ESPÍA

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LIAM

Pensando de nuevo en las palabras de Ariel, asegurándome que no era buena idea espiar al jefe, pues levantaría sospechas sobre lo que había pasado en su casa, esperé hasta la mañana siguiente para tener una reunión con el jefe. Este último, recibió el mensaje de mi captura, a primera hora y, por ende, le escuché decirle, casi a gritos, a sus guardias que debieron haberle despertado en la noche.

No tuve que esperar más de 10 minutos antes de que el mismo jefe apareciera dentro de la tienda y, al verme, lo primero que hizo fue reír, ya que lógicamente me reconoció. Dado que yo no sabía cómo reaccionar, qué hacer o decir, aguardé a que fuera él quien hiciera las preguntas, mientras me hincaba frente a él, aún con las manos esposadas en la espalda.

-De modo que el espía eras tú. – Dijo entre risas, a la vez que le pedía al guardia que había entrado con él que me desatara. 

Me puse de pie al tiempo que el jefe se sentaba sobre la silla que se encontraba en la entrada de la tienda, sin despegar la mirada de mí y pidiéndome una explicación. Bajé la mirada hacia su rostro de suficiencia y le dije que había sido todo un malentendido, tratando así, de hacerle ver que mis intenciones habían sido esperarle para hablar con él sobre el paradero de Leslie.

Aunque al principio no me creyó, fue mi insistencia por saber en dónde estaba Leslie, lo que me hizo ganar un punto a mi favor, pues él sonrió y negó divertido con la cabeza antes de decir lo que pensaba. 

–Venga ya, ¿de modo que creías que yo la escondía dentro de mis aposentos? – Dijo envuelto en una risa burlesca que me invitó a contestar confundido por su actuar. 

– No, en realidad, lo que necesitaba era hablar con usted para pedirle que me llevara a verla. – Dije con seguridad, ansiando que su respuesta fuera positiva.

Al contrario de lo que esperaba, la expresión del jefe se endureció y miró hacia otro lado, aunque solo fue por unos pocos segundos, aquel acto reflejo me hizo saber que, algo andaba mal. 

Entonces lo cuestioné - ¿Qué sucede? - Pregunté apurándolo a responder. Él suspiró y negando con la cabeza dijo que mi petición era imposible de cumplir, ya que Leslie se había escapado semanas, sino es que meses atrás.

Lo miré anonadado, pues aquello, era lo último que esperaba escuchar que hubiera sucedido. – ¿Cómo que ha escapado? – Cuestioné frunciendo el ceño. 

Entonces le miré suspirar y alargar la mano para recibir una botella de cerveza que le ofrecía uno de sus guardias antes de dar respuesta a mi pregunta con total tranquilidad diciendo que ni siquiera sabía el momento en que ella se había dado a la fuga, pues sus guardias no se lo habían indicado, pero que estaba seguro de que debió ser el mismo día en que irrumpieron en su casa, ya que, dijo, ella estaba allí dentro junto con un par de chicas más.

Fue en ese instante cuando supe que estaba mintiendo, pues el día de la liberación, claramente ella no estaba dentro de la casa y después de hablar con Viviana, ella me aseguró haber estado con Leslie tres días antes de que yo llegara, pero que, a diferencia de lo que el jefe me estaba diciendo, ella no se había escapado, sino que se la habían llevado dos de los guardias de la misma persona que tenía yo enfrente, y que me miraba fijamente con una sonrisa burlona en el rostro.

Recordando las palabras de Abraham acerca de no cometer el error de delatarnos con nadie, para evitar represalias, tuve que asentir con la cabeza, como si su respuesta me hubiera convencido, aun sabiendo que no era así. Miré cómo el jefe se ponía de pie tras beberse el último trago de su cerveza y dejando el envase en el piso, antes de buscar mi mochila en los alrededores de la tienda.

Localicé mi mochila y fui me la puse al hombro, justo cuando miré que el jefe se dirigía a la puerta de salida, en la cual se quedó y antes de salir, regresó sobre sus pasos solo para hacerme una advertencia.

- La próxima vez que desees hablar con alguien, no lleves tus armas contigo, pues eso se pude malinterpretar y podrías provocar tu propia muerte. – Dijo arrastrando las palabras, acto seguido salió del lugar y llamó a uno de sus guardias para darle indicaciones.

Una vez afuera de la tienda, di un largo suspiro elevando la mirada al cielo, preguntándome a mí mismo qué era lo que debía hacer y tratando de ordenar mis ideas. Luego, me dirigí hasta el campamento que tenía con mis amigos, quienes parecían discutir desde la distancia y, al verme, guardaron silencio, siendo Abraham el único que rompió el silencio para reclamarme por haberme ido a meter con el jefe, pues dijo, eso nos iba a traer graves consecuencias a todo el equipo.

Pero yo, restándole importancia a sus reclamos y los del resto de mis amigos, me dirigí adentro de la tienda, en donde fui a recostarme, consciente de que no tardarían en sonar la alarma para que todos nos dirigiéramos a nuestras camionetas y emprendiéramos el camino hacia el campo de batalla. 

~o~

Nota de la autora:

¡Vaya! ¡Vaya! ¡Aquí hay gato encerrado!

Obviamente Leslie no escapó, así que... ¿en dónde está?

¿Ya la entregó al Cártel? ¿ La tiene secuestrada? 

¿Ustedes que creen?

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