ÚLTIMO OBSEQUIO

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LIAM

Para mi mala suerte un día llegó papá diciéndonos que debíamos mudarnos de casa una vez más y bueno, no tuve más opción que despedirme de mis amigos, quienes me ofrecieron llevarme a hacerme un tatuaje como último obsequio de la banda, mismo que no rechacé pues eso me haría parte de ellos para siempre, así que fuimos a la tienda de tatuajes y allí, pedí que se me tatuaran la calavera de la muerte junto a las letras TA en el antebrazo derecho, tatuaje con el cual me identificaría del resto y a la vez dejaría en claro que yo era parte de la banda, lo que yo deseaba seguir siendo hasta el final de mis días.

Así llegamos al día de hoy, en una nueva ciudad, en compañía de mi familia, recordando que el día previo discutí con mis hermanos por saber quién se quedaría con quien en los cuartos y teniendo la grata sorpresa de ser rechazado por mis hermanos varones por lo que tuve que venirme al cuarto de mi hermana menor Ada y, en compañía de Natalia, quien había perdido de igual forma su lugar en el cuarto en donde sólo había espacio para 4 camas y estas las ocuparon Leire, Ainara, Paula y Vero, sin darle oportunidad alguna de pelear por una cama.

La mañana siguiente comenzó con una pelea absurda entre Reymund y yo, la cual, claramente él comenzó, como era su costumbre, pues siempre le gustaba molestarme con el hecho de que yo era un año menor que él y todos los demás hombres de la casa, lo que hacía que me llamara bebé. Para ser franco, pude haberlo ignorado y ya, pero si algo me habían enseñado mis amigos, era que si me dejaba molestar él seguiría haciéndolo, por eso fue que le respondí con palabras y golpes después.

Minutos después, ya todos se habían ido a sus escuelas en los autos designados para ello, mismos que manejarían Enzo, Reymund y Aldo, mientras que Ada y yo subimos al auto de mi madre, quien por supuesto, no estaba nada contenta con mi pelea con Reymund así que me estuvo sermoneando todo el camino hasta la secundaria mientras yo le decía que no era mi culpa que mi hermano se comportara como un idiota y ella me reprendía por llamarlo así.

Una vez que llegamos a la secundaria me bajé del auto, no sin antes decirle a mi madre que no se preocupara por regresar por mi esa tarde, pues ya conocía el camino y podía regresar a casa sin problemas y, sin darle tiempo a que me dijera que eso no pasaría, cerré la puerta del auto y corrí hasta la entrada de la escuela, en donde comenzaban a llegar los alumnos uno a uno y en grupos. 

~o~

Nota de la autora:

Tal parece que Liam no ha terminado de encajar en su familia, algo bastante extraño tomando en cuenta que son un montón de hermanos. 

Pero bueno, tenle paciencia, no debe ser fácil tampoco convivir siendo que se burlan de él de manera constante sólo porque es el menor de los varones. 

Y bien, ¿Qué opinas de que él decidiera tatuarse sin advertirle a nadie? ¿Crees que ésto tenga alguna consecuencia?

¿Serías capaz de formar parte de una pandilla? Quizá sería divertido, ya que el punto es tratar de buscar tu propia identidad, aunque no tiene porque ser precisamente en una banda de delincuentes, jaja. 

Una vez más, gracias por darle la oportunidad, no olvides votar y comentar, bueno, bueno... ya no te molesto más... ¡Sigue leyendo! 

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