•Prólogo•

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Humo.
Fuego.
Gritos.
Dolor.
Desperté en medio del caos, vi como casas caían ante el fuego que consumía Karmaland, a mi alrededor vi dos de mis amigos en el piso con heridas graves y sus armas en mano.

Me levanté como pude y traté de despertar a mis dos amigos quienes no tenían señales de querer despertar.

-Luzu -Lo mueve- Despierta, por favor -Lo sacude- ¡Luzu!¡Alexby!¡Venga arriba!

Me estaba ya desesperando pues estábamos bajo una edificación que poco a poco se deshacía.

-¡Venga, chicos, despierten, se los suplico!

Los moví con la poca fuerza que me quedaba y finalmente el edificio cayó a pocos centímetros de nosotros, al caer pude ver a Willy y Frank pelear a muerte.

-Ay no...

A mis lados veía los karmalienses corriendo con cosas o con sus hijos, todos gritando y llorando, viendo como sus hogares y empleos eran consumidos por las llamas, no se como lo hice pero corrí al pueblo a ayudar a sacar la gran parte de gente atrapada la cual solo huyó despavorida, muchos lamentando a seres que perdieron.

Una madre lloraba por su hijo, una niña por su perro, un hombre por su esposa y por sobre todo, lloraban por su añorado pueblo.

Ante mis ojos vi como unos meses de trabajo eran destruidos por las llamas, corrí hacia mis amigos y vi que Luzu ayudaba a Alexby a ponerse de pie.

-¡Chicos!

Pero ambos se petrificaron al ver la escena que, lamentablemente, presencié...

-¡WILLY NO—!

Pero ya era tarde...miré a Alexby y a Luzu quienes lloraban con fuerza ante la escena...también sentí lágrimas en mi rostro, Alex cayó de rodillas sollozando y Luzu lo abrazó con fuerza.

-Tranquilo, Alex, todo estará bien...

Me acerqué lentamente a Willy quien estaba de rodillas, sangrando y con media armadura rota.

-¿Willy...? -Dije algo asustado-

Él me miró con los ojos llenos de rabia y se levantó bruscamente, el resto del mundo frenó en seco y me aleje. El cielo caía en pedazos y Willy se me acercaba peligrosamente.

-Tu eres el siguiente.

Se me abalanzó y desperté de golpe.
Respiraba agitadamente y me senté en la cama, sudado y asustado, me levanté y abrí las cortinas...otro día soleado en el nuevo Karmaland.

Solo fue un sueño más.

•••

A las afueras de Karmaland, cinco individuos seguían los pasos de un mapa encontrado en una aventura, aquel que sostenía el mapa chocó levemente con un cartel pequeño y este lo miró.

-¿Que has encontrado, Fargan? -Preguntó el pelinaranjo-

-Al parecer he encontrado el pueblo -Dijo poniendo una sonrisa- ¡Hemos llegado al nuevo Karmaland!

Los cinco se abrazaron y celebraron, la única pareja se abrazó y se besó, llevaban días buscando un pueblo y finalmente llegaron al pueblo perdido en el tiempo.

Los cinco entraron con aires seguros y felices, a la entrada había un viejo de cabellos blancos que los miró y les sonrió amablemente.

-¡Hey, buenas tardes! -Dijo levantándose- Bienvenidos a Karmaland, soy Merlon y es un placer conoceros

-El placer es todo nuestro -Dijo el castaño de la máscara de oso-

Merlon les dió indicaciones sobre el pueblo, los cinco chicos pensaban instalarse en Karmaland y vivir plácidamente en los virtuosos y maravillosos páramos de aquel pueblo.

Karmaland se levantó de las cenizas tras ser destruida, el nuevo pueblo estaba más reforzado que antes y sus nuevos miembros estaban ansiosos por vivir nuevas experiencias siendo héroes de un pueblo azotado por desgracias.

-¿Seguro que puedes ir solo, Rubiuh? -Preguntó el pelinegro a su novio-

-Venga, estaré bien, guapo, tu ve a construir -Dijo el "oso" con aire seguro a su novio- Nos vemos

El castaño besó a su novio en los labios y fue hasta su zona, ahí podría comenzar un hogar y, quizás, una familia.

Se puso a escuchar música mientras reunía materiales para empezar su vida, y hacer un pequeño refugio para pasar la noche, pues las noches son duras y es probable no sobrevivirlas.

Sobre un árbol estaba un castaño y un pelinegro mirando al "oso" recolectar materiales, ambos comían manzanas.

-Sooo...chicos nuevos, ¿Crees que pasen la noche? -Preguntó Luzu a su compañero-

-Eso espero, nadie quiere enterrar cadaveres -Dijo Vegetta comiendo-

-¿Has visto a Willy hoy? -Preguntó Luzu algo preocupado-

-Aún construyendo, sabes como es él, chiqui -Dijo el ojimorado-

-¡Disculpen!

Ambos miraron hacia abajo y el chico oso los miraba con un mano sobre sus ojos tapándolo del sol.

-¡Buenos días, compañero! -Dijo Luzu animado- ¿Qué se te ofrece?

-¿Saben donde puedo encontrar una cueva? -Moviéndose de lado a lado-

-Por allá, cerca de los manzanos, ahí hay una y recuerda salir al atardecer -Dijo Vegetta mirándolo-

-¡Gracias! -Se va con su pico al hombro y la espada en mano-

-Que extraña apariencia tiene, ¿No? -Le dijo Luzu a su amigo-

-See...que tío más raro -Dijo riéndose-

Sin saber que aquel raro le robaría el corazón.

Quiero darte tanto amor. [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora