POR PROTECCIÓN

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LIAM

Cuando Abraham y los chicos llegaron, acompañados por más de 30 chicos y chicas más, todos de la pandilla y, encima llegó el jefe, supe que ya no había marcha atrás.

Al principio no entendí a qué se debía tanta atención, yo creí que bastaría con ir tras Zelo y enfrentarlo, pero luego de semanas de haber estado entrenando con armas de fuego y con técnicas de defensa personal y kunfu, comprendía que el jefe tenía en mente atacar al cartel de narcotraficantes del pacífico con Leslie como pretexto para acceder a ellos.

Abrí la puerta de la casa y permití que entrara toda la banda, finalmente la sala de estar y los pasillos que daban hacia las escaleras y a la cocina, se llenaron, Mis amigos se colocaron al lado de Leslie y de mí y todos, en silencio, esperamos a que entrara el jefe, quien lo hizo para colocarse al lado derecho de Abraham.

Pasados unos segundos de su llegada, el jefe nos pidió explicar lo que había sucedido. Leslie fue la primera en hablar acerca de todo lo que había vivido al lado de Zelo y su pandilla, pero a mitad de su relato tuvo que detenerse porque rompió en llanto y se abrazó a sí misma temblando sin control alguno. Con mis manos formando puños escuché cada palabra que salió de ella, hablando sobre el abuso mental y físico que vivió con aquel tipo y me sentí enfurecer, pero tuve que morder mi lengua para no decir nada, ya que era necesario escuchar su versión.

Tras haberse calmado después de que yo la abrazara y la consolara, asegurándole que todo iba a estar bien, Leslie pudo volver a continuar su historia, hablando sobre lo que había sucedido horas atrás, en donde mencionó que había sido Natalia, mi hermana, quien la había ayudado, algo que pareció despertar cierto interés en el jefe. Quien de pronto preguntó por la última ya que decía que estaría bien hablar con ella, lo que no me pareció que aportara nada ya que finalmente lo que necesitábamos era la versión de mi novia para actuar.

Una vez que Leslie terminó de comentar los sucesos vividos, bajó la mirada y guardó silencio, entonces el jefe dijo que ese era el momento que habíamos estado esperando, que teníamos que atacar. Mencionó que era necesario que decidiéramos si queríamos participar o no, pues esa era una decisión personal y libre, que todo miembro de la banda presente y ausente, debía tomar.

Miré entonces hacia las escaleras, en donde mi hermana Natalia se encontraba, como siempre, tratando de obtener información sobre lo que yo estaba haciendo. Sonreí y pensé en lo mucho que iba a extrañarla a ella cuando la guerra iniciara y recordando que ella y el resto de mi familia podría correr peligro si yo continuaba en casa, suspiré y decidí que lo mejor sería continuar firme en mi decisión.

Discutimos alrededor de 1 hora y media, la estrategia que íbamos a seguir, misma que ya había sido tratada previamente con los subjefes de la banda, entre ellos, Abraham, quien se había encargado de hacernos saber, a nosotros, cómo íbamos a empezar el ataque a mano armada una vez que la guerra comenzara.

Habiendo decidido lo que se iba a hacer, el jefe y el resto de los miembros de la banda, salieron uno a uno por la puerta de mi casa. Me quedé solo con mis amigos quienes se miraron entre sí para después salir al igual que el resto, siendo Abraham el primero en levantarse y decir que tenía que ir a reunirse con el jefe, que nos vería más tarde.

Leslie permaneció sentada a mi lado y esperó a que el último de nuestros amigos saliera para cuestionarme sobre lo que pensaba hacer. Yo miré de nuevo mi casa y suspiré, mientras ella me decía que podía quedarme y hacer como que nada pasaba, que ella estaría bien. Negué frenéticamente con la cabeza y le dije que me esperara afuera, que tenía algo que hacer.

Ella salió de la casa como se lo pedí y yo subí enseguida a buscar a mis padres a su cuarto, en donde ellos no pararon de insistir en que esa no era la manera correcta de ayudar a mi amiga, pero les aseguré que era algo que tenía que hacer.

Discutimos, miré a mi madre llorar y, seguirme incluso hasta mi cuarto en donde tomé mi mochila, la cargué con algunas prendas de ropa y salí, bajé las escaleras siendo perseguido por mis padres y mis hermanos, liderados por Natalia, cosa que me obligó a desprenderme de ellos sonriendo y asegurándoles que aquella decisión de irme de la casa, ya la había tomado desde que papá lo había mencionado como posibilidad, que pensaran entonces que ya se había cumplido el plazo para que me fuera y se olvidaran de que había sido alguna vez, parte de la familia.

Lo último lo dije con un nudo en la garganta, pues aunque no quisiera admitirlo, mis padres me lo habían dado todo desde mi adopción y, mis hermanos, habían estado siempre que los necesité, pero era por eso que mi decisión era protegerlos, teniendo a un hijo y un hermano como yo, pandillero, que sabía usar armas de fuego y que se convertiría en enemigo de una banda de narcotraficantes, no iba a resultar en nada bueno, así que salí por la puerta de aquella, mi casa, y me subí a la camioneta de Néstor que me esperaba en compañía de Leslie y del resto de mis amigos. 

~o~

Nota de la autora:

Ay... 

Supongo que entiendo un poquito a Liam. Es decir, ya sabe que no tiene otra opción que ayudar a sus amigos en la batalla, puesto que en parte fue culpa suya que ellos entraran porque él quería salvar a Leslie y bueno...

Después de todo, él siempre ha querido a su familia, reconoce que aunque fue adoptado por ellos y como en todas las familias, tuvo momentos buenos y malos con ellos, al final, ellos siempre han estado allí para él y ahora mismo está pensando en protegerlos. 

Así que, la discusión no fue por berrinche o porque es un malcriado, sino porque sus padres no querían que él se fuera y él sabía que debía irse para proteger a cada uno de ellos. 

Bueno... sólo por la valentía que tuvo al tomar aquella dura y difícil situación, el marcador vuelve a subir.

Natalia 6 - Liam 3 

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