momentos en que el mismo personaje hable en más de un capítulo seguido o de repente desaparezca de la historia, esto sucederá porque así es como fue construida desde el comienzo. 

Natalia es una de los dos hermanos que va a narrar la historia y como ves, tiene un montón de hermanos, pero me enfocaré básicamente en uno de ellos, a quien conocerás en el siguiente capítulo. Así que, no te daré más spoilers. 

¡ALERTA! Antes de que sigas leyendo, te advierto que es una historia madura, lo que significa que conforme pasen los capítulos, los personajes irán cambiando y los eventos a los que se enfrentarán podrán tener momentos de suspenso, acción, violencia e intriga. 

Bueno, sin más que decir, espero que disfrutes leyendo ésta historia y le des mucho amor con tus comentarios y votos. 

Una vez más, gracias por darle la oportunidad, no te molesto más... ¡Sigue leyendo! 

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